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Atención al discapacitado

Recuento de un memorable encuentro

Recuento de un memorable encuentro

Hace apenas unos días volví al Centro Provincial de Equinoterapia Jardín de Sueños, de esta ciudad de Camagüey, y confieso que me embargaba una gran incertidumbre. ¿Cómo sería ese encuentro entre niños discapacitados y artistas de tanta valía como Adalberto Álvarez, músico camagüeyano reconocido mundialmente como el Caballero del Son y Ángel García, Antolín, esa suerte de alegría criolla que tanto hace reír a la gente de dentro y fuera de Cuba?

Los minutos de espera fueron abriendo paso a mi respuesta. A las diez de la mañana, como estaba previsto, llegaron los invitados cada uno por su lado. Por supuesto, médicos, licenciados, técnicos, instructores de Arte y deportivos, todos los recibieron con entusiasmo, pero qué decir de los niños y adolescentes.

Los pacientes y familiares que tienen a este Centro como su propia casa hicieron galas de su arte, su propio arte, ese que los especialistas saben explorar primero y explotar después, según la capacidad y talento de cada uno de ellos, sí, porque tienen su talento y muy bien identificado.

Allí encontramos a Wilmer J. Traba Fontaine con sus bongoes y su gran sentido del ritmo, halagado y filmado, incluso, por Adalberto,  al bailador y presentador de títeres Raydel Vázquez Balseiro, con su alegría sin par y a un Harold Arencibia que imita nada más y nada menos que a Benny Moré, El Bárbaro del Ritmo y otros que cantaron a dúo con el Caballero… o se acercaban a Antolín simulando que fumaban un tabaco para identificar al artista, en fin todo un suceso.

Las fotos llovieron y también los besos, los saludos y hasta las lágrimas. Si tuviera que darle una calificación a este memorable encuentro, le otorgaría: un excelente a esta jornada de rehabilitación del alma, para los niños y adolescentes que padecen afecciones que los hacen diferentes, para sus familiares y visitantes de manera general. Todos fuimos iguales de felices.   

Adalberto confesó sentirse emocionado e impresionado y como visitaba su Camagüey a propósito de la ideada por él Fiesta del Tinajón en su segunda edición, aseguró: “Los muchachos han sido geniales, son verdaderos artistas y tendrán su espacio en la Fiesta del Tinajón del año próximo, ellos podrán actuar en la Avenida de La Caridad”, arteria de la ciudad escogida para la celebración, muy atractiva por sus grandes portales concebidos desde la época colonial.

Antolín dijo: “Nunca había estado en un lugar así, estas son las cosas que hacen grande a Cuba y que trascienda porque tienen un verdadero valor”.

La cita cultural fue del 7 hasta al 13 de noviembre y a partir del actual 2010 el evento verá la luz anualmente, cuyo nombre se relaciona con una evocación al ancestral uso del barro en esta localidad, conocida por muchos como la Ciudad de los Tinajones. La edición anterior tuvo lugar en noviembre del 2007.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

Sueños y realidades en pequeños corazones

Sueños y realidades en pequeños corazones

Confieso que las visitas que he realizado al Centro de Equinoterapia Jardín de Sueños, perteneciente al Centro de Equinoterapia Jardín de Sueños y en las inmediaciones del acogedor Casino Campestre de esta ciudad me han impactado. Pareciera como si hubiésemos llegado a nuestra propia casa en el campo.

El verdor del entorno, los caballos, el juego y la alegría de los niños discapacitados, por sí solos, no son los únicos responsables de tal efecto. Los especialistas de diferentes ramas que ayudan a estos pacientes ponen su grano de arena y con mucho.

El artífice de una adecuada atención a niños discapacitados en la provincia lo ha sido quien desde el punto de vista médico está al frente de la instalación, el Dr.C Luis Pérez Álvarez, especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Él defendió este empeño porque ya tenía en su haber el Proyecto Esperanza, encaminado a favorecer a infantes con algún tipo de incapacidad física.

