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Parto seguro y calidad de vida, ese es el propósito

Parto seguro y calidad de vida, ese es el propósito

Cuando se abordan temas relacionados con el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) los propósitos son siempre superiores en favor de la calidad de vida de niños, madres y mujeres. La Dra. Ivette Alicia Prince Martínez, jefa de su sección a nivel provincial, abordó las estrategias a seguir durante el 2021, siempre para, según sus propias palabras: “Hacer mejor lo que salió bien y hacer bien lo que salió mal”.

Aseguró que este año estarán encaminadas al control del riesgo reproductivo preconcepcional, por ser la base de la pirámide a la hora de mantener no solo adecuados indicadores en el Programa, sino una buena calidad de vida de los niños y las mujeres.

La también especialista de 2do. grado en Pediatría y en Cuidados Intensivos y Emergencias, Profesora Auxiliar y Máster en Enfermedades Infecciosas, dijo: “El riesgo reproductivo preconcepcional parte del control del embarazo en la adolescencia y debemos asegurarnos de que en este grupo etario hembras y varones conozcan el más mínimo detalle de salud reproductiva”.

Para tal propósito hay habilidades conjuntas con el Ministerio de Educación para llevar la anticoncepción lo más cercana posible a la escuela, educar a los padres y a los adolescentes en este sentido.

Entre otros peligros en esa etapa de la vida dio a conocer: “Hay que saber lidiar con las enfermedades crónicas que padece, de ahí la necesidad de que visite a su médico de familia, y una vez diagnosticado su padecimiento sea seguida para garantizar un control que dé lugar a conocer si tiene posibilidades de concebir un niño porque hay algunas que invalidan el embarazo por el riesgo que implicaría la fecundación para ella. En esos casos debe indicarse una anticoncepción definitiva, mientras si no le impide concebir su hijo debe recibir la orientación del momento oportuno para lograrlo”.

Destaca conocer que todas las mujeres a la hora de planificar su embarazo deben mantener una nutrición y nivel adecuados de vitaminas, cifras de hemoglobina estable y con un aporte de ácido fólico importante, ya que se ha comprobado que solo esto disminuye en un 50 % las posibilidades de malformaciones congénitas y trae beneficios para la salud materna y fetal.

Al ser abordada acerca de las enfermedades crónicas más preocupantes en esta etapa de la vida la Dra. Ivette aseveró: “La obesidad , que de hecho es un problema de salud en Camagüey, pues encontramos entre un 23 o 25 % en la etapa reproductiva, sin dudas, muy elevado y trae consigo riesgos para la madre, como la hipertensión arterial, diabetes, trastornos metabólicos diversos que afectan a la gestante y al feto, y otras complicaciones. El niño corre el riesgo de ser macrosómico con todos los peligros de un feto grande o por el contrario resultar uno con crecimiento intrauterino retardado (CIUR), o sea, muy pequeño.

Por todo lo anterior, refirió, la interesada en parir si es obesa tiene que procurar bajar de peso antes de concebir su bebé, e igual estabilizar su metabolismo, como son: los triglicéridos, el colesterol, la glucemia, cuando esta última es elevada puede ocasionar malformaciones en el niño”.

Sobresale que cada embarazada lleva un control personalizado de acuerdo con la especialidad médica que requiera porque las complicaciones por otras causas, y no por su estado en sí, son frecuentes, acotó la Dra. Ivette.

Todo sin pasar por alto la reorganización de los servicios y la capacitación constante de los recursos humanos y que estén disponibles ante cualquier complicación obstétrica. El PAMI no cesa sus funciones, ni por horario ni día de la semana”, añadió.

Al interesarnos por otras personas involucradas en este Programa, la especialista subrayó que los trabajadores de la Salud tienen grandes responsabilidades; sin embargo, incluye a las mujeres que se embarazan, su pareja pues será el padre de la criatura y la familia que espera la llegada de un nuevo miembro, es por eso que todos deben prepararse.

La niña y la adolescente deben contar con una familia que se preocupe por enseñarles los detalles, buscar ayuda si fuera necesario, y acudir a las consultas especializadas a nivel de áreas de salud, con su obstetra, sin olvidar que hay una consulta altamente calificada en el hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, destinada a ellas con vista a garantizar la salud reproductiva”.

Al indagar sobre, ¿si todo lo previsto falló?: “Entonces la niña queda embarazada, y la familia igualmente desempeña un rol muy importante, al no presentar la madurez psicológica ni biológica necesaria para enfrentar su estado, una de las causas por las que cometen indisciplinas en cuanto al apego al tratamiento médico y hasta se escapan de las instituciones de la Salud. Incluso, tropezamos con decisiones incorrectas al ser persuadidas por la familia del muchacho, lo que se convierte de hecho en una discriminación de género por evadir responsabilidades”.

Y acotó: “Las embarazadas de cualquier edad están llamadas a la disciplina, entiéndase el cumplimiento con los tratamientos y con los exámenes complementarios indicados a ella y al esposo por su importancia en los tres trimestres. Estos se relacionan con las enfermedades de transmisión sexual que pueden afectar al feto y provocar una transmisión de este tipo congénita la que le origina su incapacidad permanente.

El síndrome de flujo vaginal es una entidad enmarcada en los signos de secreción vaginal durante el embarazo y ante estas se encuentran las enfermedades de transmisión sexual que incluye a la pareja, puede provocar abortos espontáneos, parto pretérmino o enfermedades que infecten al feto al pasar por el canal del parto (a la hora de nacer), y si se detecta este problema ella y su pareja deben cumplir de manera estricta con el tratamiento médico”.

La experta no pasó por alto la necesidad de diagnosticar y tratar las afecciones urológicas porque las infecciones del tracto urinario en la etapa del embarazo son peligrosas pues se asocian a cuadros de infección generalizada la llevan no pocas veces a un parto antes del tiempo requerido y ponen en riesgo la descendencia. Ante situaciones así son ingresadas en los hogares maternos si da una orina positiva aunque no tengan síntomas.

Ivette Alicia hizo un alto en la salud del padre y afirmó: “Importa porque la genética vale y mucho. El metabolismo del papá es primordial y el consumo del ácido fólico clasifica del mismo modo en este caso porque evita algunas malformaciones congénitas. Es imposible esperar resultados satisfactorios sin la participación de todos y cada individuo vea su propia salud como algo importante.

Para lograr con éxito lo expuesto sabemos que en la Atención Primaria de Salud (APS) pueden resolverse muchas de estas dificultades porque en la prevención encontramos la mayor de las conquistas y le queda al hospital el responder por un parto seguro”.

Vivir diferente para seguir viviendo

Vivir diferente para seguir viviendo

El 12 de octubre pasado será un día para recordar, tanto como la llegada al mundo y a Cuba del SARS-CoV-2 que provoca la COVID-19. Ese día se registraron cambios relacionados con la vida que llevábamos aquí desde el 11 de marzo, cuando aparecieron los primeros confirmados con la enfermedad, y que coincidió con la declaración de pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aquella fecha constituyó una noticia esperada por las autoridades del país y de su sistema de Salud, por lo que se trabajaba desde antes para que lo anunciado a finales de año en China no causara estragos por estar desprevenidos . A partir de ahora la precaución deberá crecer aún más.

Como cada país o región, tenemos nuestra idiosincrasia; nos tildan de bailadores, alegres, hasta el punto de reírnos de los problemas; somos limpios e inventamos hasta lo imposible para mantener esa buena costumbre. Algo muy lindo igual, pero que en estos tiempos no clasifica, resulta el “cariñoseo”.

