Drogadicción: un camino siempre equivocado
Por varias razones me fue imposible actualizar mi página en horas tempranas. De cualquier manera, lo mismo sea lo que queda de hoy, o mañana o pasado, siempre es un buen momento para abordar el tema de la drogadicción.
Dícese que la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas estableció el 26 de junio como el Día Internacional de Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, en 1987.
Desde mi modesta experiencia, he tenido la oportunidad y no digo privilegio, porque esto es algo que no disfruto, todo lo contrario, lo sufro, de entrevistar a varios adictos a las drogas y a algunos de sus familiares.
Reproduzco aquí una de estas entrevistas por ser de las que más me impactó. Como siempre protejo su verdadera identidad. Jamás he publicado sus verdaderos nombres. Esta vez lo llamaré Eugenio, ni siquiera como en la primera ocasión.
—Me inicié en la droga en el tercer año de Universidad en La Habana. Tenía entre 21 y 22 años. Comencé por curiosidad, tuve amistades que así practicaban yoga, otras religiones que yo no conocía, pues no profesaba ninguna cuando aquello.
“Me llamó mucho la atención el misticismo, y creo que las personas que van a parar a la droga es porque tienen algo en sus vidas, que los impulsa a buscar algo más allá de lo permitido y yo tenía bastantes problemas familiares, muy serios y no sé si buscaba otras realidades mediante la evasión de la realidad en que yo vivía.
“Lo primero que hice fue compartir con gente que consumía droga que me hablaban de sus estados, y me insistían en que me iniciara, eso tiene sus ritos de iniciación, hasta que un día fui con un amigo al monte y consumí el hongo, ese que crece en el excremento de la vaca. Hay que comérselo a pulso, después supe que lo preparaban, lo guardaban, le hacían muchos procesos, pero yo lo consumí siempre directamente.
—¿Qué pasaba entonces?
—Me producía alucinaciones muy grandes. Era la misma realidad, pero con un enfoque diferente, te da la impresión de que es más dulce, más agradable, más llamativa, me hacía sentir muy bien, que era lo que yo andaba buscando y necesitaba y por fin lo había logrado, llegó el momento que era más importante que mi familia, mis amistades. Solamente compartía con quienes consumían drogas.
“Entre mis intereses estaba la droga y sobrevivir en La Habana como pudiera. Después eso mismo me llevó a consumir marihuana, chamisco, o sea, la hoja de la campana. Incluso, me pasé tres días con sus tres noches perdido en un parque y tuve momentos de los que no recuerdo nada en absoluto, cuando aparecía estaba sin camisa, lleno de fango y de golpes, hacía cosas de manera inconsciente.
—¿Consumiste otro tipo de drogas?
Yo consumía también algunos medicamentos, pero prefería el hongo. Si acaso probé otro tipo, como la cocaína o el crack fue sin saberlo, porque te ofrecían refrescos en esos lugares, tú sabías que contenían algo, pero sin conocer qué era, probé las anfetaminas, aunque no sé cuál específicamente.
“Una vez hicimos una fiesta, donde no se bebía ron ni cerveza, era una fiesta de despedida de un amigo, con música sicodélica, lo que consumíamos era anfetaminas y marihuana, todos. No tomaba alcohol antes, era como cualquiera en una ocasión determinada, no tenía ese hábito de tomar, no lo necesitaba.
—¿Si tuvieras que describir la repercusión de tus actos?
—Me fui alejando de mi familia, de mis verdaderas amistades, de los estudios, de todo, entonces sucedió una cosa, la droga no era lo mismo, no me proporcionaba felicidad ni me era agradable, era algo muy complejo, porque aunque esa era la sensación, la necesitaba, mi organismo me la pedía y era más fuerte que yo mismo, te domina el cerebro y no logras entender que es dañino.
—¿Cómo decidiste dejar la drogadicción?
—Yo decidí volver a mi casa y comenzar una nueva vida, dejé los estudios, y pensé trabajar, pero no tenía decidido dejar la droga. Después por crisis de abstinencias armé escándalos, busqué pleitos, cosas que llevaron a mi familia a comprender que era algo fuera de lo normal y me llevaron a tratamiento psiquiátrico.
“Estuve ingresado varias veces en el hospital Psiquiátrico de Camagüey y por fin me quitaron la droga, no la dejé, no fue algo que dejé, yo solo no hubiera podido. Creo que es muy difícil que alguien consiga dejar la drogadicción por sí solo.
“Consumí, aproximadamente, entre dos o tres años. No entendía a mi familia, para mi concepto me estaban haciendo la guerra (mi familia y amistades), y era yo quien se la hacía a ellos. Ahora agradezco a mi familia por todo el trabajo que pasaron, pena, vergüenza. Lo sufrieron por mí.
“Desde el punto de vista médico, la atención fue buena, convivir con pacientes psiquiátricos no es nada bonito, ni para disfrutar y mucho menos siendo uno paciente psiquiátrico.
—¿Eres paciente psiquiátrico desde antes o después de consumir drogas?
—A mí me atendieron con psicólogo por dificultades familiares y eso, pero mi padecimiento es producto de la droga.
—¿Si no hubieras consumido droga cómo serías ahora?
—Si hubiera escogido otro camino sería ahora un buen profesional, un magnífico profesional. Después volví a la Universidad y ya mi capacidad de concentración no era la misma. Estuve durante cuatro años repitiendo.
“Mi inclinación profesional es por las ciencias, pero como hobby, por placer, las letras, aunque te confieso que lo hago con mucha intensidad y a veces me propongo lograr cosas y escribo.
