Conocí a dos niños, les cuento
A la izquierda las manos del Dr. Romay y a la derecha las de la Dra. Yilena.
Supe de dos intervenciones quirúrgicas en el Centro de Nefrología, adscrito al hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de la ciudad de Camagüey, que no eran nada comunes, por un lado porque son realizadas en contadas instituciones del país, y por otro, se trataba de niños.
Cristian Jesús Acosta Rivero, de 13 años de edad es de Las Tunas; y Yadián Carbonell Medina, de 14 años reside en Camagüey. Ambos padecen de una insuficiencia renal crónica, por razones diferentes, o lo que es igual, tienen dañados los dos riñones.
Conversé bastante con Cristian, él sabía que le “montarían”, como él dice una arteria con una vena de uno de sus miembros superiores, según el escogido por el médico, conocido entre las cirugías de diálisis como: Fístula Arteriovenosa (FAV). De esta manera y luego de un período de maduración de tres meses, se le produce una fístula que facilita el proceso dialítico, mediante el acceso vascular, pues él, como Yadián está bajo tratamiento de hemodiálisis tres veces por semana.
Por este proceder médico se les evita el puncionarlos, colocarles y quitarles catéteres, tan incómodos y expuestos a infecciones.
Cristian entró al quirófano muy dispuesto, parecía un hombrecito, pero, como siempre hay algún pero, no se acostó hasta que entró: “Romay, mi doctor”, así dijo. Ya acostado nos dimos cuenta que su galeno le llevó una laptop con Muñequitos y con toda la sinceridad del mundo le dijo: “A mí no me gustan, prefiero las películas de acción”. Buscaron y tampoco quiso verlas, él sabía que querían desviarle la atención hacia el lado derecho mientras operaban su bracito izquierdo. Al final solo escuchamos un poco de buena música, pero creo que él ni eso.
Pidió que le dejaran ver cómo le aplicaban la anestesia local y lo logró, después accedió al parabán y comenzó la operación con una condición del niño: “No quiero a muchas personas a mi alrededor porque eso puede ocasionarme fatiga”.
Aunque Cristian no me recuerde, no tiene porqué hacerlo, yo jamás voy a olvidarlo. Tiene un amplio vocabulario, se expresa con una seguridad increíble. Comentó que la playa de su gusto era la de Covarrubias, pero le desagradaba ver cómo los vacacionistas echaban desperdicios al mar.
Luego no quería que el doctor Ricardo (Anestesiólogo) se fuera de su lado, y así fuimos pasando la enfermera y yo. Me paré para tratar de distraerlo y la verdad, no lo conseguí. Me preguntaba qué le estaban haciendo, yo daba la vuelta y le contaba, pero al ocurrírseme indagar acerca de qué estudiaría me respondió: “Cuando esto termine yo le cuento”.
Él sabe que su calidad de vida mejorará dentro de tres meses, así y todo echó una que otra lagrimita. Teníamos que enamorarlo para secárselas, entonces quise aliviarlo al decirle: “Cristian, no llores, tu mamá está del otro lado de la puerta y si te escucha se pondrá triste”, y él sin pensarlo mucho me contestó: “Eso no importa porque ella sabe que yo lloro todos los días”, confieso algo, me partió el corazón.
Momentos en que traté de entretener a Cristian, pero él fue más hábil que yo.
Después seguía preguntándole al Dr. Romay: ¿Ya montaste las venas?, ¿qué me haces ahora?
Por otras razones no conversé con Yadián, sí con su mamá. Ella y la de Cristian mostraron un agradecimiento infinito porque saben cuánto se hace para mejorarles la vida a sus hijos y lleguen aptos a la hora de un trasplante renal, para entonces librarlos de las incómodas pero necesarias hemodiálisis.
Detrás de esta intervención quirúrgica hay todo un equipo médico encabezado por el Profesor Raúl Romay Buitrago, Cirujano Vascular principal, especialista de 2do. Grado y jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del hospital mencionado y Cirujano Vascular del Grupo Territorial de Extracción y Trasplante Renal; la doctora Yilena Valenciano García, de esa misma especialidad; estuvo también el doctor Gabriel García Medina y Romy León Dono, especialistas en Anestesiología y Reanimación; la Licenciada en Enfermería Bertha Ortega Arias, jefa de Salón; y los enfermeros Leonor Rondón y Oscar Cárdenas.
Creo importante mencionar a este grupo por lo incansable y humanos que son, siempre están localizables, con la inclusión de otros expertos, por supuesto. Sin ellos niños como Cristian y Yadián sufrirían más de lo que les ha tocado vivir.
Si algo me llevé de ese salón fue un poquito del dolor de esos pequeños, y otro poquito de amor del que le ofrecieron los especialistas para hacerles el proceder más llevadero, siempre con el optimismo por ese alivio que sentirán en solo 90 días. Preguntaré por ellos y me sentiré aliviada porque quién sabe, Cristian deje de llorar todos los días y sus padres lo disfruten con una carga menos de angustia.
¡Ah!, me olvidaba de la conversación que Cristian dejó pendiente para cuando se acabara la operación. Fui hasta él, iba camino a la ambulancia que lo llevaría con sus padres de regreso a Las Tunas y le recordé que debía decirme qué estudiaría, ¿y saben qué?, ni corto ni perezoso me hizo reír al responderme: “Es que no lo he pensado todavía”.
Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)
Fotos: Otilio Rivero Delgado
12 comentarios
Cuqui -
Luego de estar allí, llegué a casa y al contarle a mi hijo lloré, no creas que soy tan fuerte y Orie me dijo: "Mamá eso te hace daño, no vas a poder seguir", ¿y sabes por qué sigo?, porque hay cosas que deben conocerse y esta es una de ellas y después me reconforta saber de estos enfermos, cuánto han mejorado, en fin...es algo muy lindo, debe ser lo mismo que alienta a los galenos.
Mil gracias por tu opinión, un besito...
Esperanza Manresa -
Cuqui -
No eres la primera persona que me dice eso de mi blog nuevo. Ese sitio no es igual a este, o sea, los lectores colocan su comentario y queda moderado, hasta que yo no le dé publicar no sale, pero te comento algo, ni tuyo ni de esos otros los he recibido.
Gracias de todas maneras por tu intento...
Carlos -
Cuqui -
Gracias por tu opinión, ya te había extrañado.
Me llama la atención que no me digas nada acerca de mi nuevo blog, precisamente por ser tú uno de los que me dio esa idea...
carlos -
CuquI -
Sé que amas este sector al igual que yo y te agradezco tu opinión. La excelencia es casi inalcanzable, pero al menos, trato de ponerle todo mi corazón, sobre todo en casos como estos, los niños para mí son muy especiales, máxime en situaciones límites.
Trataré de seguir el camino, lo intentaré...
Enrique Atiénzar Rivero -
Atiénzar
CuquI -
Mil gracias por tu comentario y no lo dudes, siempre hago llegar al equipo médico las felicitaciones que les llegan por esta modesta vía.
También te agradezco las felicitaciones por la parte que me toca y ojalá nunca tuviera que cubrir episodios de ese tipo. Oti, el fotógrafo, te agradece igual.
Besitos para ti...
Nancy -
Sabes que me acordé de ti. Te agradezco tu entrada al blog y sobre todo la generosidad de pedir para esos niños tanto como por tu hijo, cariños...
Lily -
NANCY FLORAT -