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“O lo hace Cuba o no se hace”

“O lo hace Cuba o no se hace”

Esas fueron palabras del Doctor José Mauricio Landaverde, asesor regional del Programa de Inmunización de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de visita en Camagüey, a propósito de un estudio que se lleva a cabo aquí acerca de la vacuna contra la poliomielitis.

El examen consiste en llevar la vacuna inactivada contra esa enfermedad de la vía intramuscular a la intradérmica, mediante un inyector que no permite al líquido llegar hasta el músculo, con el antecedente de una práctica, también en la provincia, pero en el 2006, por vía intramuscular, cuyos resultados fueron publicados internacionalmente.

--Al responder en torno al por qué Camagüey la única provincia inmiscuida, el doctor Landaverde comentó:

--Más interesante todavía, ¿por qué Cuba?, mire su país tiene una característica que no la tiene ningún otro del mundo. Esta es una nación donde ya se erradicó la poliomielitis y además, el virus vacunal no circula todo el año porque sólo se hacen dos campañas anuales (por las dos dosis suministradas en gotas), y después de la segunda el virus desaparece del ambiente y no queda circulando, o sea, que los resultados del estudio son limpios en el sentido de que no hay peligro de que se confunda, como sucedería en otro sitio donde se aplica durante todo el año. Aquí son puros estos resultados.

“Esta es una contribución de Cuba básicamente para el mundo, sin un beneficio especial para sí, no va a salir ganando nada para ella. Reitero, es una contribución científica y, por supuesto, humanitaria también”.

--Y se preguntó entonces:

--¿Por qué Camagüey?, porque tiene el equipo de investigadores adecuado. Un estudio de este tipo requiere de una precisión increíble, el detallito tiene que hacerse en el momento correcto y registrado de la manera apropiada y todo tiene que hacerse muy bien hecho. El equipo de investigadores aquí es valiosísimo y lo hacen tan bien, que los alcances son publicados a nivel internacional, leídos por la comunidad científica del mundo y nadie los pone en duda.

“Ya Camagüey tiene un nombre por otras experiencias anteriores con una disciplina metodológica y una pureza de pensamiento de quienes lo hacen tremenda. Hay plena confianza. Uno de los estudios anteriores fue publicado internacionalmente, haciendo galas de pureza metodológica y una honestidad plena. Nadie pone en duda el resultado de una investigación realizada en Cuba y menos en Camagüey.

“Si estoy aquí es para darle las gracias, porque como decía antes no salen con ganancia alguna, y aunque aclaro, no constituye esto un experimento con algo desconocido, porque se está utilizando una vacuna de aceptación internacional, que pasa los criterios de clasificación, de buena calidad, pues es la misma que reciben los niños en Europa, en Estados Unidos y en Canadá, pero sí asienta un tributo porque el estudio se hace por ser éste un país tropical y eso, se piensa, puede modificar la respuesta de la vacunación, lo cual se inserta en el esfuerzo de erradicar la poliomielitis en el mundo.

“Estos resultados van a estar disponibles para cuando se erradique la poliomielitis en el mundo, imagínese usted si en lugar de una vacuna completa puede usarse sólo la quinta parte de la dosis el ahorro que va a significar para los países pobres. Cuesta 3,50 dólares cada dosis y hay que poner cuatro. Cuando se comienzan a sacar las cuentas de vacunar a una población entera, figúrese.

“Como la oral contiene virus vivos, se quiere emplear ésta cuando la polio sea erradicada, pues no habrá el virus en el mundo, es lo que está detrás de todo esto. En un país como este no significa un problema usar el virus vivo porque se vacuna simultáneamente, pero donde no todos los niños reciben esa protección el virus vivo podría comenzar a caminar por la comunidad.

“Por eso no me canso de repetir que es una gran contribución de Camagüey especialmente y de Cuba al mundo. Por supuesto, para un estudio de esta naturaleza debe tenerse el visto bueno del Comité de Ética de Cuba para comenzar y después los de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la OPS.

--¿Cómo valora la respuesta de los padres cubanos ante tal propuesta?

--Ha sido excelente, pero más es producto de la confianza que ellos tienen a los amigos que trabajan en la Salud Pública cubana, fíjese, es confiarle un hijo a otra persona y que le digan, además, que no trae ningún beneficio especial, sólo la vacunación y si quiere recibe la otra, la de las goticas que cuando le toca le toca.

“Eso es muy difícil en cualquier otra parte del mundo, tiene la gente que tener mucha confianza en sus trabajadores de la Salud y su sistema. En algunos países las compañías farmacéuticas pagan para hacer los estudios y bastante. Aquí tenemos la gran ventaja de que la población está educada y se les pueden explicar las cosas a las mamás y a los papás, y la gran ventaja, repito, de que confían en los trabajadores de la Salud. Son muchos años de estar cultivando buenas relaciones, no es algo sacado de debajo de la manga de una camisa.

“Nosotros como OPS estamos muy agradecidos porque no hay otra parte donde hacer esto, o lo hace Cuba o no se hace. Se ha intentado en otros lados y siempre se contaminan los estudios y los resultados son puestos en duda.

--A pesar de las dificultades económicas que enfrentamos… y me interrumpió para asegurar:

--Dificultades que son recompensadas con la tranquilidad con que viven. Ustedes no tienen idea de lo dura que es la vida fuera y el riesgo permanente que hay, así es que con dificultades y todo tienen una población bien protegida

De la manera actual la vacuna es administrada en dos dosis, cuando era intramuscular se efectuaba en una sola, y si esta prueba resulta exitosa, o sea, si llena los títulos de anticuerpo se abarata el costo de producción de la misma y puede aplicarse en otros países.

En 17 áreas de Salud de esta provincia, que involucra a varios municipios se validarán los niveles de inmunidad por vía intradérmica y fraccionada, o sea, en dos dosis, en niños que nacieron en marzo y abril del 2009 y que fueron vacunados con la primera dosis a los cuatro meses de nacidos y con la segunda a los ocho meses, bajo el consentimiento informado de los padres, previo criterio de inclusión del niños por parte del especialista en Pediatría.

Texto y foto: Olga Lilia Vilató de Varona

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

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