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CuquiSalud

Suerte de lucha por nuestros sueños

Los últimos días del mes de agosto del 2005 trazaron pautas muy importantes para la provincia de Camagüey. Fue entonces cuando se determinó incluirla en la prestación de servicios en la Operación Milagro (OM) y pasado sólo 15 días, esa quimera ya se convertía en una realidad.

El 16 de septiembre arribaron a Camagüey los primeros pacientes provenientes de la República Bolivariana de Venezuela. Los acuerdos adoptados en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), con las naciones de Fidel y de Chávez como protagonistas, ya eran entonces un hecho legítimo, como la mejor forma de que esas personas sean tratadas como verdaderos seres humanos.

Para abrazar la idea de ofrecer luz y brillo a la mirada de tantos y tantos latinoamericanos y caribeños excluidos hasta entonces, algunos de los hoteles citadinos fueron convertidos en hospitales y aquéllos acostumbrados a atender a los huéspedes excursionistas lo hicieron a partir de ese momento con los enfermos de la visión y así defender los valores en lo que se cree al precio de cualquier sacrificio.

Los designados de la Salud Pública a laborar en tan noble empeño, acompañados de los trabajadores sociales y del turismo, enfrentaron una labor difícil y con logros dignos de ser conocidos. Por ejemplo, en los primeros 120 días se efectuaron 5 829 intervenciones quirúrgicas oftalmológicas, de éstas 4 677 a extranjeros y 1 152 a cubanos.

En alrededor del año y dos meses de instituida la Operación Milagro aquí han sido reportadas 14 804 intervenciones quirúrgicas en ojos de 12 338 afectados, además de cubanos y venezolanos, de San Cristóbal y Nevis (San Kitts y Nevis), Guyana, Granada, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Monserrat, Santa Lucía y Antigua y Barbuda, y cuando los entrevistamos refieren en sus respectivos idiomas entre las características de quienes los atienden sobresalen la modestia, el desinterés, el altruismo, la solidaridad y el heroísmo.

Unos 95 trabajadores merecieron reconocimientos de sus directivos y compañeros, así como de forma colectiva fueron agasajados los hoteles- hospitales Isla de Cuba y Camagüey, el hospital docente clínico quirúrgico Manuel Ascunce Domenech, la coordinación de Trabajadores Sociales a nivel de provincia y el puesto de mando de la OM, sin dudas por luchar con audacia, inteligencia y realismo, de lo contrario tales resultados jamás hubiesen sido posibles.

Miles de cubanos, latinoamericanos y caribeños mejoraron o recuperaron su visión al ser operados de cataratas, estrabismo, pterigium, retinosis pigmentaria…, quehacer humanitario que requirió de dedicación y mucho amor.

Pese a no ser algo nuevo que los trabajadores de la Salud aquí se entreguen en cuerpo y alma a algo tan preciado como el elevar la calidad de vida de las personas en cualquier parte del universo, porque incluso, 2 400 colaboradores agramontinos ofrecen sus servicios en 44 países, sí puede asegurarse que ésta, la Operación Milagro contribuirá a evitar que esos casi 50 millones de ciegos en el mundo se conviertan en 72 millones en el 2020. Es una suerte de lucha por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

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