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Operación Milagro

Aniversario 11 de la Misión Milagro

Aniversario 11 de la Misión Milagro

Tomado de Cubadebate.cu Ver: La posibilidad del ver el mundo

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 45 millones de personas carecen de visión y 135 millones son discapacitados visuales; el 90 por ciento de los cuales viven en las naciones más pobres.

La mitad de los invidentes del mundo padece cataratas. El resto sufre glaucoma, retinosis pigmentaria, tracoma, así como diferentes estados de ceguera infantil.

Otras afecciones de gran impacto social son la carencia de vitamina A, ptosis palpebral, terigium y estrabismo, de alta frecuencia en la población infantil y adulta.

La OMS asegura que el 80 por ciento de las discapacidades visuales se pueden evitar o curar, y para ello se necesitan recursos y la puesta en marcha de programas específicos. De no atenderse estos problemas con urgencia, hacia 2020 la incidencia global de la ceguera puede duplicarse.

En este contexto destaca la Operación Milagro, un programa de salud impulsado por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, que ha beneficiado a millones de personas de América Latina, el Caribe, Asia y Africa y devuelto la esperanza a otros tantos seres humanos de los más remotos rincones del planeta.

El proyecto, apoyado por Venezuela, una de las naciones más favorecidas, está destinado a tratar quirúrgicamente a personas de bajos recursos aquejadas de ceguera o deficiencia visual corregible.

Aunque la fecha que se reconoce como el inicio de la Operación Milagro es el 8 de julio, las primeras 50 microcirugías relativas a este programa se realizaron el 10 de julio de 2004. En apenas tres meses y medio se operaron casi 14 mil cataratas de pacientes venezolanos sin afectar la atención a los cubanos, aseguran especialistas.

En fecha reciente, el doctor Reinaldo Ríos, director médico del Instituto cubano de Oftalmología, explicó a la prensa que aun cuando tantas personas del orbe se beneficiaron del programa, en realidad fueron los cubanos y el desarrollo de la especialidad en la isla, los más favorecidos.

Desde que comenzó la Misión Milagro, hace 11 años, se incrementaron las operaciones en la nación cubana, se perfeccionaron los recursos humanos —profesionales médicos, enfermeras y técnicos—, se instaló tecnología de avanzada y se ampliaron los servicios a todo el país.

Consultas de oftalmología general y pediátrica, neuro-oftalmología, baja visión, retina, entre otras, se encuentran disponibles en todas las provincias, con personal altamente capacitado, agregó.

Recordó además que hace una década, en Cuba existían unos 700 oftalmólogos, en la actualidad, son más de mil 800 los especialistas en esa materia.

(Con información de Prensa Latina)

Una verdad de la ALBA

Una verdad de la ALBA

No es la primera vez que abordo este tema en mi página, pero sería una herejía callar después de la visita de Hugo Rafael Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela a Cuba, a propósito de los primeros diez años del Convenio Integral de Cooperación entre ambas naciones, sin precedente en la historia.

La Alianza Bolivariana para las América (ALBA), resultó una contraofensiva revolucionaria patriótica de los países de nuestro continente y ejemplo vivo de integración entre los pueblos, y dentro de ésta mejorarle la visión o devolvérsela a los más excluidos mediante la Operación o Misión Milagro, de manera gratuita y sin pedir nada a cambio, constituyó un hito en la historia de la humanidad toda.

La ALBA, con la Revolución Bolivariana de Venezuela y la Revolución cubana, ambas como eje cardinal, encabezado por Chávez y Fidel, ha tenido una connotación muy especial en la mejoría de la calidad de vida de miles y miles de personas no sólo en estos países sino también en el resto del Mundo.

A la provincia de Camagüey, por ejemplo, el 16 de septiembre del 2005, arribó el primer grupo de venezolanos con afecciones oftalmológicas y en los primeros 120 días ya se habían realizado 5 mil 829 intervenciones quirúrgicas de esta especialidad, entre ellas igualmente a camagüeyanos.

