Tributo
Parte de la Brigada Médica Cubana en Qatar. De guardia en emergencias, el 26 de noviembre.
Es la primera vez que hago algo así en mi blog. Hoy, 3 de diciembre y Día de la Medicina Latinoamericana, es una fecha muy especial para latinoamericanos en general, cubanos en particular y camagüeyanos de manera muy especial. Ese día de 1833 nació un grande de la Medicina: el Dr. Carlos J. Finlay, precisamente en la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey. Es por eso que reuní cuatro entrevistas realizadas para el sitio Adelante digital, a médicos camagüeyanos que ofrecen sus servicios en otras tierras y tuvieron la gentileza de dar a conocer sus criterios por el fallecimiento del Líder Histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz.
Seguir su legado internacionalista
El Dr. Ernesto Eusebio López Cruz es camagüeyano, pero está muy lejos de su tierra un día como hoy de tanta tristeza, mas con la convicción de que hombres como Fidel Castro Ruz nunca mueren. Esa es una verdad solo superada por su propia obra en Cuba y en buena parte del mundo.
Mantuve un contacto breve, pero de mucho sentimiento, vía Internet, con el especialista de II grado en Estomatología General Integral y Profesor Auxiliar. Él está hace más de un año en el estado de Qatar como Jefe de la Brigada Médica cubana y Representante de la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (C-SMC).
—¿Qué sentiste en el orden personal al conocer la noticia de la desaparición física de Fidel?
— Me levanté y supe de la noticia por los medios, no lo creía hasta que pude ver la comparecencia de Raúl, qué decir, mucha tristeza y a la vez impotencia por no estar en nuestras manos hacer algo para impedirlo, en fin, sentimientos profundos por el padre no solo mío sino de todos los cubanos aquí.
—¿Cómo notaste el ánimo de tu brigada?
—Le invade una tristeza total a la brigada, eso sí, con la firme determinación de seguir con el legado internacionalista que nos inculcó Fidel.
—¿Cómo abordaron la triste noticia en Qatar?
—Ha sido reflejado por la prensa plana y digital profusamente a partir de la mañana.
—¿Qué piensas del alcance de Fidel, su visión acerca de los más desposeídos del mundo?
—Fue el estadista más importante del siglo XX y principios del XXI; hasta los enemigos tienen que reconocer la grandeza de este hombre que tanto hizo por innumerables países en el mundo, en particular de Latinoamérica y África, sitios donde lo lloran en este momento.
—¿Tu disposición y de tu Brigada a partir de ahora?
—La brigada está integrada por 254 colaboradores y trabaja exitosamente en la localidad de Dukhan, al oeste de Qatar, y digo así, exitosamente, porque es la joya del sistema de Salud de este país, es innegable y seguiremos adelante siendo fieles a los principios de Fidel, nuestro mayor inspirador.
El entrevistado se despidió con un saludo afectuoso, con inmensa tristeza, no hubo entre nosotros otro tema, eso es innegable, pero con la certeza de que continuarán poniendo en alto el nombre de nuestro Fidel, ese que pasó a la inmortalidad porque cumplió con creces con la obra de la vida.
Fidel, paradigma de profesionales de la Salud
Al final y al centro, la Dra. Magda Cortina.
Recibí este mensaje de la Dra. Magda A. Cortina Licea, con 47 años en ejercicio de su profesión, esa que integra el ejército cubano de batas blancas, el más puro, desinteresado, y despojado de arma cualquiera, solo llevan una consiga: la de llenar de conocimiento y salud a quien lo necesite dondequiera que esté, sea cual sea su color de la piel, su credo o definición política.
Ella me dijo al referirse a Fidel, ese que entristeció a todo un pueblo al partir anoche hacia la inmortalidad: “Demorarán muchos años para que nazca un hombre en el mundo con sus cualidades, virtudes y deseos de luchar por la independencia de los pueblos, pero su ejemplo seguirá en nosotros y en muchos hombres del mundo; sus enemigos seguirán criticándole y lamentándose de no haberlo podido enfrentar, ni desaparecer, mucha gente irresponsable y mal agradecida; hoy algunos le critican y hasta festejan su muerte, dando la justa medida de tener el cerebro vacío… porque nadie debe alegrarse de la muerte de un ser humano… lo que les duele es no poder negar el alcance de sus ideas, que levantaron la polémica de los más poderosos magnates de este mundo y a pesar de ello la Revolución siguió allí. Ojalá que las nuevas generaciones sepan aquilatar lo valioso de su obra y se rectifiquen algunos pasos, que en la actualidad no favorecen nuestro futuro, y sin él menos, gracias. ¡Hasta la Victoria Siempre!
