Más del Congreso: Para eso estamos los médicos
Varias veces nos habíamos cruzado por estos días en el Centro de Convenciones Santa Cecilia, de Camagüey. Como sesionaba el XXVI Congreso Internacional de la Sociedad Cubana de Ortopedia y Traumatología allí, no representaba alguien con razones particulares, para mí era un delegado más, todos con su importancia, por supuesto. Pero resulta que en el salón plenario el Profesor Dr. Sc. Rodrigo Álvarez Cambras, director general del Complejo Científico Ortopédico Internacional Fran País, de La Habana, lo llamó y lo instó a sentarse a su lado con especial deferencia.
Se trataba del Doctor Ricardo Martínez Llizo, Clínico-Intensivista del hospital capitalino, invitado a la cita por el también presidente de la Sociedad Cubana de Ortopedia y Traumatología y del Comité Organizador de esta reunión de expertos. Lo presentó con admiración, cariño y mucho respeto. Es un hombre que ofreció sus servicios durante tres años en la República Bolivariana de Venezuela y disfrutaba de sus vacaciones cuando:
"Estuve de visita en mi hospital y al llegar a casa mi familia me esperaba con la noticia de que el Profe Álvarez Cambras me había llamado. Pensé varias cosas, pero no imaginaba el porqué. Al otro día fui a verlo y tuve que esperar bastante, él estaba consultando.
"Cuando hablamos me dijo: ’Están solicitando médicos intesivistas para ir a enfrentar la epidemia de la fiebre hemorrágica por el virus del Ébola en África Occidental, ¿estarías de acuerdo en ser uno de ellos?’, y enseguida me ofrecí, de ahí salí para la Oficina de Colaboración a hacer los trámites y enseguida me mandaron para el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí".
—¿Estaba consciente del peligro que correría su vida?
—Por supuesto, para eso estamos los médicos, además nos prepararon muy bien, primero en el Instituto y luego por expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a nuestra llegada a Liberia. Soy disciplinado y eso era lo primero a tener en cuenta. El jefe de nuestra brigada médica consiguió unirnos de una manera muy especial, nos cuidábaos los unos a los otros, fue una experiencia única.
"Allá alternamos con personas de otras naciones que también ayudaban, como profesionales de la Salud o por el ejército, aunque a la zona roja, la de más peligro, solo entrábamos los cubanos a cualquier hora del día o de la noche y le hacíamos de todo a los enfermos por salvarlos".
—¿Luego de esos seis meses y distante geográficamente de aquel entorno, qué es lo más recordado por usted?
—Lo primero es que salvamos alrededor de 50 vidas, pero no puedo olvidar que vi morir familias enteras; otras que solo quedaron los niños, desamparados, luchábamos contra un enemigo invisible, y hablo así en plural porque me refiero al colectivo, esa tarea no es de uno solo. Tuvimos la alegría de que en nuestra brigrada no enfermó nadie, ni siquiera de otras dolencias que abundaban, como la malaria y fue el primer país en controlar tan agresiva epidemia.
Este hombre, de pequeña estatura, mas con un corazón inmenso, tiene 55 años de edad, es jefe del Servicio de Cuidados Intensivos del Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank País, de ahí el orgullo que siente por él su director.
Con esa sencillez que subió a la presidencia y me dedicó estas palabras después, en las que dijo sentirse complacido por cumplir ese compromiso de salvar vidas humanas y regresar sanos a la Patria, agradeció el gesto del Profesor Álvarez Cambras de invitarlo a este Congreso en su 26 edición.
Autora: Olga LIlia Vilató de Varona (Cuqui)
Foto: Otilio Rivero Delgado
2 comentarios
Cuqui -
Disculpa la tardanza, y sí, estoy de acuerdo contigo, tú lo sabes bien, por ti y los tuyos!!!
Dra, Nelly -