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Por una mejor salud mental ante desastres naturales

Por una mejor salud mental ante desastres naturales

Desde mi edificio recogí la imagen de la pista de atletismo Patricio Lumumba de Camagüey bajo agua, debido a las inundaciones registradas por las intensas lluvias del 25 de mayo del 2007.

De la misma manera que estamos seguros de que la humanidad siempre será víctima de los fenómenos naturales que provocan desastres, tanto el personal dedicado a la salud mental, como el resto de los del sector de la salud, no descansan ni siquiera cuando un año está a punto de terminar como sucede por estos días.

Ante la llegada de una de estas catástrofes la salud de las personas puede verse afectada, también su calidad de vida y la economía de los países envueltos en tal desgracia; sin embargo, por muchos que sean los adelantos de todo tipo, es imposible ganarle a la Naturaleza en este sentido, aunque eso sí, mientras más preparada, organizada y vigilante esté la población, protegida por su Sistema Nacional de la Defensa Civil con sus organismos integradores, menos serán los daños físicos y materiales, y esto es algo que Cuba muestra al Mundo, además, por la cooperación que ofrece a otras naciones.

Durante tres días Camagüey resultó la sede del Taller Nacional para la evaluación de la efectividad de los Lineamientos para la salud mental en caso de desastres en Cuba, mediante la implementación de la Instrucción No. 20 y no ha sido por obra y gracia de la casualidad sino por estar catalogada esta provincia como abanderada en tales menesteres, pues su Universidad Médica Carlos J. Finlay es la única de su tipo en el territorio nacional que cuenta con una Cátedra de Desastres, dirigida por el Profesor Agustín Martínez de Santelices.

La cita científica acogió a alrededor de 45 avezados en el tema de las provincias centrales y orientales (desde Cienfuegos hasta Guantánamo), representadas por especialistas de defensa y desastres de Salud, del Grupo Operativo de Salud Mental y Adicciones (GOSMA), de los grupos provinciales de Psiquiatría, y Psiquiatría Infantil, Psicología y de la carrera de Psicología de Salud, y de Asistencia Médica.

El DrC. Alexis Lorenzo Ruiz, miembro del Consejo Consultivo y Comité Técnico y Coordinador del Grupo de Salud Mental del Centro Latinoamericano de Medicina de Desastre (CLAMED), de la capital, dijo en esta ocasión que la mencionada Instrucción No. 20 surge como un documento metodológico y complementa este marco legal para conocer qué hacer en Cuba antes, durante y después de los desastres naturales.

Los expertos analizaron cuánto han logrado desde el 2008 a la fecha, basado en sus experiencias e inquietudes, pero, por sobre todas las cosas, cuánto les falta por hacer para perfeccionar cada vez más el trabajo de la salud mental ante las catástrofes naturales, con la inclusión de los sismos, pues este año el archipiélago cubano ha reportado más de 40 movimientos telúricos.

La cooperación médica internacional es un hábito para los cubanos y Haití representa actualmente un importante eslabón en esa cadena. Por eso seis especialistas en Psiquiatría, Psicología y de otras disciplinas relacionadas con la salud mental expusieron sus vivencias en el manejo de los casos. Ellos acudieron al devastado país tras el azote del terremoto del 12 enero del 2010, para ofrecer sus servicios a los cooperantes cubanos que permanecían allí desde antes del fatídico golpe asestado por la Naturaleza, e igualmente a los ciudadanos necesitados del empobrecido suelo caribeño.

Cada uno a su usanza dio a conocer cómo rompió con las situaciones adversas que imponen las diferencias de culturas y hasta de idiomas en beneficio de la salud mental de los afectados y en todos los casos, los resultados fueron satisfactorios.

 

Texto y foto: Olga Lilia Vilató de Varona

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

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