Con alas de titanio
Parte del colectivo.
Resulta altamente estimulante llegar a un centro laboral y encontrarse con un grupo de jóvenes muy trabajadores, talentosos y prestos a resolver cuanto problema se interponga para obstruir el buen funcionamiento de equipos hasta inimaginables, relacionados con la salud pública, con la salvedad de que reconocen, sin escondrijos ni medias tintas, a otros que peinan canas porque los admiran de veras.
Estos médicos de la tecnología, como los he calificado en ocasiones anteriores, y que sirven de soporte indispensable al sector de la Salud, con el consabido beneficio a los enfermos, hacen maravillas, así de sencillo.
Me refiero al colectivo del Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina, de Camagüey, Cuba, inaugurado por el Líder Histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz, en 1987. Allí marchan a tono con los tiempos que corren, convencidos de que se parecen mucho a los pediatras, esos llamados a dar con la enfermedad de niños que no hablan; en el caso de ellos curan equipos inertes, pero necesarios y hasta imprescindibles.
El ingeniero Zholem Jorge Isaac, su director, aclara que desde el punto de vista metodológico están involucrados con todos aquellos que ofrecen estos servicios en las diferentes unidades de Salud, aunque no administrativamente.
Son 172 los trabajadores que dirige Zholem, y entre todos recuperaron equipos y accesorios por más de 305 255 pesos durante el 2015, mientras para el año actual prevén superar esa cifra, mas él prefirió mostrar los logros y a sus protagonistas in situ. Y como vista hace fe, qué mejor que las imágenes y sus artífices, con la aclaración que no estuvo presente José Castañal Pérez, de 70 años de edad, muy querido por estos muchachos y quien puso de alta 14 equipos de fisioterapia combinada, a 4 000 euros cada uno en el mercado internacional, para las salas de Terapia y Rehabilitación, porque logró sus tarjetas de control que son electrónicas y de elevada complejidad.
¿Qué les sobra?, equipos rotos sin solución aparente. ¿De qué se valen?, de esas alas que según Farit Rubio Nerey, ingeniero Biomédico y presidente del Comité de Innovadores y Racionalizadores del Centro, les ofreció la dirección, alas para volar con ingenio propio y que para él y sus compañeros, son de puro titanio.
Fuimos hasta Reynier Figueredo Cervantes, ingeniero Biomédico, artífice en la recuperación de las bañeras tan solicitadas en los centros de Rehabilitación, para ofrecer el servicio de hidroterapia (masaje térmico). Él restableció las tarjetas principales de estas, como decir sus corazones. Comprar una bañera le cuesta a Cuba alrededor de 4 mil dólares. No tienen piezas de repuesto y no eran rescatadas en sitio alguno del país.
El también ingeniero Biomédico Denis Menéndez Acuña sacó a la luz la centrífuga que separa la sangre del plasma, ya estaba de baja porque tampoco cuenta con piezas de repuesto, ni rotor, ni motor. Él consiguió la adaptación del circuito de control y temperatura.
En primer plano, el técnico Efrén Vega Mendoza, mostraba un sillón para estomatología adquirido por donación y que le costaría al país más de 4 000 dólares y sin tarjeta electrónica, la que es diseñada y adaptada por ellos; detrás Farit Rubio Nerey, ingeniero Biomédico comenta que la cama destinada a las salas de terapia intensiva llevan un sistema electrónico para gobernar sus posiciones, y este es creado por los jóvenes.
Todos coinciden en que sin el concurso de Roberto Arias Álvarez, tornero, no serían posibles muchas de las innovaciones. Él hace como nadie los taladros quirúrgicos para los ortopédicos y traumatólogos.
Esa autoclave de mesa, que representaría más de 5 000 dólares a Cuba, fue sacada de lo inservible por el licenciado Yoandris Milanés Cabana. El éxito alivia el trabajo a quienes se encargan de la esterilización de materiales y medios contaminados y así eliminar, los microorganismos en objetos a utilizar en diagnóstico, tratamiento o investigación en instituciones de la Salud, y por supuesto, beneficia a los pacientes.
Ángel Tubella Pérez arreglaba este andador, donde también son devueltos a los centros de la Salud las mesas para parir, las motomochilas para la campaña antivectorial en cualquiera de sus etapas y entregadas en el día, y se fabricaron más de 100 camas destinadas al hogar de ancianos del municipio Carlos Manuel de Cépedes.
Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)
Fotos:Otilio Rivero Delgado
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