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Día Internacional de la Enfermería: “manía y la enfermedad incurable” de Aníval

Día Internacional de la Enfermería: “manía y la enfermedad incurable” de Aníval

Dicen que las piedras rodando se encuentran, y eso es muy comprensible, lo que sí resulta raro es que rueden desde tan lejos y aún así tropiecen. Este es el caso de Aníval Umpierre Umpierre, quien nació en la Maternidad de esta ciudad, luego hospital materno Ana Betancourt, y sea oriundo del poblado de Vilató, en Sierra de Cubitas.

Este Licenciado en Enfermería, con 37 años de experiencia, y Profesor Instructor, labora en la policlínica 13 de Marzo, como Enfermero Intensivista en esa localidad. Dicho así pareciera algo muy simple, y aunque de él emana una sencillez indescriptible, es de los grandes hombres que en silencio van haciendo historia. Antes, en el 2015 nos encontramos a su regreso de Guinea Conakry, África Occidental, luego de enfrentar a la fiebre hemorrágica del virus del Ébola, como parte de la Brigada Henry Reeve. Él fue el último camagüeyano en pisar su tierra luego de esa batalla que lograron vencer.

Ahora volvimos a encontrarnos, esta vez trabaja en el hospital de campaña de la ciudad de Crema, provincia de Cremona, en el estado de Lombardia, Italia. Una vez más de cara a la lejanía de su Patria, sus familiares y frente al virus SARS-CoV-2, declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo último y que aún mantiene al mundo angustiado.

El Día Internacional de la Enfermería, el 12 de mayo, se festeja como homenaje a Florence Nightingale , en su fecha de su nacimiento en 1811 en la ciudad de Florencia, Italia y está catalogada como la creadora de esta rama de la medicina de manera profesional. Qué mejor tributo que el de los enfermeros cubanos, esos que permanecen en su Italia, esos que como Aníval andan y desandan el orbe para curar, aliviar y hasta acompañar a morir a otros a riesgo de sus propias vidas.

¿Por qué de nuevo ese paso al frente?

Tomé esta decisión una vez más porque en realidad es un orgullo y un deber de todo cubano prestar ayuda a aquel que lo necesite en cualquier parte del mundo y en las condiciones que sean, ese es un principio en nuestra carrera, además, así nos enseñó nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro, y muchos otros que dieron sus vidas por nuestra nación, y algunos, incluso, no eran cubanos, es una manera de saldar nuestra propia deuda con la humanidad y con nuestros propios valores y principios. Es un orgullo para mí integrar esta Brigada Médica.

¿Qué de similar encuentra entre esta batalla contra la COVID-19 y la del Ébola?

En el enfrentamiento contra esta pandemia de la COVID-19 encontramos algunos aspectos muy parecidos a la del Ébola, como son: el riesgo de enfermar y perder la vida, eso es algo que todos tenemos claro, asimismo, de la gravedad en que se comporta dicha enfermedad. Considero que esta es aún más violenta que el Ébola en relación con el grado de contagio y a la posibilidad de que personas cursen la dolencia de modo asintomático, lo que provoca un mayor número de personas infestadas y es muy difícil de controlar si no se adoptan las medidas pertinentes, como el aislamiento social, que es el eslabón fundamental en este caso.

Lo otro es que atacamos a una enfermedad diseminada por el mundo, algo que no llegó a ocurrir con el Ébola”.

¿Algunas anécdotas vinculadas con estas experiencias lo han marcado para el resto de su vida?

Desde luego y son muchas. Hay innumerables guardadas en nuestras mentes y que han marcado nuestras vidas, y lo esencial es el dolor de personas que se encuentran enfermos y temen por la pérdida de su vida y la de sus familiares, así como el llanto en forma de agradecimiento al haber cursado la dolencia y lograr sobrevivir, gracias al trabajo y desempeño de nuestra Brigada e igual de los profesionales de estos países que también han entregado todo por salvar a sus pueblos de estas terribles enfermedades. “Aquí hemos vivido esos sentimientos y han brotado lágrimas de nuestros ojos al saber que el sacrificio no ha sido en vano”.

En una fecha tan señalada, ¿cómo catalogaría el desempeño de la enfermería?

El trabajo nuestro como enfermeros en todas las instituciones de Salud a nivel mundial es imprescindible porque tenemos un protocolo de atención para cada caso, a pesar de las indicaciones médicas, somos los que permanecemos en contacto con el paciente en todo momento y con un buen actuar hacemos que el enfermo se sienta mejor psicológicamente, no sufra tanto su soledad y con una mayor esperanza de curar.