Cuesta trabajo no besar a quienes queremos, ni darles la mano a los amigos y hasta prescindir de un abrazo. Cuesta trabajo encontrarse con personas queridas y mantenerse a distancia, evitar las visitas a los hogares de quienes apreciamos, y más dejar a un lado ese gesto solidario de visitar a los enfermos en los hospitales.

El cubano va al médico más que nadie en este mundo y eso debe dosificarse también, acudir a las unidades asistenciales solo en los momentos estrictamente necesarios.

Todos los comportamientos mencionados han sido “virales”, en códigos del ciberespacio; sin embargo, cada persona puede convertirse en su propio facultativo, pensar, discernir. Si las autoridades dicen que los espacios abiertos son los óptimos para hacer ejercicios, no asista a los gimnasios; si abren los centros recreativos con las medidas higiénico-sanitarias previstas y usted sabe que si bebe pierde el control y no se cuida, no vaya, disfrute en casa.

En lo adelante ingresarán en sus hogares los contactos de sospechosos de padecer la enfermedad o de los confirmados, bajo vigilancia clínico epidemiológica, con la excepción de aquellos que no posean las condiciones adecuadas en sus casas o presenten dificultades sociales. Estos contarán con la debida protección porque estarán garantizados en la provincia cinco centros con 70 camas para tales casos, y quienes padezcan de enfermedades crónicas descompensadas permanecerán en las instituciones hospitalarias. A las personas aisladas en sus hogares no los visite, averigüe sobre su salud por otras vías, como la telefónica.

Las colas en tiendas y mercados seguirán, pues hay que buscar la comida y los artículos para vivir. Si usted lleva su nasobuco o mascarilla de forma adecuada, no se pega a los demás y no conversa hasta con desconocidos —algo muy a lo cubano—, beneficiará a su familia y a su comunidad.

Se recuperan las prestaciones en los centros asistenciales no vinculados con la pandemia. El personal del sector ha sido capacitado y cuenta con medios de protección. Los de servicio, el camillero, el portero, todos, tienen que cumplir las reglas para protegerse ellos y a los enfermos: no andar de un lado a otro, permanecer en su área para reducir las posibilidades de contagio y de transmisión, medida que vale para todos los trabajadores.

Ni por asomo quiere decir que el sistema sanitario se lava las manos como Poncio Pilatos y todo queda en el aire. Tranquiliza saber que si surgiera un retroceso y fueran diagnosticados nuevos enfermos, las autoridades prevén cada paso y las medidas oportunas. Poner el bienestar a merced de médicos y enfermeros no resulta el comportamiento razonable. Se trata de que cada cual sea responsable de sí mismo y protejamos también a nuestros profesionales sanitarios que lo dan todo en Cuba y en otras partes del mundo.

Algunos temían a la reapertura de los aeropuertos y a la entrada y salida de cubanos o extranjeros. Hay códigos que cumplen a su llegada,  desde el PCR hasta la colaboración de los sitios donde decidan hospedarse y en las casas de los residentes permanentes, junto a la responsabilidad de cada área de Salud y consultorios médicos.

Podría relacionar cada una de las medidas adoptadas por la Dirección Provincial de Salud para esta época que se ha dado en llamar nueva normalidad, cuando al restablecerse las actividades productivas y de servicios se fortalecen la vigilancia epidemiológica y el control de las medidas higiénico-sanitarias.

Mas, a mi modo de ver, esta nueva normalidad consiste en protegerse para vivir, y con calidad. De ahora en lo adelante, y hasta tanto se aliste la vacuna tan anhelada por todos, tenemos que vivir diferente, esa es la cuestión. Sin llegar al terror, tengamos en cuenta algo que escuché de un experto en el tema a nivel nacional: “cualquier sitio puede ser una zona roja”, porque una persona asintomática a su lado, si se violan las normas de protección lo contagia, aunque sea sin proponérselo. Más del 46 % de los casos confirmados en Cuba no presentaban síntomas.

Por Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/Adelante

Valientes anónimos, pero imprescindibles

Valientes anónimos, pero imprescindibles

Quienes lean sobre Eliecer Ruiz Corvea y Onelia Expósito Gutiérrez; él, fundador de la Escuela Vocacional Máximo Gómez Báez con apenas 22 años, y ella profesora de allí y desde muy joven, creerían que el tema versará sobre sus experiencias, que, además, bien merecido lo tienen. Él, profesor de Física (Pipo por su alumnos); ella de Español y Literatura, y con 43 años de un lindo matrimonio por el que se disputan quién merece la medalla de oro.

Ambos atesoran tres pasiones: esa “Vocacional”, su hija Yulién, y su nieta Annalieth, quien con dos años y medio quedó bajo el abrigo de estos abuelos porque los doctores Yulién Ruiz Expósito y Carlos Enrique Arévalos Tan (padre de la niña), especialista de 1er. grado en Medicina Interna y de 1er. y 2do. grados en Medicina Intensiva y Emergencia del Adulto, Máster en Urgencias Médicas marcharon a cumplir su segunda misión internacionalista, esta vez en Bolivia. Antes estuvieron en Venezuela. “Ella partió a ese país con 22 años, dijo Onelia, casi acabada de graduar y fue difícil, es nuestra única hija y nunca nos habíamos separado. Allá estuvo cuatro años. Cuando regresó ya traía un año de su especialidad, que es Anestesiología y Reanimación, porque la tenía otorgada desde antes de salir.

Aquí terminó su especialidad, en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, se casó y después de tener la niña comienza en el hospital oncológico Maria Curie, y allí le llega la misión para el Estado Plurinacional de Bolivia, ya su esposo estaba allá, y en mayo, un día de las madres, salió, era una separación doble y aunque el Día de las madres es todos los días, siempre la tradición impone sentimientos especiales”.

Onelia y Eliecer no encuentran las palabras oportunas para definir cuánto pasaron por los sucesos ocurridos en Bolivia tras el golpe de Estado cuando los médicos cubanos fueron expulsados de ese país por el gobierno de facto. “Cuesta revivir ese suceso”, dijo la madre y confesó su incapacidad de describir sus miedos y sus inseguridades. El padre confirmó el gran orgullo y veneración que siente por su hija y dice no importarle que los enemigos denominen a los médicos cubanos como esclavos porque ellos no son capaces de valorarlos en toda su dimensión. “Admiro en ella y en mi yerno, el apego a los principios de servir a otros”.

Estos tiempos vuelven a tornarse difíciles, no solo por la lejanía, sino también por la pandemia de la COVID-19. Ahora están en, Luanda, Angola, —epicentro de la pandemia en ese país—. Se mantienen en el hospital Barra do Kwanza, como parte de la Brigada Henry Reeve, razón por la que Onelia asegura: “Ahora asumimos de nuevo el cuidado de la niña, apareció esta situación sanitaria y los dos son médicos, responden a una carrera muy comprometida y nosotros, los abuelos, no solo tenemos que cuidar a la niña, sino educarla a la vez, inculcar los valores sin mamá y papá, no es fácil, pero lo logramos.

Y sí me siento orgullosa de mi hija, hasta deseos de llorar me dan, es una profesional realizada porque sé le gusta lo que hace y eso es lo principal, lo hace con amor y entrega, y lo mismo digo de su esposo, los dos aman su profesión, cuando nos comunicamos y están en zona roja con algún paciente grave se esmeran como si fuera su propia familia y al terminar la semana sin fallecidos los hace sentirse complacidos, esa es la lucha de ambos y así cumplen el ciclo de trabajo, se protegen y se evitan los contagios”.

