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Día Internacional de la Enfermería: “manía y la enfermedad incurable” de Aníval

Día Internacional de la Enfermería: “manía y la enfermedad incurable” de Aníval

Dicen que las piedras rodando se encuentran, y eso es muy comprensible, lo que sí resulta raro es que rueden desde tan lejos y aún así tropiecen. Este es el caso de Aníval Umpierre Umpierre, quien nació en la Maternidad de esta ciudad, luego hospital materno Ana Betancourt, y sea oriundo del poblado de Vilató, en Sierra de Cubitas.

Este Licenciado en Enfermería, con 37 años de experiencia, y Profesor Instructor, labora en la policlínica 13 de Marzo, como Enfermero Intensivista en esa localidad. Dicho así pareciera algo muy simple, y aunque de él emana una sencillez indescriptible, es de los grandes hombres que en silencio van haciendo historia. Antes, en el 2015 nos encontramos a su regreso de Guinea Conakry, África Occidental, luego de enfrentar a la fiebre hemorrágica del virus del Ébola, como parte de la Brigada Henry Reeve. Él fue el último camagüeyano en pisar su tierra luego de esa batalla que lograron vencer.

Ahora volvimos a encontrarnos, esta vez trabaja en el hospital de campaña de la ciudad de Crema, provincia de Cremona, en el estado de Lombardia, Italia. Una vez más de cara a la lejanía de su Patria, sus familiares y frente al virus SARS-CoV-2, declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo último y que aún mantiene al mundo angustiado.

El Día Internacional de la Enfermería, el 12 de mayo, se festeja como homenaje a Florence Nightingale , en su fecha de su nacimiento en 1811 en la ciudad de Florencia, Italia y está catalogada como la creadora de esta rama de la medicina de manera profesional. Qué mejor tributo que el de los enfermeros cubanos, esos que permanecen en su Italia, esos que como Aníval andan y desandan el orbe para curar, aliviar y hasta acompañar a morir a otros a riesgo de sus propias vidas.

¿Por qué de nuevo ese paso al frente?

Tomé esta decisión una vez más porque en realidad es un orgullo y un deber de todo cubano prestar ayuda a aquel que lo necesite en cualquier parte del mundo y en las condiciones que sean, ese es un principio en nuestra carrera, además, así nos enseñó nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro, y muchos otros que dieron sus vidas por nuestra nación, y algunos, incluso, no eran cubanos, es una manera de saldar nuestra propia deuda con la humanidad y con nuestros propios valores y principios. Es un orgullo para mí integrar esta Brigada Médica.

¿Qué de similar encuentra entre esta batalla contra la COVID-19 y la del Ébola?

En el enfrentamiento contra esta pandemia de la COVID-19 encontramos algunos aspectos muy parecidos a la del Ébola, como son: el riesgo de enfermar y perder la vida, eso es algo que todos tenemos claro, asimismo, de la gravedad en que se comporta dicha enfermedad. Considero que esta es aún más violenta que el Ébola en relación con el grado de contagio y a la posibilidad de que personas cursen la dolencia de modo asintomático, lo que provoca un mayor número de personas infestadas y es muy difícil de controlar si no se adoptan las medidas pertinentes, como el aislamiento social, que es el eslabón fundamental en este caso.

Lo otro es que atacamos a una enfermedad diseminada por el mundo, algo que no llegó a ocurrir con el Ébola”.

¿Algunas anécdotas vinculadas con estas experiencias lo han marcado para el resto de su vida?

Desde luego y son muchas. Hay innumerables guardadas en nuestras mentes y que han marcado nuestras vidas, y lo esencial es el dolor de personas que se encuentran enfermos y temen por la pérdida de su vida y la de sus familiares, así como el llanto en forma de agradecimiento al haber cursado la dolencia y lograr sobrevivir, gracias al trabajo y desempeño de nuestra Brigada e igual de los profesionales de estos países que también han entregado todo por salvar a sus pueblos de estas terribles enfermedades. “Aquí hemos vivido esos sentimientos y han brotado lágrimas de nuestros ojos al saber que el sacrificio no ha sido en vano”.

