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En Haití, pese a la réplica se dio la despedida

En Haití, pese a la réplica se dio la despedida

Cinco meses exactos han transcurrido desde aquel fatídico golpe que la Naturaleza le propinara al ya humilde pueblo haitiano. En esa nación caribeña puede hablarse de un antes y un después del 12 de enero del 2010 cuando un cruento terremoto de grado 7,3 en escala de Richter la llevó a la devastación, la muerte, la desolación y redujo a ruinas a Puerto Príncipe, su capital.

La colaboración médica cubana sobrepasaba entonces los diez años en Haití; sin embrago, quienes ya estaban fueron apoyados por otros, más la brigada Henry Reeve, activada aquí para casos de desastres y ofrecer sus desinteresados servicios en cualquier parte del mundo.

El doctor Jorge Tomás Balseiro Estévez, director del hospital Psiquiátrico René Vallejo de Camagüey, especialista en Psiquiatría y Administración de Salud, integró el grupo dedicado a la salud mental de la brigada Henry Reeve con la misión de asistir al equipo de cubanos instalados allá, así como ofrecer el apoyo psicosocial a los niños y adolescentes haitianos, por constituir grupos de mucho riesgo en tales momentos. Desde su llegada se le asignó además, la dirección del hospital de campaña, ubicado en Leoganne, a 30 Km. de la urbe, sitio próximo a donde se localizó el epicentro del suceso sísmico.

A SU REGRESO CON CONSTANCIA GRÁFICA

De vuelta en casa el doctor Balseiro confiesa que es muy difícil despojarse de los recuerdos. Esos se suceden unos tras otros días tras días. Piensa y su mente recoge cada detalle, todos desgarradores. Cualquiera en un caso así estaría sumamente feliz de haber regresado; no obstante, él dice: “Cuando se adoptó la decisión de que volviera a mi país me dio pesar, y al mismo tiempo sentía la satisfacción de regresar a la Patria con el deber cumplido y la de reencontrarme con mi familia y compañeros.

“Pero, puede estar segura de que vine con una tristeza inmensa. Dejaba atrás a un colectivo de trabajo excelente y a un pueblo necesitado, amoroso y agradecido. El momento de la despedida fue muy duro. El pueblo de Leoganne me dio muchas muestras de cariño y eso es algo inolvidable, las palabras de elogio creo que fueron hasta inmerecidas y todo el trabajo que hicimos de salud mental con los niños y los adolescentes fue revertido con actuaciones de ellos, con sus dibujos, fue lindo y conmovedor a la vez”.

El Profesor Balseiro hace una pausa en su relato. Todavía le cuesta rememorar todo aquello sin que sus ojos queden empañados por las lágrimas. “Salí de allí corriendo, rápido, fue muy difícil. Hicieron un acto de despedida muy especial y en medio de aquello hubo una réplica del terremoto, todos corrieron asustados y enseguida regresaron, fue algo verdaderamente emocionante”.

Hospital de campaña cubano que dirigía el galeno camagüeyano.

Parte de la brigada médica integrada también por estudiantes haitianos de 5to. año de Medicina, médicos de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) y cubanos.

El Dr. Balseiro acompañado de Florecita y Cebollita, artistas camagüeyanos que llevaron su alegría a los niños haitianos.

Como una ironía del destino la funeraria permaneció intacta.

¡Qué estaría pensando este haitiano frente a lo que quedaba de sus partencias!

Una modalidad de viviendas creadas a fuerza de la necesidad.

Felizmente a la hora del sismo en este kindergarten ya no había niños.

Sólo una puerta quedó en pie, y así como a la espera, son demasiados los haitianos que aguardan por una vida mejor.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Fotos: Cortesía Dr. Balseiro

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

1 comentario

angel mendoza -

pues ya ves cuqui, entre al blog, precisamente escogi este articulo para comentar, porqque hace unas seemanas vi aqui por la tv un programa dedicado a la equinoterapia en cuba, me llamo la atencion, pues no sabia que eso existia.