Algunos niños llegan sin caminar, sin ser sociables y cambian de una manera asombrosa. Con el empleo de los caballos logran transformaciones increíbles.

Y algo que a todas luces sobresale es el empeño de los especialistas de que estos niños sean felices.

“Esta es una modalidad a bajo costo, nos comentó el Profesor Pérez Álvarez, se ofrece tratamiento integral en un contexto ecológico medio ambiental, puesto en función de los menores con diferentes dolencias, algo que pudiera extenderse al resto de América Latina donde hay 50 millones de discapacitados sin atención apropiada. Este es el único Centro en Latinoamérica con servicio médico y de equinoterapia combinada con el arte y el deporte”, aseguró.

Los niños y adolescentes con fibrosis quística tienen su espacio. Allí son consultados por los especialistas y son rehabilitados, además.

María Elena Fernández Jacob, madre de María de los Ángeles, comparte con su niña de nueve años, con fibrosis quística, enfermedad genética crónica incurable, hereditaria, multisistémica y potencialmente letal, que se caracteriza por presentar una afección obstructiva pulmonar con infecciones sobreañadidas y recurrentes, insuficiencia pancreática que origina trastornos nutricionales con fallo en el crecimiento y cifras de los electrolitos en el sudor elevados.

Ella halaga el servicio y comenta: “Ha sido algo muy importante porque este excelente equipo multidisciplinario ayuda a que los niños se desenvuelvan mejor y sean más felices. Disfrutan de caballos, del baile, de cantos, de las artes plásticas, la educación física, en fin, de todo lo que un ser humano quisiera tener, más aún en situaciones difíciles de salud. Debía haber miles de estos centros en Cuba y el mundo.

“Aquí identifican las potencialidades de los menores y desarrollan sus habilidades en lo que más les gusta. Desde que comencé a traer a mi hija, que cuando llega no quiere irse, no asiste a la escuela, pero tiene una muy buena maestra que va a nuestra casa, es Ana María Griff, de la escuela especial Carlos Rodríguez Careaga. Gracias a eso está en 4to. Grado”.

Al indagar acerca de ese particular me respondió sin titubeos: “No, no, es una profesora ambulatoria, de las que el Estado le asigna a niños que como la mía no puede asistir al colegio, nosotros no pagamos un solo centavo por las clases”.

María de los Ángeles, la niña, conoce los pormenores de su padecimiento y también de que en este sitio hacen todo por mejorarla y hacerle la vida más grata. Ella señaló: “Este lugar me gusta, es muy bonito y puedo divertirme y jugar. Aquí bailo y canto, ah, quiero mucho a mi maestra que va a mi casa, me enseña mucho”.

Entre los 28 trabajadores que ofrecen su asistencia allí, seis son médicos y el resto licenciados vinculados a la rehabilitación de los discapacitados en diversas variantes. Estas cifras no incluyen a los instructores de arte, ni deportivos. Atienden a pacientes de todos los municipios y han concurrido otros de Ciego de Ávila, Holguín y La Habana. Actualmente son 224 niños los que transitan por el Centro…, lo que avala con creces el propósito de este Jardín, donde se sueña con realidades que llegan a lo más profundo de los pequeños y sensibles corazones infantiles.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

Con mucho aderezo de amor

Con mucho aderezo de amor

A la izquierda Abel Antonio realiza uno de los ejercicios del día.

Hace seis años el nacimiento de Abel Antonio Torres constituyó una verdadera preocupación para su familia. Sintieron mucho dolor, pero también una buena dosis de incertidumbre. Sus padres acudieron de inmediato a los servicios de Salud y conocieron cuáles eran las dificultades de su bebito.

El niño padecía de una catarata congénita y del Síndrome de West, una dolencia neurológica que afecta su desenvolvimiento psicomotor, o sea, que tiene dificultades en la visión y en su equilibrio, entre otras.

La rehabilitación era algo que se imponía entonces y al conocer del Centro de Equinoterapia y Rehabilitación Jardín de Sueños, de la Empresa Nacional de Flora y Fauna y de Salud Pública, en Camagüey, Cuba, no lo dudaron y de manera activa y sistemática se les ve por allí.