Transcurridos 14 meses se registraban 14 mil 804 operaciones de esta naturaleza a 12 338 pacientes con cataratas, pterigium, estrabismo, retinosis pigmentaria, entre otras afecciones, pero ya ocurría algo muy peculiar y era que se había ido más allá porque se pensó en un universo mayor y los pacientes provenían entonces no sólo desde Venezuela sino también de San Cristóbal y Nevis (San Kitts y Nevis), Guyana, Granada, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Monserrat, Santa Lucía y Antigua y Barbuda. 

Las bondades tecnológicas, que son muchas, del Centro Oftalmológico Carlos J. Finlay, perteneciente al hospital universitario Manuel Ascunce Domenech de esta ciudad, fueron puestas al alcance de los aquejados foráneos a la par que de los citadinos, todo con carácter gratuito. hasta diciembre del 2006, período en que se realizaron 14 mil 804 intervenciones quirúrgicas oftalmológicas Allí se cuenta con un salón de operaciones con ocho posiciones quirúrgicas, y con equipos como el Tomógrafo Retinal de Heidelberg (TRG), para diagnosticar y evaluar los casos de glaucoma, donde la imagen del nervio óptico se aprecia de forma tridimensional; el excímer láser, que corrige defectos refractivos, como la miopía, hipermetropía y el astigmatismo, por sólo mencionar algunos.

La iniciativa de Fidel Castro y de Hugo Chávez de devolver la luz a los ojos de latinoamericanos, caribeños y de otros continentes, para así evitar que los 50 millones de ciegos en el Mundo se conviertan en esos 72 millones en el 2020 como se esperaba, es una realidad imposible de borrar de los anales de la historia universal. Hoy, especialistas cubanos están en esos propios países para asistir a quienes más lo necesitan, esos que agradecen sólo con gesto o con las gracias en cualquiera de sus idiomas, tanta bondad y altruismo.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto y corrección: Oriel Trujillo Prieto

La posibilidad de ver el Mundo

La posibilidad de ver el Mundo

El año 2004, el mes de julio exactamente, puede inscribirse en los anales de la historia de la Medicina mundial como una fecha relevante. Fue entonces que por iniciativa de Fidel Castro comenzó el noble y solidario programa de atención integral de Salud a pacientes venezolanos con múltiples afecciones oculares, mediante la Operación Milagro, que fueron atendidos en el Instituto de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, de la capital.

Otros provenientes del Caribe, Centro y Suramérica viajaron a Cuba a partir del 2005 para ser operados y recuperar o mejorar su visión, cuando fueron integrándose al solidario proyecto las provincias de Camagüey, Cienfuegos, Santiago de Cuba y Matanzas, hasta hace apenas dos años, aunque hoy continúa en sus propios países.

Operar a unos seis millones de personas en diez años, lo mismo en Cuba que en centros habilitados en otras naciones, con el noble empeño de eliminarles la ceguera a las más excluidas, o sea, a esos seres humanos sin recursos económicos, ha sido el propósito asumido por los especialistas cubanos.

La prevalencia de discapacidad visual se encuentra en mayores de 50 años o más, de ambos sexos, y la generalidad de las afecciones que los aquejan podría tratarse con facilidad, como sucede con las cataratas; sin embargo, no son pocos los que en el Mundo padecen esta dolencia y quedan ciegos por la falta de accesibilidad a la atención médica.

No debe asombrar que hasta hace alrededor de un año encuestas realizadas en varios países de la región de América Latina y el Caribe, arrojaron que la mayor cantidad de discapacitados visuales fueron reportados en las zonas rurales y marginales, debido a causas asequibles --de haber la voluntad-- , como son los casos de la catarata, los defectos refractivos, la retinopatía diabética, la ceguera infantil, el glaucoma y otras enfermedades.

Hay millones de personas ciegas en el Universo por causas prevenibles, y de éstas un número importante responde a niños menores de 16 años. Las dolencias ya mencionadas, más otras provocadas por infecciones como el tracoma, además, la debida a la deficiencia de la vitamina A, son las principales registradas en el llamado Tercer Mundo.

El beneficio de este Programa para los cubanos ha sido importantísimo, pues miles y miles recuperaron y recobran aún la visión o disminuyen la posibilidad de llegar a la ceguera, a la par de los extranjeros.