El padre dice con orgullo: “Mi hija, como profesional y miembro del Contingente Henry Reeve, lleva la salud a los más necesitados, ella siempre ha dado el frente, y a esa farsa del imperio de que los médicos cubanos son esclavos, le decimos con todo el honor que nos asiste que esa ofensa no nos hiere porque quienes tienen que reconocerle lo que hacen son los pueblos, los más desfavorecidos; ellos realizan lo que esos gobiernos no han sido capaces de hacer ni con su propio pueblo, donde da pena y vergüenza que un país tan desarrollado como los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo, solo se dedique a la política, a agredir a otros, a sus intereses económicos y no a proteger la salud de sus habitantes”.

Y agregó: “Me siento satisfecho, ella como persona mantiene relaciones magníficas, y ese es el eslabón fundamental de un médico, ser sensible y humana, vive orgullosa de su profesión y por sus principios es capaz de ir al lugar donde la necesiten porque está formada en este país, bajo la égida de Fidel”.

Ella se hacía la desentendida de las fotos.

Ambos reconocen que la misión de los padres de Annalieth frente a la COVID-19 en un país del continente africano es fuerte y arriesgada, pero se sienten seguros de la capacidad de los dos como profesionales y están serenos porque no solo sabrán protegerse y regresar sanos, sino con la satisfacción de contar con muchas personas sacadas de las garras de la muerte, además, tienen referencias de que las medidas de seguridad adoptadas son óptimas y que los sus homólogos angolanos mantienen una estrecha relación con ellos

Por todo esto y más estos abuelos-papás valientes e imprescindibles cambiaron un tanto una de sus pasiones. Ahora son profesores de la Escuela Pedagógica Nicolás Guillén. Están cerca de casa y pueden dedicarse más a la pequeña Annalieth y, además, aseguran los dos que harán todo lo posible por lograr de cada uno de sus alumnos al maestro apasionado que se necesita.

La familia de Yulién es solo una de las tantas que en Cuba están prestas a ayudar a sus hijos y nietos, pero de la misma manera contribuyen a que en este país y en otros los enfermos sientan una mano amiga. A los que han marchado a otros lares o se han puesto a disposición de los enfermos aquí han sido calificados como Valientes, y con razón, quienes para lograrlo necesitan, a su vez, de otros con la misma valentía para asegurarles la retaguardia, es por eso que hacen suya esa frase de Mario Benedetti: “Si el corazón se aburre de querer para qué sirve”, en ellos y muchas cubanos hay mucho corazón, hasta para ofrecer.

Annalieth al recibir el periódico Adelante impreso del sábado 8 de agosto, besó a sus padres y le decía a sus abuelos: "Mamá y papá con la bandera cubana"

Por Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva

"Solo cumplo con mi naturaleza de servir"

"Solo cumplo con mi naturaleza de servir"

La Brigada dispuesta a ofrecer sus servicios en la Tierra del Fuego.

Desde su estancia en La Habana antes de salir hacia Azerbaiyán, mantuve contacto, vía Internet, con el Dr. Rigoberto Betancourt Nápoles, especialista de 2do. grado en Neurología, especialista de 1er. grado en Medicina General Integral (MGI), Máster en Neurociencias del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech y Profesor Asistente de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, de esta ciudad.

Él forma parte de la Brigada Henry Reeve, que enfrenta la COVID-19 en ese país rodeado por el mar Caspio y las montañas del Cáucaso que recorren Asia y Europa. El grupo de 115 profesionales de la Salud incluye a médicos, licenciados e ingenieros de todas las provincia cubanas. De Camagüey son dos médicos y cuatro licenciados en enfermería.

¿Cómo sintió la acogida a la brigada?

Yo diría que excelente. Los medios han publicado videos sobre nuestra llegada en varias ocasiones, desde que aterrizó el avión hasta el desempeño en los puestos de trabajo y han realizado varias entrevistas que resaltan la labor de los cubanos. Contamos con magníficas condiciones de vida para nuestro descanso.


El Dr. Rigoberto Betancourt antes de entrar a zona roja   

¿Cómo transita el ciclo de trabajo para garantizar las normas de bioseguridad?

Contamos con el material de bioseguridad para nuestra labor y cumplimos todas las medidas. Epidemiólogos, infestólogos y virólogos forman parte de la brigada, son profesionales con vasta experiencia y calificación en la lucha contra enfermedades infectocontagiosas, y han diseñado normas, flujos y protocolos para conservar la seguridad de cada uno de nosotros.

¿Alguna anécdota que lo haya marcado en este tiempo?

Cada paciente es un nuevo desafío, pero en nuestra profesión siempre marca el primer paciente y como uso lentes, lo que más temía ocurrió. Se me empañaron totalmente los espejuelos al punto que no podía ver nada y atendía a una grave que requería de mucha concentración. Al sufrir una cierta desesperación, sentí en mi hombro la mano de uno de mis compañeros que me dijo: “Tranquilo, profe, eso nos ha pasado a todos, busque con los ojos un lugarcito por donde pueda ver”. Encontré esa claridad y la serenidad volvió a mí.

¿Ha sentido agradecimiento de parte de esa población?

Para nosotros el mayor agradecimiento en este país es entender en su idioma azerí cuando te preguntan: ¿sən Kubansan? (¿tú eres cubano?). Y cuando dices que sí, te levantan la mano con el puño cerrado repitiéndote: Fidel Castro. Y precisamente el 13 de agosto cumplimos un mes aquí, fecha que coincide con el cumpleaños 94 del Líder Histórico de la Revolución cubana.

¿Cómo valora el aporte de la brigada y la empatía con los profesionales nacionales?

Trabajamos ante la contingencia con mucha consagración, serenidad y dedicación, es algo que nos caracteriza. Nos hemos insertado profesionalmente en el funcionamiento de todo el hospital número 1, el más grande, de Bakú, la capital, con 10 pabellones, seis de estos dedicados a salas de hospitalización, solo para COVID-19, un laboratorio central y otros para asuntos administrativos. En total, son 38 los departamentos.

Compartimos con colegas de diversas especialidades, inmersos en la atención de pacientes con la COVID-19. Intercambiamos con modestia, sugerimos conductas y tratamientos, según nuestras experiencias, las que son muy bien acogidas. Pesa el respeto ganado por nuestro sistema de Salud. Constituye un reto diario enfrentarnos a pacientes positivos, al igual que traspasar las barreras idiomáticas, que alternan entre el azerí, el ruso y el inglés, pero se convierten en una sola lengua cuando se trata de luchar contra este virus y por la vida de las personas”.

¿Tenía misiones internacionalistas anteriores?

Sí, en Venezuela 2009, Ecuador 2018 y Bolivia 2019.

Con lo vivido en Bolivia, ¿cómo se explica vuelva a salir de misión?

Solo cumplo con mi naturaleza de servir ya que tengo la posibilidad de ayudar a los demás mediante lo que me gusta hacer, y por lo que he estudiado muchos años de mi vida. Se me dio la oportunidad de pertenecer a esta brigada como especialista en Neurología, y eso no se piensa dos veces, mucho menos cuando se trata de ayudar a una parte del mundo en el momento que más se necesita.

¿Cuánto lo apoya su familia en este empeño?

En Cuba tengo hermanos, mi hijo y mi esposa, todos muy pendientes de mí. Nos comunicamos casi a diario, en especial con mi esposa Aidita, mi otra mitad, con quien comparto la vida de mi hogar, me conoce como nadie, y tomamos decisiones en conjunto; ella todos los días me da ánimos, tranquilidad, consejos y asume la soledad por mi ausencia.

