Educación en Diabetes
La educación diabetológica es esencial para una mejor evolución de la enfermedad, tanto en los pacientes como en sus familiares cercanos, si no el principal, en las estrategias de prevención y control de la enfermedad.
La persona receptora de educación diabetológica deja de ser espectador pasivo de la enfermedad y se convierte en protagonista de su seguimiento y control.
Esta enseñanza, impartida por todos los miembros del equipo de salud vinculados con el paciente diabético, llámense médico, podólogo, enfermera, nutricionista, fisiculturista u otros, constituirá un proceso educativo continuo con estos grupos, en relación con diversos aspectos relativos a la diabetes.
De vez en cuando, ellos deben recibir un refuerzo para mantener en estos educandos una motivación activa e informarlos, además, de los progresos en el tratamiento o las técnicas relacionadas con la enfermedad.
En una investigación conjunta del Centro de Diabetes Joslin, en Boston, y el Centro Médico Montefiore, en la ciudad de Nueva York, publicada recientemente en la revista Archives of Internal Medicine, se confirma cómo la educación diabetológica contribuye a mejorar el control de la glicemia en aquellas personas con problemas para controlar su enfermedad.
El estudio también muestra que la educación sobre la diabetes es fundamental y funciona, y que el tiempo y el esfuerzo invertidos en los pacientes se correlacionan de forma positiva con mejores resultados.
NUEVOS ENFOQUES EDUCATIVOS
Los autores de la investigación mencionada señalan la importancia de personalizar las enseñanzas según el tipo de paciente, pues lo que funciona con los que padecen diabetes tipo uno, no necesariamente funcionará bien con pacientes aquejados de diabetes tipo dos, y las personas que ya tienen complicaciones por la diabetes, probablemente necesiten una educación y seguimiento más intensivos que aquellas afectadas por diabetes estable y relativamente bien controlada.
El estudio también comparó una intervención que combinaba aspectos de estrategias cognitivo conductuales con una educación clásica sobre la diabetes, tanto en ámbitos grupales como individuales.
Por ejemplo, en la educación sobre la diabetes, una estrategia conductual podría ser lograr que la gente deje de pensar en los niveles de glucosa como "buenos o normales" o "malos o elevados".
En lugar de pensar simplemente que es malo mantener cifras elevadas de la glucosa sanguínea, se sugiere analizar qué podría haber contribuido a esa cifra y qué puede hacerse para reducirla y para evitar que aumente de nuevo.
Los investigadores compararon dos grupos de diabéticos, uno al que se le proporcionó enseñanza conductual estructurada y otro al que se le dio la instrucción normal. Al inicio y al final del estudio de varias semanas, a todos se les realizó una hemoglobina glicosilada (medida de los niveles de glicemia a largo plazo; mide entre dos y tres meses anteriores a la extracción sanguínea, los niveles promedios de glicemia).
Al inicio del estudio, la hemoglobina glicosilada promedio fue de nueve por ciento. Los del grupo conductual estructurado tuvieron una reducción de 0,8 por ciento, mientras los otros la redujeron solo en 0.4 por ciento.
De lo anterior se deduce la necesidad de individualizar a cada diabético dentro de un grupo de educación diabetológica y la importancia de las intervenciones conductuales.
Autor: Profesor Alberto Quitantes, Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología
Hospital Docente Dr. Salvador Allende
La Habana, Cuba. E. mail: alberto.quirantes@infomed.sld.cu
Nota: Ya fue publicado en: cubahora.cu
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