Cuando las recibí le pedí publicarlas y ampliarlas con algunas preguntas que venían a mi mente. Con suma gentileza accedió y aquí comparto.
—¿Dónde está cumpliendo misión y cuál es su mayor responsabilidad?
—En África, exactamente en Guinea Bissau, donde trabajo en la Facultad de Medicina Cubana que forma los médicos para este país, por un acuerdo solidario desde hace muchos años entre Amílcar Cabral y Fidel. Imparto las clases de Propedéutica y Semiología Clínica y Medicina Interna a estudiantes del tercer y sexto años de la carrera de Medicina, muy pobres en su mayoría, que aspiran a ser profesionales de bien para su país, además brindo mis servicios a la población en el Hospital Nacional Simao Mendes.
—Tiempo de la misión actual y si ha cumplido otras, ¿dónde y duración de estas?
—Estoy en este país desde febrero del año 2015, he cumplido misiones anteriores en Nicaragua en los años 1983 hasta 1985; Libia, durante 1986; en Guinea Ecuatorial desde el 2000 al 2003; y en San Vicente y las Granadinas, por dos años a partir del 2007; en todas en la formación docente de estudiantes de Medicina y en la labor asistencial.
—¿Cómo fue su amanecer hoy 26 de noviembre con la noticia de la muerte de Fidel?
—Me quedé sin palabras, al recibir la llamada de mi hijo desde Cuba para darme la noticia, realmente no puedo describir mi sentimiento, solo sé que sentí un dolor muy grande, me parecía imposible. Creo que nunca estuve preparada para escucharla, tan impactante, es que creo que a veces los revolucionarios consideramos que era inmortal física y espiritualmente. Tal vez porque le conocí de cerca como muchos desde muy joven cuando llevé a cabo la Alfabetización, en tantas tareas como estudiante, luego como profesional gracias a la idea brillante de abrir un plan de becas que permitió a los pobres en Cuba llegar a la Universidad, que era antes solo un derecho de los ricos y de los blancos... hoy me resulta difícil pensar que su figura ya no estará.
—¿Qué piensa de la postura de Fidel relacionada con la Salud Pública cubana?, ¿cumplió con sus preceptos del Moncada?
—No solo los cumplió, sino que los superó con creces. No puede hablarse de Salud en Cuba sin mencionar a Fidel, siempre estuvo atento no solo en ofrecer atención médica a los que lo necesitaron desde el mismo triunfo de la Revolución, lo que hasta entonces era un lujo para muchos; Fidel se encargó personalmente de que se formaran todos los recursos humanos necesarios para brindar salud al pueblo, con la mejor calidad. Día a día dedicó muchísimas jornadas de su apretado tiempo en aras de atender el desarrollo y fortalecimiento profesional, ético e ideológico de este sector.
"Recuerdo cuando era estudiante, cuántas veces nos visitaba a cualquier hora en Victoria de Girón en La Habana, en la Escuela de Medicina, en 25 y J , en la Plaza Cadenas en la Universidad de la Habana, cómo se interesaba por todo lo que se necesitaba, siempre atento e incansable, transmitiendo valores éticos para nuestra profesión, cómo fue necesario modificar los planes de estudio cuando se fueron los profesores en los primeros años, cómo incrementar el número de médicos, recuerdo que cariñosamente siempre le decíamos que era el Ministro de Salud, porque en toda su vida, esta fue una rama donde su presencia nunca faltó, para el presente y para el mañana.
"Pasa por mi mente cómo se ocupó desde los primeros años por el desarrollo científico con una visión profética del futuro que hoy nos ha permitido tener un prestigio internacional por los proyectos científicos que se realizan, con resultados impactantes para el mundo, cómo no olvidó en medio de su grandeza, a los más necesitados jamás y a partir de este sector comenzaron las misiones internacionalistas hace muchísimos años, que permitieron llevar el consuelo y la esperanza a muchas naciones, la mayoría de sus habitantes no habían tenido la posibilidad de ser atendidos y tocados por un médico, una enfermera o simplemente hacerse un examen de laboratorio, sería interminable hacer un recuento de qué ha significado para la Salud Pública.
