Camagüey cerró el 2012 con una tasa de mortalidad infantil de 4,7
Si decimos que la tasa de mortalidad infantil fue de 4,7 fallecidos por cada mil nacidos vivos en la provincia de Camagüey, cualquiera sabe que ese indicador es de países desarrollados; no obstante, lo más importante es que durante estos doce meses dejaron de fallecer 13 bebés en comparación con igual período del 2011.
Los años comprendidos desde el 2006 al 2010 mantuvieron a la provincia con este indicador por debajo de cinco, mientras la mejor tasa registrada de todos los tiempos fue la de 3,97 en el 2009.
Los nacidos vivos ascendieron a 8 646 y los municipios con las mejores tasas registradas fueron: Guáimaro, con cero; Vertientes, 1,6; Minas, 2,3; Sibanicú, 2,8; y Sierra de Cubitas, 3,9. Aun así, quedaron por debajo de la media provincial, Santa Cruz del Sur, con 4, Florida, con 4,3; Camagüey, con 4,4; mientras, los cinco restantes superaron su tasas, por supuesto, para mal.
Los bebés con bajo peso al nacer disminuyeron en poco más de 70 si los comparamos con los del año precedente y los llamados como muy bajo peso decrecieron en 40. Los principales factores asociados de los nacidos sin el peso adecuado están identificados el bajo peso de la gestante, el Síndrome de flujo vaginal, además, del embarazo en la adolescencia.
El Dr. Gustavo Ferrer Rangel, responsable del Departamento Provincial del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), mencionó como uno de los indicadores negativos las siete muertes maternas reportadas en los territorios de Esmeralda, Nuevitas, Sibanicú, Camagüey, Jimaguayú, Santa Cruz y Vertientes.
En la edad preescolar se incrementó el número de defunciones al relacionarlo con el 2011, y son registradas como primeras causas de muerte los accidentes en el hogar y las enfermedades genéticas
El Dr. Ferrer dio a conocer que la mortalidad en edad escolar y en adolescente, aumentó en ambos casos, debido a los accidentes del tránsito, lo cual denota cuánto queda por hacer en materia de prevención y promoción de Salud en la Atención Primaria de Salud (APS).
Digo esto porque el PAMI, abarca a adolescentes (hembras y varones), mujeres en edad fértil, a la familia y a la comunidad.
Es imposible cerrar un año, mencionar sus resultados en cualquier tema y dejar a un lado cuál es la propuesta para el venidero. Es por eso que el equipo del PAMI ofrecerá prioridad al riesgo preconcepcional y de planificación familiar; a elevar la calidad de controles prenatales; estratificación y seguimientos adecuados a niños, embarazadas y puérperas en riesgo; en la atención diferenciada a casos de niños, embarazadas y puérperas enfermos; mantener la capacitación del personal de Salud encargado de este Programa en la APS y en la Atención Secundaria; sin olvidar la estricta conducción y control administrativo del mismo.
Pese a que la tasa de mortalidad en menores de un año se redujo ante la reportada en el 2011, quedan insatisfacciones, pues esas 17 consultas a las embarazadas, como mínimo, 30 investigaciones diagnósticas, que alertan acerca de un niño con dolencias incompatibles con la vida o malformaciones congénitas, y que desde el momento del alumbramiento esos nenés comienzan a ser inmunizados mediante un esquema que incluye a trece enfermedades, todo puede hacerse mejor.
Y digo esto porque la mayor fortaleza del PAMI y de cada uno de los programas de este sector en Cuba, radica en el recurso humano, ese que con su consagración y estilo de trabajo desinteresado da todo de sí, por supuesto, sin excluir el comportamiento de la familia y la comunidad, que debe ser guiada, orientada y educada, y conozcan que ellos son los primeros en cuidar de su salud y de la de sus descendientes.
Texto y foto: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)
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