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Más sobre el tabaquismo: un testimonio

Más sobre el tabaquismo: un testimonio

Érase una estudiante de Preuniversitario, camagüeyana e hija de padres que jamás habían llevado un cigarro a sus labios. Un buen día, a la sazón de un grupo de amigas fumadoras comenzó la "gracia". Le decían: "Prueba, este no hace daño, es de los suaves".

A tanta insistencia y con los deseos de agradar como sucede en la mayoría de estos casos, la muchacha "probó" aquello que hasta la mareó, pero lo hizo una y otra vez, aunque con los llamados cigarros fuertes. El olor y la sensación le resultaron mucho más agradables. Así comenzó esta historia que cambió la vida de esta chica para convertirla en alguien ansiosa, con deseos de fumar a cualquier hora; no obstante, se cuidaba de no hacerlo en público. Por aquellos años no era muy bien visto.

En esa época hablar de fumar no tenía nada que ver con la adicción. Simplemente era un mal hábito que llevaba a la halitosis, a los dedos y dientes amarillentos y a esa avidez desenfrenada de fumar cada vez más y que origina la nicotina, la responsable de la adicción de fumar.

Los jóvenes por su naturaleza no tienen percepción del riesgo y el peligro que corren y menos aún piensan en la muerte. De ahí que ignoren o no presten la debida atención a los padres y mayores en general cuando los alertan acerca de los males que traen consigo prácticas como estas, que hoy, 31 de mayo, está dedicado al Día Mundial Sin Tabaco, a propuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La muchacha de la que doy fe en este recuento, ya con 22 años y a punto de comenzar a trabajar, fue a arreglarse las uñas un buen día de 1976 y se quedó horrorizada de la forma tan seguida con que fumaba quien la atendía en la peluquería, y también de su apariencia; tenía un color cetrino, excesivamente delgada y con una voz ronca poco común en la mujeres. La chica pensó en ese momento: "Dentro de poco estaré así".

Llegó a su casa, se deshizo de cuanto cigarro vio en su camino y se juró a sí  misma no fumar más. Sufrió porque no lo hizo con apoyo de personas especializadas, no sabía que utilizar "muletas psicológicas" (sustituir las fumadas por otros quehaceres como conversar por teléfono, comer caramelos, en fin,…) podrían hacerle la vida más llevadera. Se acostaba muy temprano para no pensar y así, con esfuerzo y mucha, mucha voluntad jamás se llevó un cigarrillo a la boca. Hoy con 57 años le molesta hasta que fumen a su lado, detesta el humo, dejó de sentirse ansiosa.

Por supuesto, hoy le habría sido más fácil. Camagüey cuenta con los centros comunitarios de Salud Mental donde atienden a pacientes con adicciones de todo tipo y las terapias la habrían ayudado a salir del “bache” como decimos en buen cubano. Facilito este testimonio con conocimiento de causa porque aunque no lo parezca, la fumadora era yo.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

Ilustración: Tomada de Internet

4 comentarios

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Mendoza, claro que te pesa amigo, te creo, pero puedes estar seguro que todo
está en
proponértelo y ojalá lo hagas y pronto. Comprobarás todos los beneficios y
ningún perjuicio.
Ah, tanto a ti como a Carlos, gracias por escribir.


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From: "Blogia"

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Carlos:
Qué pena que hayas estado dos años sin fumar y regresaras de nuevo. Y hazme
caso, nunca es tarde. Si pasaste ese tiempo sin hacerlo puedes lograrlo,
pues los primeros tiempos son los peores. Yo pasé el Niágara en bicicleta,
también me ponía irritable, eso nos pasa a todos, porque aunque no fumé
durante tantos años ni cajas al día, sí lo hacía intensamente, lo
disfrutaba, y hoy siento una felicidad infinita por estar despejada de esa
esclavitud, figúrate,dejé de fumar el 8 de enero de 1976, hace 35
años!!!!!!!
Yo tuve el estímulo de esa señora que conté para dejarlo, si tú piensas un
poco en lo ocurrido a Julio Blanco, ese cirujano y persona estelar, que
quizás estaría entre nosotros ahora si no hubiese fumado, tal vez encuentres
el motivo idóneo para proponértelo de nuevo.
Es una suerte que tus hijos no fumen, lo mismo ocurre con el mío, eso me da
una tranquilidad tremenda.
Suerte y embúllate desde ahora mismo. Ah, si volviera a nacer tampoco
intentaría fumar, ni por un segundo.





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From: "Blogia"

angel mendoza -

Yo también soy de los que fumamos desde los 14 ó 15, y cuánto me pesa!!!.
Me faltan coj... para dejarlo!!

Carlos -

Me alegro por ti. Parece que para mi ya es algo tarde pues tengo 51 y fumo desde los 15. Te imaginas. Hace 5 o 6 anos lo deje por 2 anos, pero en unas vacacaciones en Las Bahamas, probe un tabaco cubano como anoranza y me volvi a pegar, ahora con tabaquitos, pero sigo adicto a la nicotina. Diera lo que no tengo por dejarlo. Muchas veces me tome una cervecita con Julio Blanco al son de unos buenos populares y me aterro saber lo de su final. Hasta ahora me siento bien, pero no soy tonto y se lo que me puede pasar. He recurrido a todo, pero me pongo muy irritable cuando trato de dejarlo. Gracias a Dios mis dos hijos, que estudian medicina, lo detestan y nunca fumaron. Si volviera a nacer, jamas me pusiera otro cigarrillo en la boca!!!