Algún mensaje a familia, a sus compañeros de trabajo y amigos…

Para mi hijo Carlos Alejandro, que estoy muy orgulloso de que sea un hombre de bien. Y para mi bella esposa, gracias por todo, Para ambos un beso y un abrazo enorme.A mis amigos, mi otra familia elegida, que incluye mis compañeros de trabajo, a todos los quiero mucho. Es muy lindo recibir mensajes de los que me tienen en sus pensamientos, aunque muchas veces no pueda responder por la gran diferencia de ocho horas. Les agradezco mucho y nos veremos pronto.


 En La Habana, antes de partir a Azerbaiyán.

Al Profesor Rigoberto le será imposible olvidar la Tierra del Fuego, donde hay grandes reservas de petróleo y gas natural; con su capital famosa por la Ciudad Interior medieval amurallada, dentro de la cual se encuentra el Palacio de los Shirvanshah, un sitio de retiro real del siglo XV, y la Torre de la Virgen, hecha de piedra hace siglos y que domina el paisaje.

Tampoco borrará de su memoria estos momentos difíciles a sus 25 años de experiencia como médico, ni la gratitud de personas con las que quizá nunca vuelva a encontrarse, pero que igual tendrán en sus memorias a los kubalılar (cubanos), quienes sin mirar atrás dejaron lo suyo para convertirse en parte de ese pueblo.

A la extrema izquierda, en plena atención a un enfermo.

Miguelito y su don de hacer el bien

Miguelito y su don de hacer el bien

El 13 de diciembre del 2019 publiqué esta entrevista con el Dr. Miguel Emilio García Rodríguez, alguien a quien admiro. La retomo porque es la mejor manera que encuentro para homenajearlo. Hoy lo despidieron de su hospital universitario Manuel Ascunce Domenech porque se nos va de Camagüey. A él le dije y digo aquí que lo extrañaremos mucho, suerte de quienes contarán con su talento y éxitos para él; y como siempre le digo: Nunca dejes de operar.

 

 

Hace apenas unos años conocimos al Doctor en Ciencias Médicas Miguel Emilio García Rodríguez, ese que además es Máster en Urgencias Médicas, Profesor e Investigador Titular, y especialista de 2do. Grado en Cirugía General y en Administración y Organización de Salud. Con esos logros profesionales, más su apariencia que impresiona, llegó a dirigir el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad. No supimos qué juicio certero hacernos de él, solo el tiempo y la profesión nos posibilitaron conocer sobre su vida, la que nunca imaginamos a primera vista.

Nací el 28 de abril de 1964 en la antigua Colonia Española de esta ciudad, hoy hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, y a las 48 horas me trasladaron para Nuevitas, de donde eran oriundos mis padres, sobre todo por parte de mi papá, porque mi abuelo materno vino de España en la época de la Guerra Civil Española.

Así comenzó nuestro diálogo y agregó:

Por parte de mi papá la tradición era ser pescador y práctico del puerto, y por la vía materna mi abuelo, de empleado de una tienda y con mucho trabajo y esfuerzo logró tener sus propios negocios y tierra, era muy perseverante. Tuve una infancia muy normal en Nuevitas, en ese sitio he pasado mis mejores y peores tiempos. Mi padre era muy querido y según oí siempre muy buen práctico en el puerto, incluso fue el encargado de todo el movimiento de los barcos a la entrada y salida para Angola, en tiempos de la guerra.

Acerca de mis peores momentos me refiero a que en el 1976 mi madre falleció debido a una hemorragia subaracnoidea, al parecer por una malformación vascular intracerebral, de esa época que aún era un niño, recuerdo al Profesor Oliverio Agramonte Burón, gran cirujano aún en activo y que fue muy especial en lo relacionado con mi mamá. Su muerte me marcó para siempre, ella decidió quedarse a vivir en Cuba, pero toda su familia marchó a los Estados Unidos. Al faltar ella mi padre asumió el doble rol, pero confieso que mi madre me hizo mucha falta cada minuto de mi vida. Ella y su familia eran muy católicos y así nos crió a mi hermana y a mí, al morir ella nunca más fui a la iglesia, tenía apenas 12 años y no entendía cómo si yo era tan bueno cómo era posible me la llevaran así. Todo eso causó disturbios en mi vida.

¿Dónde cursó sus estudios y cómo llegó a la Medicina?

Los primarios y secundarios transcurrieron en Nuevitas, el preuniversitario lo realicé en Sierra de Cubitas. Mi inclinación era ser Ingeniero Naval, parece que por la influencia del entorno; sin embargo, el deseo de mi papá no era ese, él quería que fuera médico. En mi juventud fui uno más, me comportaba como la media de esa época y seguía con mi empeño de esos estudios, para lo que había que salir del país, en los entonces países socialistas. Sobra decir que mi padre estaba negado rotundamente, y la Medicina no era que me desagradara, pero no la tenía en mis planes; no obstante, por complacerlo a él cambié la carrera, fui de la media, nada descollante. Él fue admirador de los médicos y era amigo de varios, entre ellos del Dr. Bárbaro Armas Pérez, cirujano del hospital Amalia Simoni y para quien tengo un aparte, él trabajó allá.

No le bastó a mi papá con pedirme que fuera médico, sino igual que me hiciera cirujano y confieso que era muy dependiente de él y de sus órdenes, por así decirlo. En primer año de la carrera entré por primera vez a un salón de operaciones con el Dr. Ramón Romero Sánchez, con quien me unen lazos familiares, además, y la verdad no me desagradó.

En los dos primeros años de la carrera fui dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), ya en el tercer año pasé al hospital clínico quirúrgico Amalia Simoni, y allí empecé en la cirugía de manera estable con el Dr. Bárbaro Armas, con ese de quien tengo recuerdos desde que era un niño. Con él me unen lazos muy especiales, a su lado pasé el tercer, cuarto y quinto años y el sexto en Nuevitas. Cuando tuve la oportunidad de estar al lado de Bárbaro ya me identifiqué con la cirugía y muy bien con la carrera de Medicina, ya era otro.

Por diversas causas cuando me tocaba la especialidad no pudo ser, me ubicaron en el municipio de Sierra de Cubitas a hacer el postgraduado porque preferí no dedicarme a otra. Allí me mantuve por tres años, ejercí en la policlínica en la consulta de medicina interna. En ese territorio me hice médico para toda la vida, fue una experiencia única, hacíamos de todo, chocamos con una realidad tremenda. Obtuve varios reconocimientos como Vanguardia Nacional, y el 5 de noviembre de 1990 comencé la residencia en cirugía general, había una plaza, optamos algunos, me seleccionaron para realizarla en el “Amalia Simoni”, hospital con el que me mantuve muy vinculado y con el Dr. Bárbaro, mi paradigma en la cirugía, y mi padre no sanguíneo, pero sí profesional y en todos los aspectos de mi vida.

Ese es un hospital que amo, fue mi escuela, mi todo, mi formación médica y de la especialidad se la debo a ese centro. De allí admiro a todos mis profesores, algunas ya fallecidos, y a todos mis compañeros de trabajo, y me refiero a todos, médicos y no médicos. La especialidad la hice en tres años y tres meses porque debido a mi desempeño pude adelantar el primero y tercer años. Me gradué de cirujano el 8 de abril de 1994 y el 2 de mayo siguiente comencé en Nuevitas, donde permanecí durante 17 años; allí fui jefe de servicio de cirugía general, vicedirector quirúrgico, director de la Filial atendiendo la Asistencia Médica. Fue otra escuela para mí aunque ya como especialista, lugar en el que me entregué en cuerpo y alma, y en esa época me hice especialista de 2do Grado, obtuve la categoría de Profesor, me hice Doctor en Ciencias Médicas, obtuve el Sello de Forjadores del Futuro y Premio a Personalidad de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), también cumplí misión internacionalista en la República Popular de Ghana, donde fui jefe regional de la zona Koforidua, en un hospital que supera las 500 camas, y en poco más de dos años operé a más de 2 000 pacientes, allí me hicieron Hijo Adoptivo como reconocimiento también al trabajo comunitario.

