Bienvenida al terruño
Casi estoy segura de que la doctora Maité Salazar Umpierre ya está de vuelta en casa. Hasta hace apenas unos días ella era una de los 3 120 internacionalistas camagüeyanos que ofrecían sus servicios desinteresados en 49 países. En su caso en Guatemala.
Mientras compartía sus experiencias profesionales y brindaba su solidaridad a los más desposeídos de esas latitudes contactamos con la joven médica vía Internet, ocasión en que comentó que hacía su residencia en Neumología en el hospital Amalia Simoni de esta ciudad cuando fue propuesta para enfrentarse a una misión internacionalista en Perú donde permaneció por siete meses. A su regreso le esperaba otra en Baja Verapaz, Guatemala. Allí estaba al momento de esta entrevista desde el 14 de julio del 2007.
Quienes bien la conocen dan fe de su dulzura, honestidad y pasión por su profesión. Con 33 años de edad y un hijo de 5 años que comenzó su vida escolar este curso dice tener la retaguardia cubierta, además, puntualizó: “Tengo la tranquilidad de que está protegido por mis amados padres, y que reside en un país seguro en todos los sentidos.
“Estudiar esta carrera en Cuba es un antecedente vital para llegar hasta aquí. Me ha nutrido de la sensibilidad necesaria para ofrecer salud en cualquier lugar del mundo que lo requiera”.
--Tú que has tenido experiencia de trabajo en otras tierras, ¿qué opinas del papel de la mujer en esos lugares si tuvieras que compararlo con Cuba?
--El ser médica internacionalista me ha dado la posibilidad de compartir junto a mujeres de otras sociedades y me he sentido orgullosa, pues siempre la mujer cubana sobresale por su audacia y su ejemplaridad en todos los frentes, sin subestimar a las de otras partes del mundo donde la sociedad de por sí no les da el lugar que merecen.
--¿Cómo crees fueran los logros de la mujer en esos países donde has cumplido y cumples misión internacionalista si hubiera ocurrido una Revolución como la nuestra?
--Hubiese sido una hermosa oportunidad para este género y habrían salido a la luz muchos talentos por explotar y muchos diamantes por pulir.
--¿Qué le dirías a las mujeres cubanas?
--Insistiría en que es el momento de mantenernos unidas, de luchar en contra de la guerra y por mantener la paz, como nos ha convocado Fidel, también nos corresponde denunciar la injusticia cometida contra nuestros Cinco Héroes, encarcelados con largas condenas cuando en realidad son luchadores contra el terrorismo.
—Descríbeme el sitio donde te encuentras.
—Estoy en uno de los 22 departamentos que integran esta República, conformado por ocho municipios, con una extensión territorial de 3 124 kilómetros cuadrados y se encuentra a más de 940 metros sobre el nivel del mar, con una población de poco más de 269 mil habitantes, y la fuerza cubana atiende a alrededor de 52 168 en el área de consulta externa del centro de Salud, lo cual representa un 21,4 por ciento.
“No obstante, como realizamos las guardias médicas en el Hospital Nacional Departamental, cubrimos a toda la población desde la emergencia.
“Es un lugar muy bello, de elevadas montañas y grandes valles. Sus pobladores profesan como corrientes religiosas, la católica y la protestante, aunque en su mayoría practican las costumbres mayas. Las lenguas predominantes son las Achí, el Quetchi y el Pogomchi, aunque el indígena por lo general es bilingüe”.
—¿Cuáles son las tasas de mortalidad materna e infantil en estos momentos?
—La tasa de mortalidad materna, que constituye un problema serio en este país, quedó en cero al cierre del primer semestre de este año y en la población que atiende la brigada cubana se mantiene así desde el 2007, mientras la de mortalidad infantil que había descendido de 15,7 a 4,1 hasta el año pasado, ahora es de 2,3 por cada mil nacidos vivos.
—Sé que eres la coordinadora de la brigada en el departamento, ¿cuántos cubanos ofrecen sus servicios allí?
—Sí, estoy al frente de la brigada. Somos siete colaboradores y de ellos cinco somos mujeres.
—¿Cuándo estarás de vuelta en tu terruño?
—Culmino en breve en esta nación tan apegada a sus tradiciones mayas, base de la cultura de la civilización indígena en Centroamérica, para comenzar una nueva misión y no menos importante en mi tierra querida.
Si ya has regresado bienvenida seas, si no, te esperamos.
Autora: Olga Lilia Vilató de Varona
Corrección: Oriel Trujillo Prieto
Foto: Cortesía de la entrevistada
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