La vez anterior estuvo en África, ahora se encuentra en un país del primer mundo, ¿cómo valora esto?

Ha sido una experiencia impactante y que no olvidaré. Eso de ayudar en un país del primer mundo, compartir el trabajo con estos profesionales y demostrar una vez más que los de la Salud Pública cubana estamos bien preparados, que somos capaces de brindar nuestros servicios en cualquier parte del mundo sin importar el desarrollo tecnológico que presenten , es algo verdaderamente perdurable. Y lo otro es que estamos listos para trabajar con tecnología y sin tecnología.

¿Cómo cataloga este intercambio de saberes con profesionales de esa nación?

Nuestra ayuda a este hermano pueblo ha sido de absoluto respeto y cooperación, no vinimos a imponer nada solo a ayudar, y por lo tanto nos hemos regido por sus protocolos cumpliendo estrictamente sus orientaciones y a la vez intercambiando criterios, los cuales han sido aceptados sin ningún tipo de dificultad, compartimos el trabajo con los profesionales italianos, de los cuales hemos adquirido experiencias para nuestra labor

¿Solo ha cumplido estas dos misiones internacionalistas?

No, qué va, estuve también en la República de Angola, en Venezuela y en Haiti.

¿Cuál es la familia que lo espera en su terruño?

Mi esposa y mis hijos, el mayor con 32 años, mi niña de 19 años y el más pequeño con ocho. Tengo la satisfacción de contar con una hermosa familia, la cual me ha apoyado en todo momento, al igual que mi mamá, mis hermanos y todos en general. Me piden que me cuide, que me quieren de vuelta en casa con el deber cumplido y en perfecto estado de salud, a lo cual respondo que no se preocupen, nos estamos cuidando y todo saldrá bien.

Si tuviera la posibilidad de manejar la máquina del tiempo hacia atrás, ¿volvería a ser enfermero?

Por supuesto, porque amo mi profesión y a través de ella he podido entregarle a mi pueblo y a muchos pueblos del mundo mis conocimientos, solo a cambio del agradecimiento y la sonrisa de muchas personas por haber aportado un grano de arena en su recuperación y eso es lo más grande que un ser humano puede sentir.

Quiere decir entonces que eres como escribió Monica Dickens: “La enfermería es como una manía, una fiebre en la sangre, una enfermedad incurable que una vez contraída no se puede curar. Si no fuera así, no habría enfermeros”.

Puede estar totalmente segura.

¿Hoy es el Día Internacional de la Enfermería qué diría a sus colegas?

Una gran felicitación a todos mis colegas en el mundo entero y decirle que somos el puntal más fuerte en la Salud Pública, y pese a que somos seres humanos, no debemos sentir miedo cuando se trate de salvar la vida del prójimo, esa es nuestra labor y para lo cual hemos sido preparados profesionalmente, todo esto acompañado de un gran abrazo, y un iViva Cuba bien fuerte!

En todas las fotos Avíval (siempre el de mayor estatura) despide a personas curadas y de regreso a sus hogares. 

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.



“No soy un héroe, solo soy el papá de Pedrito y María Carla”

“No soy un héroe, solo soy el papá de Pedrito y María Carla”

A pesar de que el Dr. Pedro Julio García Álvarez, de 36 años de edad, es un camagüeyano criado en los repartos La Guernica y Puerto Príncipe, que trabaja en la unidad de cuidados intensivos y emergencia del hospital Carlos J. Finlay, de La Habana, no nos conocemos, pero esta no es la noticia.

Él es especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva y Emergencia, y en Anestesiología y Reanimación, además, en Medicina General Integral (MGI), ostenta la categoría de Profesor Instructor e Investigador Auxiliar, y aspira a Doctor en Ciencias, y tampoco es la noticia.

El detalle está en que quiso la pandemia que mantiene en vilo al mundo que contactara con este galeno integrante de la Brigada Henry Reeve, porque se encuentra en la unidad de cuidados críticos y reanimación del hospital mayor de Crema, provincia Cremona, región italiana de Lombardía, de frente a los enfermos de la COVID-19 de ese país, a más de 8 130 kilómetros de su Cuba.