En la misión fui Vanguardia Nacional y en Nuevitas igual durante dos años, me estimularon con el Premio del Ministro de la Salud, que se entregó por única vez a finales de la década del ‘90, y la Tesis Doctoral fue seleccionada como un proyecto nacional”.

¿Cómo llega a Camagüey?

A finales del 2010 la entonces Rectora de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, la Dra. María del Carmen Romero Sánchez, quiso que asumiera el decanato de la carrera de Medicina, ese era un reto mayor, lo pensé mucho porque creí me alejaría de la cirugía, y siempre tuve la idea de si regresaba a Camagüey retornar al “Amalia Simoni”. Finalmente vine en mayo del 2011 como Decano de la Facultad de Medicina e inmediatamente me vinculé a este hospital, al “Manuel Ascunce”, para continuar la asistencia, ya con el perfil de tórax que traía de Nuevitas.

Desde que regresé a Camagüey me empeñé en tratar de unificar la cirugía de tórax, llevarla a diferentes cirujanos y así mantener el legado de mis profesores. Luego de tres años como Decano pasé a desempeñarme como Vicerrector académico de la Universidad hasta el 2015, que me propusieron dirigir este hospital, algo que tampoco tenía en mis planes, pues pensaba seguir como cirujano al cesar en la Universidad Médica. La decisión fue colegiada con mi familia y aquí estoy.

Esta es una tarea ardua y difícil, es uno de los cinco hospitales más grandes de Cuba, tiene 38 servicios de salud y 24 servicios médicos y fue donde se fundó la docencia en la provincia, y esta vida gerencial que tuve antes me ha servicio, eso sí, nunca he dejado la asistencia, y el 75 % de la cirugía que hago es torácica”.

¿Aparte de sus profesores hay personas que lo han ayudado a crecer como profesional?

No habría sido posible sin el apoyo familiar, mi esposa, mi compañera durante 30 años me ha respaldado en todo momento, y mi hijo, que ya es médico y hace estancia en cirugía general con aspiraciones de llegar a la cardiovascular, es mi orgullo, fue el mejor graduado, es muy estudioso. Cuento con una familia corta, pero maravillosa, y tengo una hermana que nos hemos querido mucho, a pesar de que ella decidió emigrar.

Mi padre falleció a los 90 años, nunca quiso irse de Nuevitas, él disfrutaba sentarse en el portal de su casa en la calle Maceo y oler el salitre, eso no lo cambió por nada. Mi padre fue muy recto, nos crió a la antigua.

¿A él le agradecemos el médico y el cirujano que es?

En buena medida y hoy lo agradezco, no considero que he tenido un coeficiente elevado de inteligencia, pero he perseverado y me propongo metas cumplibles. Me siento satisfecho con lo alcanzado, aunque confieso que a la vez soy inconforme hasta luego de cirugías exitosas. Mi determinación de no abandonar el país ha sido mía y mi sentimiento de cubanía se la debo a mi padre también, siento orgullo de mi nación, me gusta mi Cuba.


Al término de una exitosa intervención quirúrgica, acompañado de su equipo y de residentes en la especialidad. Foto: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

¿Qué siente cuando sabe que uno de sus alumnos extranjeros asegura que tiene las manos de Dios?

La definición que tengo de Dios es hacer el bien. Me esfuerzo y sufro con cada paciente, me gusta identificarme con ellos y eso es bueno y malo. Cuando sale bien todo la alegría es infinita, pero soy un ser humano y trato a seres humanos, y si las cosas no terminan de manera satisfactoria lo sufro mucho.

De lo que sí estoy claro es que cuando pongo mis manos encima de un paciente trato de hacerlo con amor, independientemente de su origen, de sus creencias, su ideología, de su sexo, nada de eso es importante para mí, el ser humano es lo que me interesa y por ese lucho, y si Dios existe, si me dio el don de interactuar con la Medicina y de prepararme para hacer el bien, entonces eso sí debo agradecerlo y allí cuenta todo el que me ha formado. Manos de Dios es un don que debe tener todo médico”.

¿A quiénes ha venerado entonces?

A mi familia y a mis profesores. El respeto que siento hacia mis profesores es algo superior, a algunos que he visto llegar al fin de sus vidas lo he sufrido como si fueran mi padre. Ramón Romero ha sido mi guía en la parte científica, con una visión de futuro muy importante. He sido muy afortunado porque Bárbaro Armas es otro científico que conjuga su cerebro con sus manos como cirujano y para escribir, algo que hace muy bien.

Debo mencionar al Profesor Amaranto Borges, ya fallecido, y ejemplo en este tipo de cirugías, o sea, torácicas, para muchos especialistas, era una eminencia, junto a Bárbaro Armas, y estoy seguro que entre ellos dos forjaron mis manos, junto a otros imposibles de mencionar, y eran como los Jinetes de la Apocalipsis de esa época en la cirugía de ese hospital, incluso, cuando trabajé en Nuevitas llevé a los doctores Borges y Bárbaro muchas veces para que me apoyaran en algún que otro caso.

¿A la vuelta de los años, si le dieran a escoger entre tantas responsabilidades?

Fuera todo de nuevo. Primero médico, cirujano, y ser director me ha formado como mejor persona, la vida me ha dado la posibilidad de vincularlo todo. Me veo como un conductor de un barco, ese al que renuncié para ser médico, y los resultados de este son del colectivo.

Cuando los estudiantes hablan bien de la enseñanza, cuando los profesionales salidos de aquí tienen logros aprendidos entre estas paredes, hace que uno sienta un sano orgullo. Pese al bloqueo que nos imponen desde los Estados Unidos, que es real, y estar convencido de que tenemos muchos problemas externos, hay otras limitaciones internas que a veces no las sabemos enfrentar, y eso está demostrado. En este centro tenenos la cifra histórica de alrededor de 26 000 intervenciones quirúrgicas anuales, y este año, con mucho menos recursos que el anterior que no cumplimos lo previsto, ya sobrepasamos esa cifra.

Una de mis misiones aquí es hacer entender a las personas que vivimos en este hospital, porque es así, vivimos, que esto es ofrecer salud, no trabajar por trabajar, y cada uno de nosotros debe administrar lo que tenemos a nuestro alcance para darle a las personas lo que realmente necesitan”.

¿El 2019 le trajo estímulos especiales, puede mencionarlos?

En la versión provincial del XLIV Concurso Premio Anual de la Salud, obtuve el Gran Premio en la categoría de Investigaciones Aplicadas: Programa de atención integral para pacientes con cáncer de pulmón, mientras en el XIV Congreso Internacional de Cirugía Emilio Camayd Zogbe me otorgaron el Premio, primera vez a un camagüeyano, por el impacto científico y social de la investigación: Programa de atención integral para pacientes con cáncer pulmonar, presentada en la categoría de tema libre, pero fíjese, en todos los casos es un reconocimiento a un grupo de personas que no descansan en brindar lo más preciado que puede tener un ser humano que es la salud. Es la faena de un equipo de profesionales que avanza con inteligencia y que lidero desde hace algunos años, pero no soy yo solo, es un orgullo de muchos.