"Fidel es, ha sido y será el paradigma, cuando queramos considerar qué es la excelencia en salud, a él se lo debemos. Nos enseñó a luchar, por ser mejores no para ser los dioses de la salud, sino para ser profesionales humildes, confiables, embajadores de paz y seguridad para el pueblo de Cuba y los pueblos del mundo".
—Se infiere entonces, ¿cuánto ha beneficiado su legado a los más excluidos de este mundo?
—Qué decirte, solo mencionar su incansable lucha por denunciar la pobreza de este mundo, la lucha por la alfabetización de los pueblos, la prevención de enfermedades, la educación de cientos de jóvenes de otros países en profesiones y oficios necesarios para el desarrollo de sus pueblos. Sería imposible resumir en pocas palabras qué ha significado Fidel para el mundo. En el país donde trabajo ahora hay muchos profesionales, todos estudiaron en Cuba, se fueron muy pequeñitos y regresaron graduados de las diferentes universidades. Digo esto porque ellos con orgullo se llaman Los Cubanitos y dicen con mucha alegría que todo lo que hoy tienen se lo deben a la Revolución cubana pero sobre todo a Fidel, y hoy no cesan las visitas, las llamadas porque quieren honrar también a su Comandante. Me pregunto en cuántos países está sucediendo algo similar, porque este país no es la excepción, sino regla de su inmensa obra”.
De ese ejército que creó Fidel
Dr. Leosvel en primer plano.
Pareciera que la vida se empeña en que el Dr. Leosvel Pérez Gutiérrez y yo seamos eternos amigos vía Internet. No lo conocía cuando le pedí la primera entrevista.
Él estaba en Sierra Leona entre los 256 médicos cubanos que hacían hasta lo imposible por combatir el Ébola allí, en Liberia y en Guinea Conakry y lo lograron, porque erradicaron tan letal padecimiento. Fueron seis duros meses en su vida y la de su familia, y diría más, para el pueblo de Cuba que quería "apuntalarlos" a todos desde aquí para que regresaran sanos y salvos.
Hoy el tema es otro, se trata de la desaparición física de nuestro Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. Mi solicitud igual, por Internet, y su respuesta no se hizo esperar desde el celular medio descargado, por eso solodemoró el rato en que se restableció el servicio eléctrico en la provincia de Kie Nten, municipio de Ebebiyin en el centro de salud de Angokon, en Guinea Ecuatorial, donde dice con humildad: "Me encuentro ahora de misión por dos años".
A la extrema derecha el Dr. Leosvel en Sierra Leona, en el 2014.
Antes estuvo en Guatemala y más tarde en la República Bolivariana de Venezuela. Su residencia está enclavada en el municipio camagüeyano de Vertientes, y de sus 44 años de vida, Leosvel cuenta 20 dedicados a esa profesión que Fidel tanto amó, defendió y luchó por conseguir galenos bien preparados, con una humanidad sin límites, sencillos, sin afán de lucro.
Con sus 13 años como especialista en Medicina General Integral (MGI), muy vinculada a las aspiraciones del Comandante en Jefe de lograr médicos así, integrales, tiene mucho que contar.
Es lógico que este hombre diga que su “última gran experiencia fue como miembro del contingente Henry Reeve en Sierra Leona”, ese ideado por Fidel para enfrentar adversidades en otros lares.
—Entrar en el tema se imponía, ¿qué ha sido para ti el amanecer de este 26 de noviembre?
—En horas tempranas, como es habitual, me dispuse a revisar las noticias de mi familia y la prensa digital cubana, entonces vi un inquietante cintillo que causó una gran preocupación en mí. Indagué en las redes sociales en voz de compañeros también de misión que desde otras tierras la compartían.
"Me sentí fuertemente conmovido y mi reacción fue buscar colegas para corroborarlo en colectivo y entre todos compartimos con dolor y amargura. La televisión nos confirmó en la propia voz de nuestro Presidente y su propio hermano Raúl Castro Ruz. Otros nos comunicamos también vía telefónica y nos poníamos al día con los detalles de lo que iba aconteciendo, pues en breve tiempo perdimos el fluido eléctrico y las redes sociales fueron la única alternativa posible de información mediante los celulares".