Para ubicarnos en su quehacer actual, dijo:

La sala donde laboro es gestionada totalmente por los intensivistas cubanos y con personal de enfermería italiana. Aquí la supervivencia es del 70% como promedio mensual en los casos de pacientes críticos”.

¿Por qué la determinación de marchar hacia ese sitio tan lejano y desconocido?

Por una respuesta humanitaria a la necesidad de este pueblo de recibir ayuda para enfrentar la enfermedad, y por ese principio de solidaridad que llevamos dentro los cubanos. Esta es mi primera misión internacionalista.

¿Sientes aceptación de tus pacientes?

Me demuestran un agradecimiento enorme. A mis manos llegan muy mal, todos con respiración artificial, y eso de reanimarlos y devolverlos a sus familias es insuperable. Nos ofrecen muestras de gratitud inmensas por regresar a la vida y por el amor que reciben durante la prolongada estadía en la sala.

Mediante tablets que hay para que los enfermos se comuniquen con los familiares nos presentan a toda la familia. Es muy emocionante ver a un padre, una madre que te agradece por la vida de un hijo, o a un hijo que te agradece por la de sus padres. Esos detalles te hacen pensar en el bien que haces por muy difícil que sea”.

Los médicos cubanos son esperados por niños italianos todos los días cuando van camino al hospital. Ellos portan banderas y entonan canciones cubanas y agradecen. El Dr. Pedro Julio dejó constancia fotográfica de uno de estos momentos.

¿Y la acogida de parte de los profesionales de la salud de Italia?

Ha sido genial, nos tratan como si nos conociéramos de siempre, las discusiones de los casos se hacen en tres idiomas (italiano, español e inglés), nos hemos insertado en turnos de trabajo rotativos.

¿Cómo asimiló tu familia esta misión?

Mi esposa, Ana María Núñez Cuadrado, ha sido el amor de mi vida desde la primaria, éramos vecinos y muchas veces como amiguitos me consolaba ante mis preocupaciones que no fueron pocas, y por muchas de estas es que soy médico. Nos hicimos novios cuando yo estaba en noveno grado y hasta el sol de hoy. Es amor de verdad. Es mi sostén.

Tengo dos hijos Pedrito, de ocho años y María Carla, de cuatro. Él dibuja para los médicos cubanos y también lo hizo por el Primero de Mayo; la niña no entiende la razón por la que no puedo ver la novela que ella disfruta en la televisión cubana, aún no entiende de geografía.

Con ellos me comunico vía Internet todos los días y siempre me dicen que se sienten orgullosos de su papá. Ellos me aconsejan que me cuide y yo a ellos lo mismo, esa es la manera que podremos estar juntos de nuevo y con salud”.


Uno de los dibujos que su hijo Pedrito le envía vía Internet.

De acuerdo con lo vivido de frente a la COVID-19. ¿Cuál sería tu mejor consejo?

Desde esta primera línea de combate le diría al mundo que debemos estar unidos para enfrentar problemas como este y los que vendrán, aquí todos han perdido a alguien cercano sin importar si es de derecha o de izquierda, si es pobre o rico. Lo otro es que subestimar la enfermedad significa firmar un certificado de defunción. Las imágenes de aquí han sido dantescas y eso no podemos permitirlo de nuevo.

Debes estar al tanto de la campaña de descrédito del gobierno de los EEUU hacia ustedes, si te encargaran responderle: ¿qué le dirías?

Que nuestra medicina está a la par de la del primer mundo, que nos dejen tranquilos, nosotros solo queremos echar pa’lante por nuestra familia, nuestro país y nuestra Revolución. No nos entienden, fíjese en esto, un paciente me preguntó que por qué yo estaba aquí y desde mi más profundo sentir le dije: vinimos a salvarnos todos o a morir junto a ustedes. Esos principios a veces no son fáciles de comprender por quienes piensan de otra manera.

¿Sientes temores?

Esta experiencia cala hondo en la psiquis. Sí he sentido temor. Soy humano, y no soy un héroe, solo soy el papá de Pedrito y María Carla.

Con sus amores.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.

Dr. Erik, repite hazaña con igual sencillez

Dr. Erik, repite hazaña con igual sencillez

Supe mediante la red social Facebook, que el Dr. Erik Luis Larrazabal Hernández, de 36 años de edad, especialista en Medicina General Integral (MGI), de Nuevitas, Camagüey, estaba en la “primera línea de combate de nuevo”. Así lo escribió él, pero ojo, nada que ver con las armas, las de él, como las de muchos cubanos son el saber de la medicina y su entrega por el bienestar de otros.