Para responder en algo el inicio confesamos que este hombre de elevada estatura, de fuerte apariencia y andar seguro, se nos presenta desde hace mucho como alguien noble, un ser humano increíble, sencillo y entregado en cuerpo y alma a su profesión. Es alguien a quien todos terminamos llamándolo Miguelito o Migue, así de simple, porque cuando lo conocemos él mismo se encarga de que lo veamos como el amigo, y si tenemos la fortuna de ver su desempeño en un quirófano, entonces creemos de verdad que estamos en presencia no solo de las manos de Dios, sino también de su corazón.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto de portada: Leandro Pérez Pérez

Desde zona roja en Angola, la felicitación para Annalieth

Desde zona roja en Angola, la felicitación para Annalieth

Los doctores camagüeyanos Yulién Ruiz Expósito y Carlos Enrique Arévalo Tan forman una linda pareja. Ellos están casados desde el año 2014, y entre lo mucho que comparten lo más grande es Annalieth, esa hija que hoy 5 de agosto llega a sus cinco añitos.

Coinciden en que sienten una dicotomía incuestionable: la nostalgia profunda por la geografía inmensa que les separa y les impide ofrecerle el beso de cumple, el abrazo apretado y esa necesidad que solo los padres conocen; y el orgullo sano de servirle de paradigmas dignos a esa niña concebida desde el amor y con amor.

Aun a sabiendas de qué es estar lejos de los seres queridos y, sobre todo, de la pequeña Annalieth, los dos respondieron con un sí al deber, a ese que contrajeron al estudiar la sagrada carrera de Medicina y que radica en estar allí, al lado de los más necesitados a riesgo de sus propias vidas y sin pensar en algo a cambio. Determinación complicada, más por la situación sanitaria mundial.

Yulién y Carlos han permanecido alejados de su terruño en otras ocasiones; ella por cuatro años en la República Bolivariana de Venezuela y él durante seis; él 20 meses en el Estado Plurinacional de Bolivia y ella 17 hasta que fueron expulsados de esa nación por el gobierno de facto luego del golpe de Estado. Ahora están en Angola, y él fue el abanderado a la llegada a Luanda—epicentro de la pandemia en ese país. Laboran en el hospital Barra do Kwanza, como parte de la Brigada Henry Reeve integrada por 15 profesionales de la Salud cubanos que luchan contra la COVID-19.

Mi hospital en Camagüey es el oncológico Marie Curie, soy especialista de 1er. grado en Anestesiología y Reanimación y diplomada en Emergencias Médicas del Contingente Haciendo Futuro”, se presenta la Dra. Yulién.

Soy especialista de 1er. grado en Medicina Interna y de 1er. y 2do grados en Medicina Intensiva y Emergencia del Adulto, Máster en Urgencias Médicas, con 25 años en el ejercicio de la Medicina y más de 20 años como especialista en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de la provincia de Camagüey”, así se dio a conocer el Dr. Carlos.

Ambos iniciaron la misión actual en marzo último, con el objetivo de incorporarse en la batalla contra la COVID–19 en ese país, junto con los profesionales angolanos.

Él es el responsable de la Brigada Médica Cubana, y califica a la institución hospitalaria como un centro con gran nivel tecnológico, “destinado a la atención de los pacientes sintomáticos y graves de este coronavirus, con una capacidad para más de 50 enfermos y dentro de ellos diez posiciones de atención al grave con tecnología de punta”.

 

Los doctores Yulién y Carlos frente a la COVID-19.

 

“Hasta el momento —añadió Arévalo Tan— desempeñamos nuestra labor bajo el cumplimiento de estrictas normas de bioseguridad. Ya se han demostrado resultados en nuestro actuar y estamos convencidos, todos, que lograremos doblegar a ese minúsculo enemigo que hoy amenaza a la humanidad”.

Este matrimonio de vida y de profesión coincide en que la disciplina ha caracterizado a los profesionales divididos en tres grupos de trabajo entre cubanos y angolanos, y aseguran que conforman un equipo sólido, “somos colegas, profesores, amigos, en fin, una gran familia consagrada al riesgo, siempre pendientes de las normas de seguridad individual y colectiva, y sin contagiados entre nosotros”, aseguró Carlos.

Como se conoce, la zona roja es el escenario o espacio de mayor riesgo donde se encuentran las personas confirmadas de COVID-19 y es donde ellos realizan trabajo asistencial. “En nuestro esquema de labor, agregó el doctor, mantenemos días de asistencia directa con el enfermo, otros de cuarentena y también de descanso, previo resultado del test confirmatorio o no para obtener el alta epidemiológica y entonces iniciamos el ciclo de nuevo”.

Los dos profesionales mantienen presente a la familia y se comunican cada vez que les es posible, lo que les hace más fuertes. “También contamos con la preocupación de los organismos administrativos y gubernamentales de nuestro centro de trabajo, de la Dirección Provincial de Salud y del Gobierno Provincial, de todos hemos recibido un gran apoyo y tranquilidad con la ayuda que ejercen constantemente a nuestros seres queridos en la preocupación y adquisición de artículos de primer orden, y eso lo agradecemos”, agregó Carlos. De manera particular Yulién menciona al Dr. Humberto González, director de su Hospital Oncológico.

Dicen que estar juntos en ese país y en el mismo equipo de trabajo constituye un motor impulsor y una fuerza tremenda en momentos tan difíciles. No olvidan a cada uno de la enorme familia, amigos, colegas y vecinos, aunque estén separados por 10 463 kilómetros. El solo recordarlos les ofrece valor y fortaleza para seguir adelante, cumplir y regresar junto a ellos.

El Dr. Carlos refiere, en nombre de la Brigada, que cumplirán con la tarea asignada y aceptada, y asegura será una batalla vencida: “Así regresaremos a la Patria”, aseguró.

La cumpleañera de hoy quedó al cuidado de los padres de Yulién, profesores de la Escuela Vocacional Máximo Gómez que a su vez cuentan con el apoyo de los abuelos paternos.

La familia toda resulta una fuente constante de inspiración para esta pareja que se ama y ama, tienen a la pequeña Annalieth en común, y él otras tres hijas más.


Desde la distancia el beso amoroso de Annalieth para sus padres.

La pequeña llega a sus cinco añitos y es un día muy especial para los dos, y están seguros de que pronto podrán ofrecerle ese beso y ese abrazo fuerte que hoy les resulta imposible por dedicar cuerpo y alma a arrebatar de la muerte al prójimo que padece el SARS-CoV-2.

Al regreso lo harán entonces con mayor fuerza, y le entregarán el mejor de los regalos, y que entenderá en unos años y el más preciado del ser humano: ofrecer vida a riesgo de las suyas.

Por Olga Lilia Vilató de Varina (Cuqui)

Fotos/Cortesía de los entrevistados


 

A 50 años de la primera vez, Cuba vuelve a Perú

A 50 años de la primera vez, Cuba vuelve a Perú

A la llegada a Ancash fueron recibidos en Chimbote, provincia del Santa, región Ancash, por el Gobernador Juan Carlos Morillo y autoridades de la dirección de salud de diversos niveles y otros funcionarios de la gobernación.

Perú fue uno de los países en solicitar cooperación a Cuba para enfrentar la pandemia de la COVID-19 y en la madrugada del 4 de junio último arribó a ese país la Brigada Henry Reeve, entrenada para enfrentar situaciones de desastres naturales y grandes epidemias. Al frente de esta se encuentra el Dr. Raudel Vargas Olivera, camagüeyano que ofreció sus impresiones a Adelante, vía Internet, quien dio a conocer que la brigada está integrada por 85 colaboradores de 14 provincias, y agregó:

Nos encontramos desplazados en cuatro regiones, Ancash (27), Arequipa (26), Moquegua (16) y Ayacucho (16), solo no tenemos representación de Sancti Spíritus y el municipio especial de Isla de la Juventud. En mi caso estoy ahora en Ancash y desde aquí hago las coordinaciones correspondientes a la brigada en este país”.