—¿Qué vino a tu mente en un momento así?
—Imagínate. Soy hijo de una familia humilde y campesina, educado siempre bajo principios solidarios y de respeto, con la posibilidad de estudio que solo una Revolución como la que libró nuestro Comandante y Líder invicto podía ofrecerme; de otra manera habría que resignarse a lo que la herencia familiar pudiera determinar en el futuro.
"Por su empeño y sabiduría frente a la amenaza más grande de este mundo supo conducir a la Patria por caminos soñados por nuestros Héroes y hechos realidad por él cuando materializó el programa revolucionario que consolidó a lo largo de toda su vida. Nos educó para que cuidáramos las indiscutibles conquistas y mi gran admiración desde el punto de vista personal está signada por esa visión humanista que supo compartir con el mundo entero a través de los Programas Integrales de Salud para demostrar que no hay derecho humano más sagrado que velar y preservar la salud del ser humano.
"La visión mercantilista de la medicina la he podido palpar en cada uno de los países donde he tenido la oportunidad de trabajar, dándome cuenta cada día del sagrado sistema de Salud cubano con el que no cuentan en este mundo, por mucho desarrollo y tecnologías en sus manos, porque son las minorías quienes pagan tan indispensable servicio".
—¿Cómo influyeron en ti los propósitos de este hombre que ahora es más fuerte ante el mundo?
—A lo largo de mis estudios fui asimilando su ideología y me permitió comprender muchas cosas en este mundo y las previsiones y discursos de Fidel me fueron mostrando un camino diferente por el cual él y muchos otros antes habían luchado, aquí radica la solidez de nuestras convicciones y el desinterés de ganar más, sacrificarnos aún a riesgo de nuestras propias vidas para ayudar a los más pobres que no habían tenido la posibilidad de recibir atención médica, tanto en nuestra Patria como en el extranjero.
—¿Cuál es tu máxima a partir de ahora?
—Seguir siendo fiel a esa ética forjada por nuestra historia, por el Comandante eterno y nuestros profesores de carrera. Toda riqueza que hoy puedan mostrar los países del primer mundo flaquea ante el ejemplo y las conquistas sociales que un país pobre como el nuestro pudo lograr bajo su liderazgo y seré consecuente con sus ideas por nuestro pueblo y por los pueblos del mundo.
"No puedo olvidar cómo aprecié con dolor el sufrimiento de seres humanos ante la terrible epidemia del Ébola que azotó al África Occidental hace apenas dos años y cómo me sensibilicé, como mis compañeros, con esa necesidad de cooperar para ayudar y atender a los que no pueden pagar para recibir atención médica, así aclamaban los órganos internacionales de la ONU y la OMS para erradicar la enfermedad que amenazaba a nuestra especie y que sin el financiamiento de las potencias desarrolladas no se hubiera logrado por los cuantiosos recursos que se necesitaban.
"A partir de ese momento pude darle más valor a mi profesión, a mi familia y a nuestro sistema que puso el medio que más se necesitaba en ese momento y que no todos en el mundo estaban dispuestos a ofrecer: los recursos humanos; solo un pueblo fue capaz de brindarlo y ese fue ¡Cuba!, por eso, nuestro Comandante con plena lucidez y visión nos dedicó una reflexión como el guerrero que no deja a merced de una derrota su ejército de Batas Blancas".
—Si tuvieras la posibilidad de decirle algo a Fidel, ahora, ¿qué sería?
—Hoy solo le diría que vivo orgulloso de ser consecuente con sus ideas, con satisfacción me alegra que la generación histórica de la Revolución pueda contar con profesionales como nosotros y que su discurso lleno de esperanzas dedicado hace muchos años a mi generación lo materialicemos como dignos abanderados de este siglo para defender a nuestra Revolución. Y no podría faltar un ¡Hasta siempre COMANDANTE!
Más apegado a las ideas de Fidel
Hace apenas unos minutos recibí una llamada telefónica desde la República Bolivariana de Venezuela. Era el Dr. Leonardo Ramírez Rodríguez, médico, y amigo consecuente con nuestro sistema social. A él le escribí ayer y como hoy no recibió respuesta, quiso decirme por esa vía que ya me había respondido.