Lo conocí en el 2014, después de su regreso de Sierra Leona, África, donde permaneció durante seis meses en el enfrentamiento al Ébola , aquello que mantuvo en vilo a todos los cubanos hasta el retorno de todos. En ese país trabajó en el Centro de Atención a Pacientes con Ébola, en el poblado Kerry Town.

Para este nuevo combate ante la pandemia COVID-19, está en Belice, país de la costa este de América Central, con riberas en el mar Caribe hacia el este y una selva densa al oeste. Está en Punta Gorda.

Nos recibieron autoridades del gobierno de Belice y funcionarios diplomáticos de ambos países, además, de la coordinadora de la Brigada Médica Cubana que trabaja en esta nación desde hace varios años.

"A la llegada nos mantuvimos en cuarentena, primeramente por 14 días y se extendió a nivel nacional a 30”, nos dice.

Como sabemos esta epidemia es un enemigo silencioso, capaz de acabar con muchas vidas. Nosotros, porque me refiero a esto en nombre de la brigada, ayudaremos a este pueblo, como mismo enfrentamos al Ébola como integrantes de la Brigada Henry Reeve y como hemos hecho en otras tierras. Yo lo hice tres años en Brasil, desde noviembre del 2015 a noviembre del 2018".

¿Ya están de cara a los enfermos?

Estamos en áreas de aislamiento. Me encuentro en la consulta de Flu clinic en la atención a pacientes con síntomas de afecciones respiratorias, pero no se nos han dado casos confirmados con la COVID-19.

¿Cuál es la situación a nivel de país?

Han sido 18 los casos confirmados y hasta este momento han pasado alrededor de cuatro días sin reportarse nuevos positivos.

Hay una pregunta que parece manida, pero es inevitable: ¿Sientes miedo?

Hasta ahora contamos con los medios adecuados de protección. Realmente no siento miedo. Es que cuando el Ébola, a pesar de mi corta edad e inexperiencia no lo experimenté. Ahora sé un poco más sobre el manejo de los equipos de protección.

En ocasiones el miedo resulta otra manera de protección…

Es cierto, nunca debemos confiarnos.

¿Qué mensajes enviarías a quienes muchos los queremos y nos preocupamos por ustedes y a los otros que no los quieren tanto?

Para quienes nos quieren, que estén tranquilos, porque a pesar de lo difícil de esta misión, siempre hacemos lo mejor posible por salvar vidas, nuestro objetivo acá.

A los que no nos quieren, les decimos que a pesar de rechazar la presencia de los médicos cubanos en países extranjeros siempre acudiremos a donde nos necesiten para ayudar, sin pensar dónde será, cuál es el color de la piel del paciente, ni su cultura, religión o idiosincrasia. Así somos”.

Te faltó mencionar otro objetivo: regresar…

Por supuesto, lo lograremos. Y cuando lo alcance, estaré dispuesto a ir a otra línea de combate en cuanto me necesiten.

De vuelta le enviamos el consejo que es también deseo compartido de todos nuestro compatriotas: ojalá en ese país logren mantener ese feroz padecimiento alejado de todos, de su pueblo y de ellos mismos.

El Dr. Erik Luis trabaja en la policlínica Francisco Peña Peña, del municipio de Nuevitas. Integra la primera brigada de este tipo enviada a Belice con 25 profesionales de la Salud.

En Cuba dejó su otra “brigada”: el padre jubilado, la mamá que labora en la Dirección de Enfermería Municipal y la hermana, Licenciada en Dirección Coral. Una brigada-familia que se preocupa, pero confía y lo espera.

Estas fueron sus palabras al regreso de su lucha contra el Ébola y estamos suguros de que así se repetirá la historia de estos sencillos y grandes hombres a la vez: Dr. Erik Luis Larrazábal Hernández, de Nuevitas : Muy orgulloso de estar nuevamente en nuestra tierra. Quiero agradecer al pueblo cubano, y en especial al nuevitero, por el apoyo que nos brindaron. Mucha mente positiva y gracias a eso nos cuidamos mucho, nos dieron mucha fuerza para regresar con el deber cumplido.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto: Cortesía del entrevistado

Ante la COVID-19: “El amor a mi profesión me impulsa”

Ante la COVID-19: “El amor a mi profesión me impulsa”

La Dra. Yamina Rivero Fernández es la jefa de hospitalización del pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, y es la experta de enfermedades respiratorias para atender a los casos confirmados de la COVID-19 en los niños.