¿Cuántos son de Camagüey?

Somos cinco: los doctores Amalia Ramírez Campins, (Pediatra); Alain Crespo Rodríguez, (Clínico); Roberto Juan Marrero Aliaga, (Medicina General Integral, MGI); y la Licenciada en Enfermería Maydel Bello Angeri

¿Cómo está integrado el grupo desde el punto de vista profesional?

La fuerza cuenta con 50 médicos (dos neumólogos, cuatro clínicos intensivistas, cuatro epidemiólogos, cuatro pediatras, cuatro intensivistas, dos anestesiólogos, y los restantes MGI) y 35 Licenciados en Enfermería, en su mayoría intensivistas.

¿Es numeroso el grupo de mujeres?

Si claro, son nuestras heroínas, están en la primera línea de combate y son 44 distribuidas en las regiones de Arequipa, Moquegua y Ayacucho, y le añado que los 41 hombres, 27 estamos en Chimbote, ciudad más poblada de la provincia de Santa, región o Departamento de Ancash.

El Dr Raudel Vargas, de frente, cuando eran recibidos.

¿Partieron de Cuba con tiempo determinado?

Por tres meses, pero estaremos el tiempo que sea necesario, si el Gobierno y el Ministerio de Salud peruanos lo estiman conveniente, el pueblo lo va a agradecer, de eso estamos seguros.

Otra imagen de la llegada de la Brigada.

¿Qué puede relatarme del día de la llegada a ese país y cómo fue la acogida de los nacionales?

Fue muy emotiva nuestra llegada, imagínese, 50 años después del terremoto de 1970, el que prácticamente destruyó a la ciudad de Huaraz, capital del Departamento de Ancash, pues por esos días llegó la primera Brigada Médica Cubana a Perú, como parte de la ayuda humanitaria que Cuba ofrece, incluso, las 150 000 donaciones de sangre ofrecidas por los cubanos de manera voluntaria, entre ellas la del Líder Histórico Comandante Fidel Castro, quien fue el primero en donar su sangre entonces para favorecer a las víctimas de ese desastre de la naturaleza.

Es por eso que los propios habitantes del pueblo ancashino, manifiestan que en ellos corre sangre cubana.

Estamos en Chimbote y no en Huaraz porque esta ciudad es la más complicada de la región y estamos en el frente de batalla y en la primera línea de contención de la pandemia, en lucha constante junto con los profesionales de la Salud peruanos.

Nos han acogido muy bien, tanto las autoridades del Ministerio de Salud, (MINSA), como por parte de los gobiernos regionales, encabezados por sus gobernadores, todos nos están dando el apoyo necesario para desarrollar nuestro trabajo, se han logrado insertar nuestras brigadas al sistema de salud peruano, y se desarrolla un intercambio fructífero con los profesionales de la salud de esta nación, además, reconocen el alto prestigio de la medicina cubana y su inigualable experiencia en la Atención Primaria de Salud.

Ofrecemos asesoría donde nos lo solicitan, sobre todo en el área de la epidemiologia, la medicina familiar, la neumología, entre otras especialidades y somos fieles a la hora de respetar los protocolos de actuación establecidos en el país para la atención a la COVID-19. Sin dudas, se fortalece la amistad entre los pueblos y aunque algunos se manifiestan inconformes con nuestra presencia, la mayoría nos aplaude y preguntan por el tiempo que estaremos aquí.

Nosotros respondemos: ‘Por el tiempo que sea necesario, mientras nos necesiten estaremos en la primera línea de combate, dando lo que tenemos y no lo que nos sobra, dando solidaridad, altruismo, desinterés, profesionalidad, respeto al ser humano y consagración al servicio público, porque somos servidores públicos al servicio de la humanidad’, porque ese es nuestro único propósito”.

En las pesquisas casa a casa.

¿Cuál fue situación encontraron ante la COVID-19 y cómo se manifiesta la situación?

Muy complicada a nuestra llegada y hasta el 24 de junio, por ejemplo, eran 260 810 los casos positivos y 8 404 fallecidos, con una letalidad de 3,22 %; en Ancash, son 7 347 los confirmados, con 431 fallecidos y la letalidad de 5,87%; Arequipa 5 981 enfermos por esta causa, 188 fallecidos y la letalidad de 3,14 %; en Ayacucho son 1 569 positivos, con 16 fallecidos; y en Moquegua 864 positivos, estos dos últimos con una letalidad de 1,03 %; sin embargo, hay sub registros porque no todos los pacientes acuden a recibir atención y muchos fallecen en sus casas, algo que complica aún más la situación.

A pesar de los 100 días de cuarentena sigue diagnosticándose un gran número de casos cada día y en algunas regiones como Arequipa están incrementando sus contagiados rápidamente en estos momentos. En Lima, la capital, con gran complejidad acumula 147 372 personas con diagnóstico de la COVID-19, y reporta 3 855 fallecidos. Perú tiene 10 588 pacientes hospitalizados, de ellos 1 161 en cuidados intensivos, de un total de 1 323 camas en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en el país, lo cual indica que solo hay disponibles 162 con ventiladores, las UCI siguen colapsadas, o sea, que la situación no puede estar más complicada, y ahora con la reapertura de los comercios, mercados y los vendedores ambulantes y con una economía donde los comerciantes informales agrupan a más de un 70 %, es lógico que se incremente el riesgo de contagio.

Como es lógico el Ministerio de Salud aquí, pide a la población disciplina y cumplimiento de las medidas de aislamiento, lavado de las manos contantemente y uso de mascarillas para tratar de evitar un rebrote y disminuir la cantidad de enfermos.

Es en este complejo escenario en el que labora nuestra Brigada Médica en Perú, por supuesto, desarrolla sus acciones integrales de salud, mediante la contención en la Atención Primaria de Salud (APS) y en la humana misión de salvar vidas en el segundo nivel de atención, tanto en las UCI, como en salas de hospitalización de la COVID-19”.

¿Cuál es el desempeño de los integrantes de la brigada Henry Reeve y si hay algunos en zona roja?

En la Atención Primaria de Salud, en barrido casa a casa, en puestos de salud, en el diagnóstico de casos, seguimiento a enfermos de COVID-19 en sus casas presencial, en la entrega de medicamentos, en el pesquisaje casa a casa, la toma de temperatura, procederes de enfermería y en zona roja en centros de hospitalización de casos positivos, la mayoría graves y en las terapias intensivas, en todos los casos bajo el precepto de salvar vidas.

El Dr. Eugenio Sollet Soto, Neumólogo de La Habana, con una de sus pacientes.

Como ya mencionamos, Cuba lleva muchos años con presencia de médicos en ese país, ¿Perciben muestras de agradecimiento y respeto?

Desde que llegamos a Perú hemos recibido grandes muestras de cariño y gratitud, que no recibimos de modo personal, porque sentimos que son para el pueblo de Cuba, para nuestro Líder Histórico, nuestro Comandante en Jnefe Fidel Castro, para Raúl, para el Presidente Miguel Díaz-Canel, nuestro Ministro de Salud Pública, el Dr. José Ángel Portal Miranda y para todos los trabajadores de la Salud en Cuba.