“La secuela es una enfermedad, que es la esquizofrenia, pierdes el contacto con la realidad, muchas veces piensas una cosa, la das por segura y cuando vienes a ver todo es al revés, diferente a lo esperado y simplemente estás perdiendo el contacto con la realidad.
—De todas formas es loable que trabajas y eres útil a ti mismo y a la sociedad.
—Sí, pero yo me comparo conmigo mismo antes de la droga y me doy cuenta que me es difícil controlarme.
—¿Has recaído alguna vez?
—Después de algunos ingresos psiquiátricos volví.
—Pasado el tiempo…
—Tengo 31 años, con un futuro por delante y puedo proponerme cosas, aconsejo que si se sienten desesperados y con necesidad de buscar algo más allá de la realidad, algo místico, que pidan ayuda. Es lo más inteligente, el intercambio, el diálogo, la comunicación entre las personas, eso es importante, si no es un médico, que sea un sacerdote, yo lo veo así, para mí el médico y el sacerdote están muy cerca los dos. Yo soy católico, y tanto el médico como el cura me han orientado y ayudado mucho.
—¿Si tuvieras que dar un consejo al respecto?
—Que nunca se dediquen a la droga, eso es arriesgar tu vida, arriesgarlo todo, todo, todo, la enajenación del placer se convierte en un martirio, vas sintiendo menos placer, pero lo vas necesitando y el cerebro te lo pide.
—¿Qué tiempo llevas fuera de la adicción?
—Totalmente fuera llevo unos seis años, y no pienso volver, bajo ningún concepto vuelvo a la droga. Ya la metedura de pata que iba a hacer en mi vida la hice y me ha costado muy caro.
—¿Cómo fuiste acogido en el trabajo?
—Muy pocas personas conocen que yo consumía drogas, pero quienes lo saben me asimilan muy bien, no he tenido dificultades de ningún tipo, me quieren, nadie me ha rechazado y la mayor parte sabe que soy esquizofrénico y me tratan como si fuéramos familia.
—El final con tu familia ¿cómo ha sido?
—Está muy contenta con mi recuperación. Yo me había peleado con casi todos mis tíos, a mi padre lo ofendí públicamente, a mi madre le pegué, ahora todo se ha recuperado, vivimos en armonía. Tengo un hermano mayor. Ahora somos más felices.
ACOTACIONES NECESARIAS
Esta entrevista la realicé en el 2006 y felizmente Eugenio sigue sin consumir. A él mi reconocimiento y admiración, por su esfuerzo, que ha sigo grande. Nunca más se ha visto como los de la imagen tomada de Internet.
La publicación no salió entonces exactamente así por falta de espacio.
Es muy posible que muchos describan a un drogadicto como un delincuente; sin embargo, la mayoría de los que he entrevistado, también muchachas, son personas tranquilas, agradables, preparadas, con buenas costumbres y familias funcionales. Eso sí, han tenido el denominador común de dejarse llevar por otros, tratar de ser agradables y de “encajar” en ciertos grupos, por eso complacen los pedidos de esos otros.
Tratar de detener este flagelo de la humanidad nos ocupa a todos. Los padres tenemos que prepararnos y hablar claro con nuestros hijos. En mi caso personal le di a escuchar cada una de mis entrevistas a mi adolescente hijo, las cosas que oía lo dejaban perplejo. El mismo papel les corresponde a los educadores. Ellos pueden y deben persuadirlos acerca de los valores, la autoestima y cómo fortalecer la personalidad, los valores morales sin “complacer” por “complacer”, sino con seguridad de sus actos.
En todas las áreas de Salud de la provincia de Camagüey , como en el resto de Cuba, hay centros Comunitarios de Salud Mental donde son acogidos los drogadictos como lo que son: enfermos, siempre con el optimismo y la convicción de que pueden salir adelante.
Autora: Olga Lilia Vilató de Varona
Corrección: Oriel Trujillo Prieto
Foto: Tomada de Internet
7 comentarios
CuquI -
La que te agradece soy yo por estar pendiente, leerme y comentar, un besito
Esperanza Manresa -
Esperanza Manresa -
-
Es cierto que en nuestros años de juventud la drogadicción era algo
impensable, y yo que tengo 57, un poquito más que tú, menos todavía. Sí
había algún que otro como diríamos entonces "descarriado", que sacaba los
pies del plato, pero nada que ver con la generalidad.
Hace unos pocos años, como ves en la entrevista que puse, que la realicé en
el 2006, hubo sus problemas y creo que se actuó con fuerza porque este es un
fenómeno que la población repudia y no es capaz de apañar a aquellos que
quieren hacer dinero "fácil" a costa de la salud de unos pocos, y que al
final puede ser hasta un familiar de uno mismo. Eso es algo terrible.
Cada una de las entrevistas que realicé fue un sufrimiento para mí. Son tan
jóvenes... Pero, por suerte, tienen las facilidades para rehabilitarse y
hablar de drogas ya no es un tabú aquí. Hay campañas educativas y se publica
adonde hay que acudir ante cualquier duda e información, hasta por teléfono
de forma anónima.
No siento que haya ahora un problema generalizado en este sentido, al menos,
como espectadora, pero siempre, familias y educadores, debemos estar
alertas.
Como es mi costumbre, te doy las gracias por ofrecer tu opinión.
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From: "Blogia"
Carlos -
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han formado entre muchos de ellos.
Pero más te agradezco por leerme de vez en cuando y ofrecer tus opiniones.
Este es un tema muy sensible.
Un beso.
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From: "Blogia"
Nelly Nafeh Abi-Rezk -