Augusto Enríquez y su siembra de amor
Nunca antes había sentido esta dicotomía. Sé de antemano qué post publicar en cada uno de mis blogs. En esta ocasión no ha sido así y decidí colocarlo en los dos, entre ellos no puede haber celos. El propósito tampoco fue dar el “palo” periodístico como solemos decir y hacer, tanto así, que el hecho ocurrió ayer y lo escribo hoy.
La tarde-noche de domingo resultó espectacular, ese es mi calificativo, muy modesto, por supuesto, luego de disfrutar en el teatro Principal de Camagüey, de Augusto Enríquez Hernández, ese cantante que canta, sí, porque no todos lo hacen de esa manera, con el Maestro Enrique Pérez Mesa, director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, en esta ocasión, batuta en mano frente a su homóloga camagüeyana, las letras de Silvio Rodríguez, llevadas de la mano de manera “sinfónica”, y un público que sabe a quién aplaude y cómo lo hace, de corazón y con el alma en casos así.
En Te doy una canción lo acompañó su “nuevo amigo” Harold Díaz, así calificó Augusto al trovador de Camagüey, quien se las ingenió para interpretar Óleo de mujer con sombrero y Réquiem. Con suma modestia Augusto agradeció la oportunidad por la Trilogía Abierta con la música de Silvio porque su obra es así, abierta, para que otros la canten, y “Harold, hoy, me ayudó a probarlo”, aseguró.
Otro momento impactante fue cuando dedicó a la memoria de Pedro Armando Junco Torres, el icónico Mi Unicornio Azul, esta vez escuchado de otra manera, con la satisfacción de siempre y con el dolor de la pérdida de ese joven, hijo de Juanita (sentada casi a mi lado) y de Armandito, a quienes conocí en mi juventud por azares de la vida.
A escuchar Mariposas, El necio, la Gota de Rocío, Por quien merece amor, En el jardín de la noche, Te doy una canción, Llover sobre mojado y Frontera, sentí como si el público hubiese querido unirse al canto, muchos tarareamos y hasta nos movimos en los asientos, para acompañarlo a él y al Coro profesional citadino.
Lo escrito aquí lo justifico en mi blog CuquiSalud.blogia.com porque fue una hornada desestresante y eso es muy bueno para la salud; también porque Augusto es un médico, sí, un médico que canta y que podemos calificarlo igualmente como un cantante que estudió Medicina.
En mi otro blog: Crónicas con un final no anunciado cabe igual. Fui a título personal aunque me senté en el palco de la prensa porque sabía me picaría ese “bichito” de opinar, llevé mi agenda y no la utilicé, por lo que ahora apelo a la memoria, e hice galas de mi aficionada cámara y como archiaficionada fotógrafa, aquí estoy; y además, mi hijo es uno de los primeros violines de esa Orquesta Sinfónica de Camagüey, que él acostumbraba a disfrutar desde los cuatro o cinco años en su sede y hoy integra con sano orgullo.
Cuando escuchas tan de cerca a un Augusto Enríquez que a mi modo de ver escasea un poco en los medios televisivos, donde en no pocas ocasiones nos presentan a otros no tan seguidos y queridos, no nos extraña aquel suceso que hizo y hará época: el cantar en un Pavarotti and friends.
En su derroche de voz, envidiable supongo para quienes gusten del canto, no faltó una: El Problema, una letra digna de disfrutar y de analizar. Si todos los mortales aplicáramos la vida de tal manera, esta fuera verdaderamente diferente, es por eso que aquí se las dejo. Embúllense y háganla suya y que la música sea acomodada a la vida, siempre con una buena siembra de amor.
El problema no es /si te buscas o no más problemas /El problema no es /ser capaz de volver a empezar /El problema no es /vivir demostrando /a uno que te exige /y anda mendigando /El problema no es /repetir el ayer /como fórmula para salvarse. /El problema no es jugar a darse /El problema no es de ocasión /El problema señor /sigue siendo sembrar amor. /
El problema no es /de quien vino y se fue o viceversa /El problema no es /de los niños que ostentan papás /El problema no es /de quien saca cuenta y recuenta /y a su bolsillo /suma lo que resta /El problema no es de la moda mundial /ni de que haya tan mala memoria /El problema no queda en la gloria /ni en que falten tesón y sudor /El problema señor /sigue siendo sembrar amor /
El problema no es /despeñarse en abismos de ensueño /porque hoy no llegó /al futuro sangrado de ayer /El problema no es /que el tiempo sentencie extravío /cuando hay juventudes /soñando desvíos /El problema no es /darle un hacha al dolor /y hacer leña con todo y la palma /El problema vital es el alma /El problema es de resurrección /El problema señor /Será siempre /sembrar amor.
Texto y fotos: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)
Una aclaración, el link de Mi Unicornio Azul los lleva a parte del vídeo, tan aficionado como mi cámara y yo, pero que quise compartir.
2 comentarios
Cuqui -
Baby -