Contactamos a esta especialista de 2do.Grado en Pediatría, Máster en Infectología y Profesora Asistente de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, para conocer cómo es su trabajo diario en momentos de la pandemia.

Realizamos el pase de visita en el servicio de Respiratorio del Hospital Pediátrico Provincial a niños mayores de un año y menores de 18 años, a las 11 de la mañana junto con el Dr. David Rodríguez Bencomo, quien forma parte de esta comisión de expertos, nos dirigimos hacia el hospital militar Octavio de la Concepción y de la Pedraja, donde permanecen ingresados los mayorcitos positivos a la COVID-19.

En una sala del ‘Pediátrico’, habilitada para estos efectos hacen estancia los menores a la espera del resultado de las pruebas. Si alguno resultara confirmado queda ingresado en el hospital. De los que están en el “Militar”, se encontraban 15 niños con buena evolución —hasta el momento de la entrevista—, y uno de alta médica”.

¿Clasifica esta como la etapa más difícil de su desempeño como pediatra?

Sin lugar a dudas es la más difícil. Esta pandemia no tiene precedentes en nuestra época. Cumplí misión en la República de Mozambique y allá mi trabajo no fue nada fácil. Esto es lo más duro que hemos enfrentado, pero nuestro sistema de Salud no tiene comparación, es envidiable.

Una mención especial a nuestros jóvenes pediatras, esos que atienden directamente a los niños, por supuesto, bajo la asesoría de la comisión de expertos. Ellos han sido muy bien formados, son humanos y valientes.

Como a ellos, el amor a mi profesión me impulsa, se va por encima de todo, incluso del miedo. Esa es la realidad”.

¿Cuentan con los medios de protección?

Sí y, además, estoy feliz de dar lo mejor de mí, le confieso que mi familia estaba temerosa de que yo asumiera este reto, pues padezco de una inmunodeficiencia para la cual llevo mi tratamiento y ahora estoy estable. Me cuido mucho, uso todos los medios de protección en mi sala, en el hospital militar no veo directamente a los positivos, asesoro el trabajo de nuestros especialistas en Pediatría que están a cargo.

La máscara de protección fue de las donadas por el grupo DiseñarArte, liderado por la diseñadora Luria Paz Delgado y su esposo: Aldo López Guerra. Al final una entrevista en audio ofrecida como cortesía de la colega Yamylé Fernádez Rodríguez.

¿Quién la espera en casa?

Mi familia en casa son mi esposo y mi hijo. Mi esposo trabaja en Sudáfrica, hablamos todos los días y me da mucho apoyo, en estos tiempos se ha convertido en mi asesor, es ingeniero civil pero un médico frustrado, me busca las publicaciones más relevantes acerca de esta nueva enfermedad. Mi hijo es un joven de 16 años que cursa el 10mo grado en el preuniversitario Álvaro Morell, un excelente estudiante y en esta etapa me ayuda en todas las tareas domésticas.

Tengo a mi madre querida de 81 años, a quien debemos proteger, es una mujer muy inteligente y cuyos consejos resultan esenciales para mi vida y mi trabajo; y mi hermana Glorita, arquitecta y un ser humano excepcional, igual constituye mi apoyo en todo momento. Este aislamiento nos mantiene alejados físicamente, pero con el corazón latiendo al unísono, tengo mis sobrinos que adoro y mis hermanos amados que no están en Cuba, eso sí nos comunicamos y nos damos apoyo.

De manera muy particular mi niño me recibe al llegar a casa, y me pide le informe detallado de cómo están los niños que atiendo. Se preocupa por ellos”.

¿Algún consejo para la familia camagüeyana?

Mantener el aislamiento social, como nos ha pedido la dirección del país. Cuidar a nuestros infantes, en el seno del hogar están seguros, y ante cualquier síntoma que noten, no solo en los niños sino a cualquier edad, acudir a su médico de la familia enseguida. Así se estarán protegiendo todos y sus niños también.

Además de lo vivido desde la aparición de la COVID-19, ¿recuerda algo especial en el transcurso de su carrera?

Mi graduación en 1988, en La Habana, con nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, es algo inolvidable y un compromiso a la vez. Tengo el orgullo de pertenecer al primer contingente Carlos J. Finlay, y me gradué como especialista en Pediatría en 1991 porque fui vía directa.