No puede separarse de estos esfuerzos la plausible decisión del Estado aquí a la hora de adquirir equipamiento de alta tecnología, disperso en el país y que incluye el excímer láser, novedosa técnica para enfrentar enfermedades refractarias, servicio presente en el Centro Oftalmológico Carlos J. Finlay, adscrito al hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de la ciudad de Camagüey, donde durante el primer semestre del actual 2010 se realizaron 15 transplantes de córnea.

Sin tener todavía los cuatro años de fundado reportaron en ese período más de 17 mil cirugías de cataratas, glaucoma, pterigium, retina, oculoplastia y refractiva y las de los casos de urgencia.

Sépase que en 1959, al triunfo de la Revolución, Cuba contaba con 118 oftalmólogos, de los cuales 37 prefirieron quedarse con su pueblo después del éxodo incitado por Estados Unidos, mientras hoy la cifra multiplica con creces aquella y todos contribuyen a extirpar ese gran problema de la Humanidad como es arrancar las tinieblas de la vista y lograr que cada vez sean más quienes puedan ver con sus propios ojos los sucesos de este Mundo.

 

Autora. Olga Lilia Vilató de Varona

Foto y corrección: Oriel Trujillo Prieto

Suerte de lucha por nuestros sueños

Los últimos días del mes de agosto del 2005 trazaron pautas muy importantes para la provincia de Camagüey. Fue entonces cuando se determinó incluirla en la prestación de servicios en la Operación Milagro (OM) y pasado sólo 15 días, esa quimera ya se convertía en una realidad.

El 16 de septiembre arribaron a Camagüey los primeros pacientes provenientes de la República Bolivariana de Venezuela. Los acuerdos adoptados en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), con las naciones de Fidel y de Chávez como protagonistas, ya eran entonces un hecho legítimo, como la mejor forma de que esas personas sean tratadas como verdaderos seres humanos.

Para abrazar la idea de ofrecer luz y brillo a la mirada de tantos y tantos latinoamericanos y caribeños excluidos hasta entonces, algunos de los hoteles citadinos fueron convertidos en hospitales y aquéllos acostumbrados a atender a los huéspedes excursionistas lo hicieron a partir de ese momento con los enfermos de la visión y así defender los valores en lo que se cree al precio de cualquier sacrificio.

Los designados de la Salud Pública a laborar en tan noble empeño, acompañados de los trabajadores sociales y del turismo, enfrentaron una labor difícil y con logros dignos de ser conocidos. Por ejemplo, en los primeros 120 días se efectuaron 5 829 intervenciones quirúrgicas oftalmológicas, de éstas 4 677 a extranjeros y 1 152 a cubanos.

En alrededor del año y dos meses de instituida la Operación Milagro aquí han sido reportadas 14 804 intervenciones quirúrgicas en ojos de 12 338 afectados, además de cubanos y venezolanos, de San Cristóbal y Nevis (San Kitts y Nevis), Guyana, Granada, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Monserrat, Santa Lucía y Antigua y Barbuda, y cuando los entrevistamos refieren en sus respectivos idiomas entre las características de quienes los atienden sobresalen la modestia, el desinterés, el altruismo, la solidaridad y el heroísmo.

Unos 95 trabajadores merecieron reconocimientos de sus directivos y compañeros, así como de forma colectiva fueron agasajados los hoteles- hospitales Isla de Cuba y Camagüey, el hospital docente clínico quirúrgico Manuel Ascunce Domenech, la coordinación de Trabajadores Sociales a nivel de provincia y el puesto de mando de la OM, sin dudas por luchar con audacia, inteligencia y realismo, de lo contrario tales resultados jamás hubiesen sido posibles.

Miles de cubanos, latinoamericanos y caribeños mejoraron o recuperaron su visión al ser operados de cataratas, estrabismo, pterigium, retinosis pigmentaria…, quehacer humanitario que requirió de dedicación y mucho amor.

Pese a no ser algo nuevo que los trabajadores de la Salud aquí se entreguen en cuerpo y alma a algo tan preciado como el elevar la calidad de vida de las personas en cualquier parte del universo, porque incluso, 2 400 colaboradores agramontinos ofrecen sus servicios en 44 países, sí puede asegurarse que ésta, la Operación Milagro contribuirá a evitar que esos casi 50 millones de ciegos en el mundo se conviertan en 72 millones en el 2020. Es una suerte de lucha por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona