Fumar sí hace daño y hasta mata
Hoy 31 de mayo: Día Mundial sin Tabaco, iniciativa aprobada por la Asamblea Mundial de la Salud en 1989, como una manera de movilizar a gobiernos y comunidades en acciones de educación y promoción de estilos de vida saludables, en este caso, sin humo, razón más que convincente para abordar en esta Consulta Médica una de las enfermedades más comunes como consecuencia de tal adicción: el cáncer de pulmón.
Esta afección es un problema de salud a nivel global y también en Cuba, de ahí la importancia de desestimular ese mal hábito y de elevar el conocimiento popular acerca del impacto del tabaco en el organismo humano. Es por eso que acudimos al Profesor Miguel Emilio García Rodríguez, Doctor en Ciencias Médicas, Profesor Titular y especialista de Segundo Grado de Cirugía General.
Llegué al también director del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de Camagüey, Cuba, porque está considerado un experto en intervenciones quirúrgicas relacionadas con esta dolencia y nos aseguró que más del 90 por ciento de las personas que sufren de cáncer de pulmón (1) son fumadores.
– Desde su experiencia en el campo de la cirugía de pulmón, ¿cuál es la relación que encuentra entre el cáncer en estos y la adicción al cigarro?
– Más del 90 % de las personas que sufren de esta enfermedad se relaciona con el cigarrillo, aunque no es su única causa, porque hay otras condiciones y contaminaciones medioambientales, también las relaciones genéticas y moleculares. Es decir que toda la asociación de lo genético, ambiental y el hábito de fumar intervienen en el desarrollo de este.
“Realmente ese tipo de cáncer antes del 1900 era raro, y si analizamos el desarrollo que ha tenido a nivel global y en Cuba sin lugar a dudas ha ido en ascenso hasta convertirse en la primera causa de morbi-mortalidad, entre los diferentes tipos de cánceres y de todas las enfermedades de manera general. Fíjese que en el año 2010 fue capaz de superar las cardiovasculares y se situó en el primer motivo de muerte en el mundo desarrollado y en el no desarrollado igual.
“Cuando usted estudia a alguien con cáncer de pulmón más del 90 % fuma; sin embargo, de todos los que realizan esta práctica solo el 13 % lo padece, es algo paradójico, y es ahí donde entran el origen genético y molecular, más la contaminación ambiental”.
– ¿Tiene idea de cómo se presenta Cuba ante el mundo en cuanto a la cantidad de fumadores?
– Es uno de los países con más habitantes fumadores. Antes del año 1970 por encima del 64 % de la población cubana mayor de 17 años fumaba, esto ha ido disminuyendo, sobre todo entre los profesionales y los universitarios; alrededor del 34 % de las mujeres son adictas al cigarrillo y el 46 % de los hombres. La población total redujo esa práctica.
“Realmente esta adicción es un problema de salud muy extendido en el mundo, se plantea que no tiene rostro, es como una máscara que al quitarla llega para quedarse porque se controla, pero no cura, siempre va a estar ahí”.
– ¿Cuáles son las señales para acudir al médico?
– Son muy parecidas a las que presenta un fumador, y otros que ni siquiera dan la medida de lo que está ocurriendo en ese organismo.
– ¿Acuden los enfermos a consulta a tiempo?
– Por lo general llegan tardíamente porque como casi todos fuman y este mal hábito provoca tos, expectoración..., achacan esos síntomas al tabaquismo, por lo que acuden a nosotros con la enfermedad avanzada, o sea, ya extendida a los ganglios mediastinales.
– ¿Qué ocurre si, como le llaman ustedes, sucede un hallazgo y es en un estadio precoz?
– La supervivencia sería mayor. Es bueno saber que esta enfermedad se clasifica por etapas, de la primera a la cuarta, y cada una de estas con un indicador de sobrevida diferente, por supuesto, a medida que aumenta la supervivencia es menor. En la primera es de un 85 %, hasta la última que es bien diferente.
– ¿Cuáles son las medidas médicas adoptadas para mejorar esta situación, si es que se puede?
– Una es la creación en este hospital de la consulta de sombra pulmonar. Los pacientes vienen con una radiografía de tórax con una imagen anormal, pese a que no todos con esa situación padecen la enfermedad, hay que estudiarlos. De ahí comenzamos con el examen clínico, el interrogatorio, los exámenes invasivos y no invasivos de tipo radiológico, como la tomografía axial computarizada de diferentes partes del cuerpo, la resonancia magnética si se cree pertinente, ultrasonidos abdominales, toda hemoquímica. El enfermo transita por esa etapa de incertidumbre hasta que podemos diagnosticarle la enfermedad.
“En esa consulta se decide a quién le es factible el tratamiento quirúrgico o no. Generalmente los operados son los que presentan la afección en etapas tempranas, de la Uno a la Tres-A, en esta última mencionada la adecuada selección es muy importante.
“Alrededor del 15 % de todos los pacientes sobreviven mayor tiempo; y hay otros tratamientos no quirúrgicos porque no todos, incluso, en período inicial del padecimiento pueden ser operados, pues algunos padecen de otras enfermedades y hay que mejorarlos primero, o simplemente realizarles quimioterapias de inducción para ser valorados después y determinar si recibe tratamiento quirúrgico”.
– ¿Y aquellos que por presentar una etapa avanzada de la enfermedad no pueden ser operados?
– Siempre son atendidos; unos con quimio o radioterapia, otros con inmunoterapia y también mediante las vacunas terapéuticas, que son cubanas y muy buenas, estas actúan en el receptor del factor de crecimiento epidérmico, bloquean la señal e impiden el crecimiento tumoral.
“Hay varios ensayos clínicos con las vacunas y en este hospital se llevan todos. Contamos con las vacunas para los operados, para los que no pueden llegar a la intervención quirúrgica, y para aquellos que no asimilarían otro tipo de tratamiento”.
– Cuando el afectado y su familia salen de la consulta de sombra pulmonar, ¿qué conoce de su afección?
– Todo y qué hacer. Si es quirúrgico se va hasta con la fecha de operación.
– Aunque parezca obvio, ¿cuál sería el propósito de una intervención quirúrgica en estos casos?
– Primero que sobreviva a la operación, ellos tienen alto riesgo; y segundo que sobreviva el cáncer, ¿por qué?, pues un 40 % de esos enfermos recaen localmente: otros desde el punto de vista sistémico y a un 20 % le sucede con una modalidad combinada.
– ¿Cómo está la supervivencia en el hospital por esta causa?
– Dentro de los parámetros internacionales. Por ejemplo, desde el 2011 a diciembre del 2015 se han operado 207 pacientes, muchos de ellos viven y con buena calidad de vida, de acuerdo con las añoranzas y expectativas de cada uno, eso es así. Algunos han recaído, pero siempre controlados con tratamientos de segunda y tercera líneas.
“Pueden aparecer en ellos enfermedades metastásicas sobre todo en el Sistema Nervioso Central (SNC). Tenemos pacientes con una metástasis cerebral y como esta predomina han sido operados con buenos resultados y luego reciben la cirugía del cáncer del pulmón. No es el fin de la vida mientras haya un hálito de esperanza.
“Sí tienen que incluirse en los diversos tratamientos posibles, porque es la única posibilidad de vivir más, o sea, insertándose en el sistema de la Salud para que los profesionales a cargo escojan lo más acertado.
“La palabra cáncer para no pocas personas significa el fin de sus vidas y si de pulmón se trata más aún. No es justo que la familia se encargue de privarlo de saber qué tiene y que no le apliquen tratamiento. De esta manera sí están condenándolo a muerte y más rápido. Muchas veces no es la enfermedad la que condena a muerte sino la propia familia con un actuar de protección que deviene falsa. En ocasiones se niegan a operarlos en estadios iniciales y eso es fatal, esa es la única posibilidad de curar en esos casos. Los demás son apropiados, pero con ínfimas probabilidades de curación.
“Hay otras cirugías de avanzada y las hacemos aquí, son conservadoras del parénquima pulmonar (2). Al encontrar estos tumores en las vías respiratorias central la solución es quitarle el pulmón, entonces hacemos una resección de la vía aérea central, es como un autotrasplante del pulmón con conservación vascular, se trasplantan los bronquios en el mismo bronquio o en la tráquea y eso conserva el parénquima pulmonar. Para extraerlo hay que valorarlo muy bien, porque eso constituye una enfermedad por sí sola y si es el derecho más, él ofrece el 55 % del volumen respiratorio y el izquierdo el 45”.
– Si el enfermo fuma y debe ser operado de pulmón, ¿obstruye en algo esa condición a la cirugía?
– Uno de los requisitos es abandonar la adicción de fumar. Por lo menos tiene que permanecer 15 días sin hacerlo antes de ser operado y luego abandonarlo totalmente. Ellos tienen una mayor fragilidad capilar y son propensos a otras complicaciones. Volver al cigarrillo o al tabaco convierte todo este esfuerzo estéril, la causa del cáncer está demostrada.
– ¿Son consecuentes a esa indicación médica?
– Muchos sí, otros no asumen el fumar como un riesgo a sus vidas y no creen que si se despojan de tan dañina práctica alargan su existencia.
– En un día como el 31 de mayo, ¿cuál sería su mensaje?
– Las autoridades debían ser más enérgicas. En Cuba el hábito de fumar comenzó allá por el siglo XVI y Bartolomé de las Casas (fraile dominico español, cronista, filósofo, teólogo, jurista...) fue el primero en tomar cartas en el asunto y mencionar la adicción como tal. También restringirse y hacer cumplir con los requisitos para tener en cuenta los sitios donde puede fumarse o no. En la década del ’90 hubo un descenso expreso del fumar en Cuba. Los precios para adquirir el cigarro se dispararon y la economía no daba.
– Si alguien tiene en su carga genética la probabilidad de padecer de cáncer y además fuma, ¿qué ocurre?
– La acelera, la potencializa. El control social del fumar debe ser mayor, sin dudas.
– En cuanto a edades y sexo, ¿cuáles predominan?
– Todavía el masculino está por encima, aunque ya la diferencia no es muy marcada y han aumentado los jóvenes; los estudiantes de secundaria básica y preuniversitario se inician y eso no es bueno.
– ¿Y en los casos de operados por cáncer?
– Hemos intervenido a personas de 40 años, de 30, no son los más frecuentes, pero los hay. Después de los 50 años son los más comunes; no obstante, no puede decirse que es regla. Debe tenerse en cuenta que lo fundamental es no fumar nunca, y si ya lo hacen y sienten o perciben alguna modificación de sus síntomas respiratorios, pérdida de peso, expectoración inadecuada, y otros, acudan temprano a la Atención Primaria de Salud, o sea, a su médico de familia que lo tienen bien cerca de sus comunidades.
(1) Los pulmones humanos son estructuras anatómicas de origen embrionario endodérmico, pertenecientes al aparato respiratorio, se ubican en la caja torácica, delimitando a ambos lados el mediastino. Sus dimensiones varían, el pulmón derecho es más grande que su homólogo izquierdo.
(2) Se denominan parénquima a los tejidos cuyas células aseguran una actividad fisiológica, a diferencia de los tejidos de sostén o tejidos de unión. Así, el parénquima pulmonar participa en la función respiratoria. Para ello se compone de bronquiolos, conductos alveolares y alveolos. El parénquima pulmonar asegura los intercambios gaseosos a través de los capilares sanguíneos.
Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)
Foto: Otilio Rivero Delgado
Aclaración, esta fue publicada en Consultas Médicas del Adelante digital, el 26 de mayo del 2016.
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