Debo destacar sobremanera el apoyo recibido por la Asociación de peruanos graduados en Cuba, médicos e ingenieros en su mayoría, que agradecen todo lo que representa la Mayor de las Antillas en su formación y que son, en su mayoría, continuadores de los principios de nuestra medicina, en la que fueron formados y la Organización de Solidaridad con Cuba a través de sus casas al efecto en las diferentes regiones que dan muestras del cariño y nos agradecen todos los días nuestra presencia.

Sabe lo convulso que está el mundo y siempre hay algunos malintencionados que no quieren nuestra presencia, pero son minorías a los que reitero que estaremos acá el tiempo que sea necesario, mientras el Gobierno peruano y el MINSA nos lo soliciten y siempre en la primera línea de combate y contención de la pandemia y al servicio del hermano pueblo peruano que nos aclama y aplaude cuando nos ve llagar a las instituciones de Salud para desarrollar nuestro trabajo”.

¿Cuál es el estado de ánimo de los cubanos a su cargo, sobre todo en tiempos de campaña difamatoria del gobierno de los EE.UU.?

Con un gran espíritu de unidad, consagración al trabajo, y demostramos que solo nos mueve el amor a los seres humanos, a la vida, a la humanidad, que somos dignos representantes de nuestro gran ejército de batas blancas, que en lugar de bombas de Cuba traemos solidaridad, salud y amor. Aunque se desgasten en decir que somos esclavos y espías, y hagan campañas de difamación de nuestra colaboración médica, puedo asegurar que todos los integrantes de nuestra brigada, absolutamente en todos, prima la voluntariedad, estamos acá por conciencia, por altruismo, con el único interés de ayudar a un pueblo hermano, que solo nos interesa su agradecimiento y su bienestar y que estaremos combatiendo en la primera línea por la salud del pueblo peruano el tiempo que sea necesario.

El Dr. Raudel atesora dos misiones internacionales anteriores. Estuvo en Venezuela y Bolivia, desde noviembre del 2003 hasta febrero del 2009, una a continuación de la otra. Fue subdirector de Economía y Servicios, y subdirector General, de la dirección provincial de Salud en Camagüey durante ocho años. A finales del 2019 fue nombrado jefe de otra misión en un país latinoamericano; no obstante y en medio de la espera desde la policlínica Ignacio Agramonte y a causa de la pandemia fue llamado a cumplir esta responsabilidad. Él quiso terminar con esta sentencia: “Aquí estamos entregados, representando dignamente a la Medicina cubana y a nuestra querida Patria”.

Parte de la Brigada.

Por Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.

Conversé con la COVID-19, les cuento...

Conversé con la COVID-19, les cuento...

El 10 de abril del 2020 publiqué esta supuesta entrevista en mi blog personal y por la acogida que tuvo me parece necesario replicarla aquí, donce los temas relacionados con la Salud son la prioridad, gracias...

Para conversar con el coronavirus COVID-19, ese “bicharraco” que apareció a finales de diciembre del 2019, y por su expansión geográfica fue declarada pandemia el 11 de marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) tuve que protegerme, y mucho, lo confieso. Se preguntarán cómo para hacer lo mismo, pero no vale, este tipo de resguardo es diferente y les cuento.

Este es un coronavirus, entre otros conocidos a nivel global. El actual con una repercusión terrible, por tal motivo creí adecuado acercármele con mucha sutileza y tratar, sí tratar, porque el “enemigo” nunca entrega las “armas” fácilmente, de desentrañar algo de sus misterios.

 

¿Por qué apareció así de momento, sin avisar?

Si aviso no tiene gracia, dicen que guerra avisada no mata soldados.

Entonces, ¿su propósito es matar?

A todo el que esté a mi alcance.

¿No le duele ni un poco saber que tantas y tantas personas mueren por su culpa?

No, porque la realidad es que entre ellas mismas, me refiero a las personas que son su propia especie, buscan motivos para aniquilarse y no hay quienes las detengan, así es que no hay razón para que yo sufra.

Como Usted está presente en la mayoría de los países, ¿puede decirnos las principales causas de su expansión?

Todo lo nuevo sorprende. Las personas no estaban preparadas para mi llegada, eso es lo primero; luego, no me hicieron mucho caso, creían podrían conmigo así como así y algunos “aprovecharon” las medidas adoptadas por sus países y salían como si estuvieran de vacaciones, esa fue una de mis oportunidades.

Hubo quienes rechazaron las medidas de higiene sin darse perfecta cuenta de que esa fue otra de las posibilidades de las que me acomodé para ‘seguir viajando’.

Otra cosa muy curiosa fue que algunos gobernantes se reían de mí, decían que era una simple gripe y ojo con esto, una simple gripe puede ocasionarle una neumonía y hasta la muerte a los ancianos e igual a los menores de un año. No sé si conoce de las tres C capaces de complicarle la vida a un viejo y hasta matarlo”.

¿Cuál es la razón de sus estragos en tantas naciones?

La primera está dada por esa “sorpresa” que di a todos, no me esperaban, luego algunas que ya mencioné y quedan unas importantes igual, sobre todo la “desunión” de la que me aprovecho todos los días.

En lugar de dedicarse a enfrentarme, así, enfrentarme con suma inteligencia se echan la culpa los unos a los otros y muchos, sí, muchos, no se ayudan entre sí. Ese es un buen caldo de cultivo para continuar haciendo de las mías.

Hay naciones que sustraen los insumos médicos a otros países porque dicen: ‘estamos en guerra y en guerra vale todo’, así seguiré y yo seré quien resistiré”.

¿Cómo escoge a sus víctimas?

No las escojo, me da lo mismo. A mí nada me importa si es pobre, si es rico, qué religión o sistema político prefieren. Nada de eso lo tengo en cuenta, al final percibo que todos, fíjese bien, todos son vulnerables. No hay alguien que pueda contra mí aunque posea todas las riquezas del mundo, sobre todo si se confía y piensa que sin protecciones ni medidas especiales puede andar por este mundo como quiera.

Al parecer los humanos no se han dado cuenta de esto. No creo en nada ni en nadie, no me importan los países poderosos o no, ya ve, estoy diciendo algunos de mis secretos”.

Luego de esta experiencia que vive, ¿piensa que los humanos lleguen a vencerla?

Claro, pero estoy segura de que pasaré y seré recordada como una de las peores pesadillas vividas en todos los tiempos y en todo el planeta. Por supuesto, y este es otro de mis secretos, siempre y cuando los humanos comprendan qué hacer para protegerse cada uno de mí y así evitar que yo siga pasando de uno a otro sin medida ni clemencia.

Lo otro es que el mundo cuenta con infinidad de trabajadores de la Salud y de otros sectores que no cejan en el empeño de echar el resto por acabar conmigo, igual los científicos, y todos juntos con sus inteligencias a prueba lo lograrán, eso sí, hay que obedecerlos, no lucrar con sus investigaciones y sí ponerlas al servicio de todos”.

¿Cree que cuando Usted sea historia haya dejado alguna lección positiva?

Sin ánimo de ofender, si luego de salir de mí los seres humanos siguen llevando odio, siguen tratando de aniquilarse los unos a los otros por las vías que sean y no aprenden la lección de que todos son iguales y al término de sus vidas algunos no han encontrado ni sitios para ser sepultados, entonces, no habrá lección positiva. Por el contrario, sin logran entender lo opuesto, se despojan de odios y rencores, entonces si otro coronavirus “visita” al planeta Tierra, sabrán defenderse con inteligencia y con algo que hasta yo he aprendido desde que aparecí: con mucho amor, ese que hoy no se demuestra con besos y abrazos, sino con cuidado y orden.

Por Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Montaje de imágenes: Otilio Rivero Delgado