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Desde zona roja en Angola, la felicitación para Annalieth

Desde zona roja en Angola, la felicitación para Annalieth

Los doctores camagüeyanos Yulién Ruiz Expósito y Carlos Enrique Arévalo Tan forman una linda pareja. Ellos están casados desde el año 2014, y entre lo mucho que comparten lo más grande es Annalieth, esa hija que hoy 5 de agosto llega a sus cinco añitos.

Coinciden en que sienten una dicotomía incuestionable: la nostalgia profunda por la geografía inmensa que les separa y les impide ofrecerle el beso de cumple, el abrazo apretado y esa necesidad que solo los padres conocen; y el orgullo sano de servirle de paradigmas dignos a esa niña concebida desde el amor y con amor.

Aun a sabiendas de qué es estar lejos de los seres queridos y, sobre todo, de la pequeña Annalieth, los dos respondieron con un sí al deber, a ese que contrajeron al estudiar la sagrada carrera de Medicina y que radica en estar allí, al lado de los más necesitados a riesgo de sus propias vidas y sin pensar en algo a cambio. Determinación complicada, más por la situación sanitaria mundial.

Yulién y Carlos han permanecido alejados de su terruño en otras ocasiones; ella por cuatro años en la República Bolivariana de Venezuela y él durante seis; él 20 meses en el Estado Plurinacional de Bolivia y ella 17 hasta que fueron expulsados de esa nación por el gobierno de facto luego del golpe de Estado. Ahora están en Angola, y él fue el abanderado a la llegada a Luanda—epicentro de la pandemia en ese país. Laboran en el hospital Barra do Kwanza, como parte de la Brigada Henry Reeve integrada por 15 profesionales de la Salud cubanos que luchan contra la COVID-19.

Mi hospital en Camagüey es el oncológico Marie Curie, soy especialista de 1er. grado en Anestesiología y Reanimación y diplomada en Emergencias Médicas del Contingente Haciendo Futuro”, se presenta la Dra. Yulién.

Soy especialista de 1er. grado en Medicina Interna y de 1er. y 2do grados en Medicina Intensiva y Emergencia del Adulto, Máster en Urgencias Médicas, con 25 años en el ejercicio de la Medicina y más de 20 años como especialista en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de la provincia de Camagüey”, así se dio a conocer el Dr. Carlos.

Ambos iniciaron la misión actual en marzo último, con el objetivo de incorporarse en la batalla contra la COVID–19 en ese país, junto con los profesionales angolanos.

Él es el responsable de la Brigada Médica Cubana, y califica a la institución hospitalaria como un centro con gran nivel tecnológico, “destinado a la atención de los pacientes sintomáticos y graves de este coronavirus, con una capacidad para más de 50 enfermos y dentro de ellos diez posiciones de atención al grave con tecnología de punta”.

 

Los doctores Yulién y Carlos frente a la COVID-19.

 

“Hasta el momento —añadió Arévalo Tan— desempeñamos nuestra labor bajo el cumplimiento de estrictas normas de bioseguridad. Ya se han demostrado resultados en nuestro actuar y estamos convencidos, todos, que lograremos doblegar a ese minúsculo enemigo que hoy amenaza a la humanidad”.

Este matrimonio de vida y de profesión coincide en que la disciplina ha caracterizado a los profesionales divididos en tres grupos de trabajo entre cubanos y angolanos, y aseguran que conforman un equipo sólido, “somos colegas, profesores, amigos, en fin, una gran familia consagrada al riesgo, siempre pendientes de las normas de seguridad individual y colectiva, y sin contagiados entre nosotros”, aseguró Carlos.

Como se conoce, la zona roja es el escenario o espacio de mayor riesgo donde se encuentran las personas confirmadas de COVID-19 y es donde ellos realizan trabajo asistencial. “En nuestro esquema de labor, agregó el doctor, mantenemos días de asistencia directa con el enfermo, otros de cuarentena y también de descanso, previo resultado del test confirmatorio o no para obtener el alta epidemiológica y entonces iniciamos el ciclo de nuevo”.

Los dos profesionales mantienen presente a la familia y se comunican cada vez que les es posible, lo que les hace más fuertes. “También contamos con la preocupación de los organismos administrativos y gubernamentales de nuestro centro de trabajo, de la Dirección Provincial de Salud y del Gobierno Provincial, de todos hemos recibido un gran apoyo y tranquilidad con la ayuda que ejercen constantemente a nuestros seres queridos en la preocupación y adquisición de artículos de primer orden, y eso lo agradecemos”, agregó Carlos. De manera particular Yulién menciona al Dr. Humberto González, director de su Hospital Oncológico.

Dicen que estar juntos en ese país y en el mismo equipo de trabajo constituye un motor impulsor y una fuerza tremenda en momentos tan difíciles. No olvidan a cada uno de la enorme familia, amigos, colegas y vecinos, aunque estén separados por 10 463 kilómetros. El solo recordarlos les ofrece valor y fortaleza para seguir adelante, cumplir y regresar junto a ellos.

El Dr. Carlos refiere, en nombre de la Brigada, que cumplirán con la tarea asignada y aceptada, y asegura será una batalla vencida: “Así regresaremos a la Patria”, aseguró.

La cumpleañera de hoy quedó al cuidado de los padres de Yulién, profesores de la Escuela Vocacional Máximo Gómez que a su vez cuentan con el apoyo de los abuelos paternos.

La familia toda resulta una fuente constante de inspiración para esta pareja que se ama y ama, tienen a la pequeña Annalieth en común, y él otras tres hijas más.


Desde la distancia el beso amoroso de Annalieth para sus padres.

La pequeña llega a sus cinco añitos y es un día muy especial para los dos, y están seguros de que pronto podrán ofrecerle ese beso y ese abrazo fuerte que hoy les resulta imposible por dedicar cuerpo y alma a arrebatar de la muerte al prójimo que padece el SARS-CoV-2.

Al regreso lo harán entonces con mayor fuerza, y le entregarán el mejor de los regalos, y que entenderá en unos años y el más preciado del ser humano: ofrecer vida a riesgo de las suyas.

Por Olga Lilia Vilató de Varina (Cuqui)

Fotos/Cortesía de los entrevistados


 

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