Confirmada aparición del caracol gigante africano en Camagüey
Luego de ser avistado el caracol gigante africano por una camagüeyana que ofreció detalles a especialistas de la Salud Pública, quienes confirmaron el suceso el 31 de mayo último, fueron detectados más de 500 en solo cinco días, lo mismo en su etapa de huevos como de adultos.
El hecho originó la adopción del plan previsto para destruirlos y evitar su proliferación, porque de antemano ya estaban capacitados los biólogos y entomólogos de las unidades de vigilancia y lucha antivectorial, en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí de la capital del país, de manera tal que se evada su propagación y con esto que no llegue a convertirse en un problema de salud en los humanos, aseguró el Dr. Juan Llambías Peláez, director del Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), en la provincia de Camagüey.
Es por eso que fue activado el Grupo Temporal de Trabajo Provincial de la Defensa Civil en el territorio para intensificar las acciones de vigilancia y respuesta a lo acontecido, por lo que operarios dedicados a la lucha antivectorial tienen a su cargo la orientación oportuna a la población y la revisión obligada a los inmuebles y sus alrededores. Como respuesta a estas tareas fueron seis las viviendas con aparición de ese organismo en las calles Palmira, Callejón de León y San Cayetano, del reparto Torre Blanca, en la capital camagüeyana, —en jardines y patios— y cinco zanjas en tres manzanas, lo que comenzó en el Callejón de Arboleda del mismo entorno.
El especialista en Epidemiología dijo que el caracol gigante africano vive entre cinco y seis años y pone hasta 300 huevos unas tres veces año. Es hermafrodita; sin embargo, necesita del apareamiento para procrear. La especie está incluida en una lista de 100 conocidas como exóticas invasoras más dañinas a nivel mundial, por su dieta polifaga (pueden nutrirse de diferentes tipos de alimentos), su elevada resistencia a las variables ambientales, alto nivel reproductivo, incluso, por la facultad de dispersión e impacto sobre la flora y la fauna, llega a desplazar otras poblaciones de caracoles.
Es un hospedero intermediario entre el ratón y las personas, de ahí la posibilidad de ocasionar en los humanos un tipo de meningoencefalitis, bronquitis y angiostrongilosis abdominal (enfermedad parasitaria).
Llambías Peláez comentó que por sus características, es necesario incrementar la higiene a la hora de lavar los vegetales, la frutas…. para ser ingeridos, y conocer que nuestro clima es hábitat favorecedor, más en este tiempo de agua que es idóneo.
Los caracoles encontrados están ubicados en el área de Salud correspondiente a la policlínica Este, y compromete, hasta ahora, a los vecinos de un solo consultorio del médico y enfermera de la familia.
Quienes sospechen de la presencia del molusco tienen que darlo a conocer y luego de ser indentificado, hay que protegerse las manos con guantes para destruirlo de manera mecánica, de ser varios agrupados en una jaba de naylon y aplastarlos; igual se abre un hueco para soterrarlos, pero este deber estar lejos de abastos de agua, con no más de 80 centímetros de profundidad para evitar la contaminación del manto freático y echar cal o sal común en el fondo al colocarlos vivos o no y cubrirlos. Es muy seguro quemarlo, pero siempre sepultarlo, nunca machacarlo y dejarlo muerto en las calles porque el riesgo está en la babosa.
La meningoencefalitis que transmiten se diagnostica en el laboratorio y puede confundirse con el resultado de los alérgicos severos, pero esta cursa con fiebre, dolores de cabeza y vómitos.
El Dr. Llambías opina que el número detectado es bastante en poco tiempo y hay que estar atento en todas partes, aumentarse la promoción de salud y la vigilancia de médicos de familias y otros organismos involucrados como la Agricultura y Sanidad Vegetal.
Hay una exhaustiva revisión. Y si fueron encontrados hasta de diez centímetros, ya en estado adulto, quiere decir que no “llegaron” el mismo día que se descubrieron, para crecer necesitan tiempo.
Es oportuno resaltar que en los sitios con la presencia del molusco no se han diagnosticado enfermos por esta causa. De todas maneras son realizadas audiencias sanitarias en los barrios y centros educacionales para elevar el conocimiento de la población, a fin de que tenga conciencia de los riesgos de ese organismo, y conozca cuál es el peligro si entra en contacto con él, que incluso, se ha utilizado en rituales religiosos.
Este tipo de caracol puede medir hasta 20 centímetros de largo y diez de ancho, con bandas de colores claros y oscuros, localizado más frecuentemente encima de las plantas y paredes, con predilección de los sitios húmedos y con sombra.
Se registra como primer reporte de la existencia del caracol gigante africano en Cuba en el 2014.
Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)
Imagen tomada de: https://caracolesybabosas.com/
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