No fue una conversación larga, sí llena de cariño, sentimientos percibidos desde la distancia y el deseo de que hiciera llegar a sus compañeros, colegas y amigos que desde ahora el comportamiento tiene que ser mejor, más apegado a las ideas de Fidel, ese grande que se fue, solo para probarnos que su legado estará vivo por siempre en cada uno de nuestros actos.
Leonardo tiene 54 años, es especialista en dermatología, Profesor Asistente, y permanecerá por aquellas tierras durante tres años, y se desempeña como vicejefe Nacional para la Asistencia Médica. Sé de antemano que como abraza los principios de solidaridad y humanismo, de los cuales el Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, fue su más ferviente abanderado, ya había dejado en alto el nombre de Cuba en Guinea Ecuatorial, también durante tres años, esa vez como jefe de la misión cubana en esa nación.
—Al indagar acerca de su sentir al conocer de la desaparición física de Fidel, me respondió:
—Desde que se conoció la noticia, el dolor ha sido inmenso, no solo en mi persona sino en cada uno de los miles de colaboradores que hoy formamos parte de esta honrosa misión; nuestro Comandante en Jefe nos fue preparando para este momento, pero a los seres queridos nunca quisiéramos que les llegara este duro momento y Fidel es parte de nuestras vidas.
"Estamos distantes de la Patria, pero latimos cual suerte de parte de un mismo corazón ante cada acontecimiento de nuestra Cuba y en momentos tan duros como estos, debemos mantenernos firmes, ecuánimes, para cumplir a cabalidad la indicación de Raúl, de permanecer al lado de este pueblo bajo cualquiera que sean las circunstancias, o sea, cumplir el legado que nos dejó Fidel y demostrar que somos un Comandante en Jefe dondequiera que nos encontremos".
—¿Cómo notaste el sentir de ese pueblo amigo?
—Desde que se conoció la dura noticia no han parado de sonar los teléfonos o recibir mensajes de condolencias, agradecimientos y compromisos, esto es reconfortante; ayer en horas de la tarde se efectuó un acto solemne en el Cuartel de la Montaña donde descansan los restos del Comandante Hugo Chávez, en el cual el Presidente Nicolás Maduro, acompañado de su equipo de vicepresidentes, realizó una brillante intervención, que nos hizo sentir muy emocionados en momentos tan difíciles como los que estamos pasando, asistieron numerosos colaboradores con la presencia de la máxima dirección cubana en el país, y también usó de la palabra nuestro embajador Rogelio Polanco.
"Luisana Melo, la Ministra de Salud de Venezuela, envió una carta de condolencia a todos los colaboradores cubanos, llena de amor, respeto y cariño hacia nuestro Líder, la cual será entregada a cada uno de nuestros compañeros".
—¿Qué piensas del alcance de Fidel, su visión acerca de los más desposeídos del mundo desde una mirada como la tuya que ha vivido de cerca la miseria en otras naciones y la Salud Pública con precio alto?
—El Comandante en Jefe Fidel siempre va a estar presente con su ejemplo, su obra y su sabiduría, que se multiplica en nosotros, quienes tenemos el gran compromiso de trasmitir a las nuevas generaciones, su visión se resume en su Concepto de Revolución cuando nos dijo: ‘Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo’.
"Somos embajadores de la Revolución Cubana, y seguidores de su ejemplo, ayudando a los más pobres y demostrando la certeza de sus palabras cuando dijo tantas veces: ’Un mundo mejor es posible’.
"Es cierto enfrentaremos obstáculos, dificultades, pero los venceremos; su visión de ayuda a los más desposeídos, la preparación y experiencia que se va adquiriendo nos hace más fuertes para seguir cumpliendo su legado.
"Nos podemos considerar privilegiados de haber podido compartir en vida sus orientaciones, sus experiencias, y su historia".
Pensé que aquí terminaban las opiniones del Dr. Leonardo, mas me sorprendió un pedido personal que hago público:
—Solo quiero pedirte una cosa, cuando pases por el lugar donde estarán sus cenizas, deposites una flor en nombre mío, de mi esposa que está aquí conmigo, y del resto de los colaboradores camagüeyanos que junto al gran ejército de batas blancas, como él nos nombró, forman parte de esta misión médica, que es parte también de sus sueños hechos realidad.
—Y mi respuesta igual la hago pública… Puedes contar con eso amigo.
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