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Hablemos del corazón (II)

Hablemos del corazón (II)

Continuamos con esta sección, la que abordaremos en dos aspectos; el primero, relacionado con el seguimiento del paciente con una afección cardiaca y que tiene lugar en diferentes niveles de atención del sistema de Salud, todos muy importantes.

En primer término tenemos la asidua atención del paciente por parte del equipo de Salud de su consultorio, integrado por el binomio médico y enfermera de la familia, encargados de controlarlo periódicamente y asegurarle su cuidado; otra cuestión a tener en cuenta  es lo relacionado con la asistencia en la policlínica de la Familia, donde especialistas de diferentes materias cuidan del paciente. Aquí puede recibir colaboración del Clínico, del Rehabilitador, del Nutricionista y del equipo multidisciplinario en su totalidad.

En otro orden encontramos los servicios hospitalarios y en los Cardiocentros, sitios en los que se ofrecen estas prestaciones de manera concluyente en nuestro país hacia aquellas personas con afecciones cardiovasculares. La familia del paciente constituye un eslabón de suma importancia en los cuidados del mismo, pues éstos necesitan de comprensión y ayuda para obtener los mejores resultados.

Téngase en cuenta que quien sufre de este tipo de dolencia es el centro del problema y también debe convertirse en un cooperador en pos de la consecución de la mejoría de su propia salud. Él es el artífice principal de su curación, en dependencia de su voluntad, cuidados, y pasión por alcanzar una mayor calidad de vida y, por supuesto, en el optimismo en lograr un efecto satisfactorio reside su fuerza motriz.

La segunda consideración está relacionada con los cuidados en la ingestión de los medicamentos. Ante todo debe conocer los nombres de éstos, es un esfuerzo obligado del paciente por aprendérselos adecuadamente. En ocasiones parece algo muy complejo; sin embargo, al escribirlos todo va tornándose más fácil. Repetir varias veces cómo se llama el medicamento y la dosificación orientada resulta importante también.

Pero, ¿por qué es esto significativo? Primero, porque en ocasiones vamos a la farmacia y al mencionar el medicamento de manera indebida pueden ofrecernos otro, no el indicado. Uno muy utilizado en cierto grupo de pacientes cardiovasculares es la Warfarina, un anticoagulante que se presenta en tabletas de 2 mg y de10 mg. Por tanto el paciente necesita conocer los miligramos que él está tomando.  El Atenolol en tabletas, por ejemplo, es de 100 mg, y puede ser de 25 y 50 mg.  Quien lo toma necesita dominar cuál es el suyo.

Recomendamos siempre que se tenga un pequeño botiquín o una cajita donde guarde sus medicinas y se fije en los que van a acabarse, porque no es conveniente que la persona pase períodos sin ingerirlos.

Otra cuestión a considerar es que los medicamentos para afectaciones cardiovasculares mantienen un horario acorde con el ritmo requerido. Con los nitritos, como en di nitrato de isisorbide en tabletas de 10 mg, se necesita sea administrado de forma tal que tenga un descanso de 12 horas, por tal motivo no se prescribe cada ocho horas, sino que se indica a las ocho de la mañana, dos de la tarde y ocho de la noche.

Los beta bloqueadores, por su parte, y la aspirina los indicamos a las ocho de la noche, para que su máximo accionar esté en la madrugada, momento correspondiente al aumento de la agregación de las plaquetas, y así prevenimos la trombosis coronaria.

Igualmente en el horario de la mañana el individuo tiene mayor actividad, por lo que es necesaria su mejor acción, lo cual ayuda al cumplimiento de sus tareas.

Deseamos que si al leer estas líneas tiene algunas preguntas, dudas o la necesidad de realizar comentarios no dejen de enviárnoslo por nuestra dirección electrónica: justog@infomed.sld.cu o a vilato@enet.cu

Y no lo olvide: ¡Cuide su corazón!

 

Autor: Dr. Justo de Lara Abad, especialista de 2do. Grado de Cardiología y Profesor Auxiliar.

Corrección: Oriel Trujillo Prieto


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