Si volviera a nacer, otra vez sería médico pediatra, puede estar segura, y repetiría lo que hago hoy”.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía de la entrevistada

Entrevista en audio: Cortesía de Yamylé Fernández Rodríguez y tomada de Adelante digital.


El “Manuel Ascunce” se ilumina y vislumbra la esperanza

El “Manuel Ascunce” se ilumina y vislumbra la esperanza

Días difíciles nos han tocado los corazones, y me refiero a los de todo el mundo. Unos, los más “fuertes” porque dependen de una economía casi a prueba de todo, han padecido de una lasitud que quizá ni imaginaron. Otros, más acostumbrados a enfrentar los avatares de naciones empobrecidas, bloqueadas o con sus recursos explotados por “extraños”, lo sienten, lo padecen más.

Es muy difícil que un ser humano cualquiera esté ajeno a esa feroz pandemia COVID-19 de la que no cesamos de oír, hablar e inquietarnos por tantas malas noticias. Es muy difícil que alguien mantenga su memoria vacía de recuerdos relacionados con su salud y de quienes les han curado sus heridas físicas y hasta las del alma.

En cada centro asistencial de la Salud Pública cubana y a nivel internacional se han vivido a través de los años momentos límites; en la actualidad la grave situación atañe a todos a la vez, se me antoja como una guerra sin armas de fuego. Mas, como los seres humanos llevamos encima una “coraza” —no sé de qué, pero la llevamos—, buscamos el modo de asirnos con manos y dientes para seguir con nuestras existencias.

Los artistas no han cesado de llevar su arte a través de los medios de comunicación, de las redes sociales, siempre con un aura de esperanza, los maestros se han multiplicado para que niños y jóvenes continúen sus aprendizajes desde sus casas, y ¿qué decir de los trabajadores del sector de la Salud?

Ellos trabajan sin descanso a riesgo de sus propias vidas; unos al lado de personas contagiadas, sospechosas o bajo vigilancia; otros, en su día a día con el peligro igual por ser esta una enfermedad que no se ve y a veces no se siente hasta que ya ha sido esparcida a quienes rodean al enfermo.

Quienes visten batas blancas en Cuba todos los días se caracterizan por su entrega, su solidaridad, su humanismo y algo no menos importante: su humildad.

¿Cómo imaginar siquiera que en momentos así el colectivo de un hospital que está entre los cinco más grandes de Cuba, con sus 2 207 trabajadores, de estos 674 médicos, 557 personal de enfermería, 64 tecnólogos de la Salud, sin obviar los más de 140 que ofrecen sus servicios en más de 35 países, la mayoría con la COVID-19 como la espada de Damocles, iba a hacer un lindo homenaje al pueblo, a ese que les aplaude cada noche a las nueve para agradecerles y también a quienes integran la Organización de Pioneros José Martí y a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), por sus aniversarios 59 y 58 mañana 4 de abril?

Directivos, trabajadores, familiares y los ingresados aptos para hacerlo (estos últimos desde los balcones), aplaudían a las 9 de la noche, como gesto de agradecimiento al pueblo cubano que tanto les agradece.

Ese hospital, que de todos los clínico-quirúrgicos del archipiélago cubano registró la cifra más alta de intervenciones quirúrgicas al cierre del 2019, con 27 mil 463, ese se iluminó hoy a las nueve de la noche con su nombre: hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, fue una noche diferente, de emociones, de recuerdos y sobre todo, de agradecimientos de los unos a los otros, algo que caracteriza al buen cubano y que sin conocerse le tiende la mano al más necesitado en tiempos espinosos.

Esta muestra de sencillez de tantos provoca que volvamos la vista hacia la esperanza de regresar a la normalidad, a la de abrazarnos de verdad y a la de besarnos de verdad, que pensemos de nuevo en cosas que ya no nos eran importantes, en mi caso que dejó de interesarme que nací en una linda ciudad, pero sin mar, ahora lo he recordado de una manera más profunda e intensa, he vuelto a fijarme en las nubes y en sus formas, en los diferentes verdes de la naturaleza...Gracias a ese colectivo que nos ha dado tanto!!