En una fecha tan señalada, ¿cómo catalogaría el desempeño de la enfermería?

El trabajo nuestro como enfermeros en todas las instituciones de Salud a nivel mundial es imprescindible porque tenemos un protocolo de atención para cada caso, a pesar de las indicaciones médicas, somos los que permanecemos en contacto con el paciente en todo momento y con un buen actuar hacemos que el enfermo se sienta mejor psicológicamente, no sufra tanto su soledad y con una mayor esperanza de curar.

La vez anterior estuvo en África, ahora se encuentra en un país del primer mundo, ¿cómo valora esto?

Ha sido una experiencia impactante y que no olvidaré. Eso de ayudar en un país del primer mundo, compartir el trabajo con estos profesionales y demostrar una vez más que los de la Salud Pública cubana estamos bien preparados, que somos capaces de brindar nuestros servicios en cualquier parte del mundo sin importar el desarrollo tecnológico que presenten , es algo verdaderamente perdurable. Y lo otro es que estamos listos para trabajar con tecnología y sin tecnología.

¿Cómo cataloga este intercambio de saberes con profesionales de esa nación?

Nuestra ayuda a este hermano pueblo ha sido de absoluto respeto y cooperación, no vinimos a imponer nada solo a ayudar, y por lo tanto nos hemos regido por sus protocolos cumpliendo estrictamente sus orientaciones y a la vez intercambiando criterios, los cuales han sido aceptados sin ningún tipo de dificultad, compartimos el trabajo con los profesionales italianos, de los cuales hemos adquirido experiencias para nuestra labor

¿Solo ha cumplido estas dos misiones internacionalistas?

No, qué va, estuve también en la República de Angola, en Venezuela y en Haiti.

¿Cuál es la familia que lo espera en su terruño?

Mi esposa y mis hijos, el mayor con 32 años, mi niña de 19 años y el más pequeño con ocho. Tengo la satisfacción de contar con una hermosa familia, la cual me ha apoyado en todo momento, al igual que mi mamá, mis hermanos y todos en general. Me piden que me cuide, que me quieren de vuelta en casa con el deber cumplido y en perfecto estado de salud, a lo cual respondo que no se preocupen, nos estamos cuidando y todo saldrá bien.

Si tuviera la posibilidad de manejar la máquina del tiempo hacia atrás, ¿volvería a ser enfermero?

Por supuesto, porque amo mi profesión y a través de ella he podido entregarle a mi pueblo y a muchos pueblos del mundo mis conocimientos, solo a cambio del agradecimiento y la sonrisa de muchas personas por haber aportado un grano de arena en su recuperación y eso es lo más grande que un ser humano puede sentir.

Quiere decir entonces que eres como escribió Monica Dickens: “La enfermería es como una manía, una fiebre en la sangre, una enfermedad incurable que una vez contraída no se puede curar. Si no fuera así, no habría enfermeros”.

Puede estar totalmente segura.

¿Hoy es el Día Internacional de la Enfermería qué diría a sus colegas?

Una gran felicitación a todos mis colegas en el mundo entero y decirle que somos el puntal más fuerte en la Salud Pública, y pese a que somos seres humanos, no debemos sentir miedo cuando se trate de salvar la vida del prójimo, esa es nuestra labor y para lo cual hemos sido preparados profesionalmente, todo esto acompañado de un gran abrazo, y un iViva Cuba bien fuerte!

En todas las fotos Avíval (siempre el de mayor estatura) despide a personas curadas y de regreso a sus hogares. 

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.



4 comentarios

Cuqui -

Ja ja ja, ojalá sea verdad!!!!

Enrique Atiénzar Rivero -

VALE..SIGUE ASÍ, VAN POR UN BUEN CAMINO

Cuqui -

Mil gracias Atiénzar, es lo que nos toca, o al menos, hacemos lo posible, ah!, la gradecida soy yo...

Enrique Atiénzar Rivero -


Otra de tus excelentes entrevistas. Esta nuevamente cargada de realismo, bondad y humanismo. Sigue así, siempre los AGRADECIDOS te lo agradecerán.