“Este servicio es maravilloso –dice Abel, el padre del niño--, fíjese que mi hijo comenzó aquí en silla de ruedas y ya viene, aunque con ayuda, por sus propios pies. Ha adelantado de una manera increíble, lo traemos desde que tenía un añito”.

Abel Antonio es único hijo y durante su primer año de vida es lógico que esta transcurriera de una manera diferente a la de cualquier niño sano. A partir de que fue atendido en este Centro, rodeado del verdor de la Naturaleza, de aire puro, de caballos y actividades de juego muy bien dirigidas a estimular y motivar la atención y distracción de los infantes, sin lugar a dudas, la calidad de vida mejoró y volvió la ilusión al hogar de esta familia.

En ese seno familiar conocen al detalle los sucesos relacionados con estos problemas de salud y cuál será el futuro, pero por sobre todas cosas, ha tenido la oportunidad de estar al tanto de cuánto desvelo hay detrás da cada unos de los trabajadores de esa instalación y que con todos pueden contar.

“Mi hijo ha aprendido aquí a relacionarse con los demás niños y con otras personas en general. Juega y se entretiene, a la vez que mejora sus movimientos. Le encantan los caballos, los conoce a todos y los identifica por sus nombres. Le repito, esto aquí es maravilloso, mucho agradecemos a este servicio”, aseguró su papá.

Este caso y otros que abordaremos en diferentes espacios nos demuestran que aquí no habrá cabida nunca a la indiferencia ni a la indolencia y sí a mucho compromiso, amor, dedicación y consagración sin límites.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

Día de los niños cubanos

Hoy, Día de los Niños en Cuba, vale mencionar cuánto se hace en el Centro de Equinoterapia “Jardín de Sueños” de Camagüey, único de su tipo en el país por sus características integrales en la rehabilitación de infantes discapacitados.

Vale este día para destacar que el Estado cubano no escatima esfuerzos ni recursos en aras de elevar el nivel de vida de su población, máxime si se trata de los niños.

Especialistas del Centro dieron a conocer a la prensa cómo su funcionamiento está basado en la terapia ocupacional, la defectología, la logopedia, la fisioterapia, la cultura física, el arte-terapia y la equinoterapia, modalidad que influye de forma muy positiva en la recuperación de los niños, incluso, en los autistas, por la respuesta ante el contacto con los caballos, pues éstos aprenden a comunicarse con sus familiares y a socializarse con su entorno.

La licenciada Mirna Méndez, Master en Atención de Discapacidades Infantiles, dijo que el primer impacto de muchos de los menores es el de ni siquiera estar dispuesto a entrar al centro, actitud que pasadas las primeras terapias se convierte en no querer irse.

Por otra parte, los padres sienten con intensidad la mejoría de sus hijos por lo cual escuchamos expresiones como ésta: “Ya mi niño se sienta, ya se para…”

La doctora Reina Peraza Morelles, especialista en Rehabilitación y jefa de este servicio en el hospital pediátrico provincial Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, al cual está adscrito el Centro, dio a conocer que allí son atendidos 146 menores, de éstos 104 varones y 42 hembras; 31 provienen de las diferentes áreas de Salud y de otros municipios como Esmeralda, Santa Cruz del Sur y Najasa, mientras los restantes pertenecen a escuelas con necesidades educativas especiales.

Resaltó también que los padecimientos atendidos están relacionados con el retraso mental, enfermedades genéticas, neurológicas, síndrome de Down, parálisis cerebral infantil, autismo, trastorno del lenguaje y enfermedades crónicas como: las cardiopatías congénitas, la fibrosis quística, el cáncer y los transplantes cloqueares.

El Centro acoge a 36 trabajadores, de éstos 10 de Salud Pública, cuatro licenciados en Cultura Física, igual número de Instructores de Arte, y los otros pertenecen a la Empresa de Flora y Fauna, por lo que el mismo está dirigido por Juan Miguel Fatjó de esa entidad.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Corrección: Oriel Trujillo Prieto