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Lisdanis llora, pero...

Lisdanis llora, pero...

Lisdanis Carralero Mirot cumplió un añito de edad el pasado 28 de junio y ya es protagonista de una historia, tan verdadera como que la visité en el hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de la ciudad de Camagüey, Cuba. Ella reside en Galbis, en el municipio de Guáimaro.

Y digo protagonista porque le quitó el sueño a sus padres, familiares y a un grupo importante de profesionales de la Salud, quienes se debatían entre la necesidad de intervenirla quirúrgicamente con urgencia o trasladarla a la capital del país con los riesgos que implicaba la distancia o la altura, según la vía a utilizar.

LA HISTORIA... TODO UN EQUIPO

Ella padecía de un hematoma pulsátil o seudoaneurisma de la arteria femoral común derecha. Esta es una temida complicación vascular y, a su vez, uno de los retos quirúrgicos más importantes que enfrentan los cirujanos vasculares a nivel mundial, porque al decir del Profesor Raúl Romay Buitrago, Cirujano Vascular principal, especialista de 2do. en Cirugía Vascular del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, este obstáculo por lo general es secundario a un trauma vascular.

Y añade: “Adopta caprichosas formas y localizaciones donde hay un riesgo de ruptura y si ocurre causa la muerte del paciente en pocos minutos; de no estar este hospitalizado, en ocasiones no hay tiempo de llegar a una institución de Salud para ser operado.

Felizmente en este caso, la bebé estaba ingresada en el Pediátrico camagüeyano donde se le realizó un diagnóstico eficaz y oportuno. Para la cirugía solo tardó la organización necesaria del equipo, apoyado por la dirección”.

Así y todo, la corrección de este padecimiento requiere de un control previo de las arterias proximales, en este caso la ilíaca común que se encuentra dentro del abdomen, por eso en un primer momento quirúrgico se le abrió el vientre por uno de sus laterales en busca de dicha arteria, después se procedió a perforar la gigantesca masa a nivel del tercio superior del muslo derecho. Esta tumoración vascular que fue creciendo de manera lenta ya alcanzaba dimensiones significativas y el momento de la cuidadosa disección de esa masa vascular fue calificado por el Profesor Raúl Romay como: “Angustioso, el silencio dentro del quirófano era impresionante, tuve que apelar a la provocación de un chiste para liberar las tensiones, primera cirugía de su tipo en una niña de tan corta edad, con una duración de tres horas”.  

Momento de la disección de la masa vascular.

 

El también jefe del grupo provincial de Angiología, al frente del equipo médico en esta difícil y exitosa operación sintió que: “Ese día, el 22 de julio, me parecía que no había algo más importante en ese centro que la cirugía de la pequeña Lisdanis”.

El Profesor Romay expresó que estuvo acompañado de un equipo de profesionales de altísimo nivel, como los doctores Orestes Hernández, jefe del servicio de Anestesiología y Reanimación; Yudisleydis Rodríguez, especialista de Cirugía Pediátrica y participó como primera ayudante; Yilena Valenciano y Mileidis González, ambas especialistas en Angiología y Cirugía Vascular del hosptal universitario Manuel Ascunce; el licenciado en Enfermería e instrumentista, Oscar Cárdenas; y Noelio López, vicedirector quirúrgico al tanto de cada detalle para garantizar hasta los imprevistos que pudieran presentarse, todo con el apoyo, solidaridad y optimismo del personal de la unidad quirúrgica del centro hospitalario infantil.

El equipo médico en plena operación.

 

CON LA NIÑA Y SU MAMÁ

Cuando visitamos a la bebé ya estaba en la sala de Cirugía del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, había transitado por las de Cuidados Intensivos e Intermedios. No nos dedicó, ni a Otilio ni a mí una sola sonrisa, la acababan de curar. En segundos llegó el doctor Romay para valorarla en su pase de visita. Todo estaba en orden, mas Lisdanis no paró de llorar, la ropa blanca y verde de “quirófano” la ponen nerviosita.

A Yumisleidi, la madre de 27 años y con dos hijos más, varones de seis y tres años, todavía se le humedecen los ojos al recordar tan reciente suceso y parece no dar a basto para su pequeña. Le habla, la “endulza”, pero no entiende. Ella solo sabe que ha pasado mucho y esas personas que la rodean la hicieron “sufrir”. Ella no sabe aún que ese “sufrimiento”, le salvó la vida.

Su mamá dijo: “Doy gracias a ese médico que dedicó parte de sus vacaciones, porque está como colaborador en Namibia, para dedicarse a mi hija, se tomó interés y lo logró. También agradezco a quienes nos han atendido durante este tiempo, pues mi niña está aquí desde el 18 de mayo. Creo, si todo sigue así, nos iremos de alta pronto y cuando crezca me encargaré de contárselo”.

UN DESEO

Seguro quienes lean esta historia deseen al igual que nosotros, que al momento de la publicación Lisdanis esté en Galbis, de su Guáimaro natal, rodeada de los suyos. Esa será la mejor señal de que ese llanto no volverá e irá aprendiendo con el paso de los años que aquellos hombres y mujeres de blanco y verde de “quirófano” salvaron su preciosa vida.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos/Cortesía del Dr. Romay y Otilio Rivero Delgado

4 comentarios

Rafael Alonso Milla -

Me alegra mucho ese logro terapéutico y felicitó a todos los colegas que hoy son nuestra continuación en ese hospital al que entregue la mejor parte de mi vida.

Cuqui -

Dra. Magda Cortina, primero se impone mi felicitación en un día como el de hoy, de la Medicina Latinoamricana, por ser de esas personas que saben llevar su bata blanca, cual suerte de vida hacia otros, con una sencillez infinita y siempre una sonrisa que ofrece seguridad.
Ojalá el Dr. Romay lea su comentario, estoy segura se sentirá agradecido.
Gracias por entrar y comentar, un beso

magda cortina -

Felicidades al Dr Romay y al equipo,no era posible esperar algo diferente al éxito cuando se unen voluntades teniendo un guía tan especial como el Profesor Roma y,ejemplo de profesional de las nuevas generaciones.

Cuqui -

Agradezco a todos aquellos que han dejado sus comentarios en las páginas de Facebook.
En ellos encontré felicitaciones al Dr. Romay y al equipo que lo acompañó en tan difícil intervención quirúrgica y también la petición y deseos de buena salud a la niña, acompañadados en varias ocasiones de bendiciones. Gracias a todos.