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva/de Adelante



Pareciera que COVID-19 apareció para remover conciencias

Pareciera que COVID-19 apareció para remover conciencias

A pesar de las noticias que corrían desde China primero y que luego fueron expandiéndose por el mundo como una lógica consecuencia producida por el coronavirus COVID-19, declarado como pandemia el 11 de marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pensaba que sabía casi todo del Dr. Leosvel Pérez Gutiérrez, quien cumplirá sus 48 años en julio de este año, y que tiene cinco hijos. Son ellos: Leosbel (20 años) y Lisbel Pérez Álvarez (de 13), y Yanisvel, de cinco años, Yenisvel, de cuatro y Yosvel de un año, y su esposa es Yania Ocampo Rosales.

Conocía también que trabajaba en la policlínica Mario Muñoz Monroy de su municipio de Vertientes, que cumplió misiones internacionalistas en Guatemala del 2006 al 2008, en Venezuela en el 2010 y en Guinea Ecuatorial desde el 2016 al 2018 y que siendo casi un niño estuvo en Bulgaria y Checoslovaquia por un viaje de estímulo en 1985. Fue Vanguardia Nacional de la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) en 1984.

Y de pronto me “aparece” por la red social Facebook desde Lombardía, Italia, cuya capital es Milán, sitios que siempre observamos desde la distancia como casi perfectos, desde algunos puntos de vista, como su economía y su cultura, donde el coronavirus COVID-19 ha hecho estragos horrendos. No niego que me preocupé como en ese 2014 cuando permaneció durante seis meses en Sierra Leona, África, en el enfrentamiento al Ébola http://cuquisalud.blogia.com/2014/112201-una-parte-de-este-oasis.php

; sin embargo, él mismo me dio tranquilidad.

Lo contacté vía Internet y luego de darle un tiempo para que desacansase, nos comunicamos para esta necesaria entrevista.

Él comenzó así:

Estábamos alerta a lo que ocurría en el mundo y nos preparamos psicológicamente en cuanto a las medidas que se adoptarían en el país. Y bajo esta circunstancia nos piden la disposición, la damos o no es como queramos, y así nos enrolamos en una determinación difícil otra vez, la anterior sabes fue contra el Ébola, en Sierra Leona, África.

Nos prepararon con las medidas de protección, informaron la situación actual, los protocolos de tratamiento, en fin, dimos nuestra disposición sin saber en detalles para dónde íbamos. Terminamos los preparativos por parte de los expertos del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, de la capital. Nos dieron las herramientas para iniciar este gran reto”.

¿Imaginaste que irías a Italia?

Confieso que no lo imaginé, se nos dijo unos días antes.


¿Cómo describirías este paso?

Asumimos la tarea como un gran compromiso. Profesionalmente significa otra experiencia que nos elevará el nivel de preparación con estudios, comparaciones... se descubrirán cuestiones distintas, será consolidado el uso de medicamentos. Nuestra intención es defender el prestigio que se ha ganado la Salud Pública cubana.

Esto no quita que sintamos miedo, algo humano que permite asimilar la situación que vivimos, cumplir con las medidas de protección y seguir el protocolo que nos garantiza el cuidado. Los enfermos, que temen también, ven en nosotros ese apoyo, ese aliento y esa esperanza que tanto necesitan para sobrevivir.

Por lo general, lo nuevo puede atemorizar, más si de una enfermedad se trata, pero en la medida que uno ve a los pacientes, los trata, los medica, va adaptándose.

Desde nuestra llegada recibimos muestras de agradecimiento, esperan que ayudemos a enfrentar tan difícil situación. Y hasta en la despedida en La Habana, en el aeropuerto José Martí, los italianos que viajarían con nosotros nos aplaudían como muestra de apoyo, fue un gesto muy bonito".

En el aeropueto José Martí, de La Habana, cuando recibían los aplausos de italianos que viajarían en el mismo vuelo.

¿Dónde estás laborando?

La mayoría del personal cubano trabajará en el hospital de campaña o de campo, como aquí le llaman, con la asesoría de los nacionales, que llevan el control computarizado y estadístico de cada detalle, los recursos, la logística.

Lo organizativo está a su cargo, el idioma no ha sido obstáculo. Hablan muy despacio y para que nos entendamos, algunos lo hacen en español y hay enfermeras cubanas contratadas”.

Hospital de Campaña o de Campo, como le llaman en Italia.

Si te pido comparar el trabajo con el del Ébola…

Esta enfermedad no entiende de ricos ni de pobres, ni de uno u otro nivel. Afecta a cualquiera, atañe a todos a nivel mundial y la vida lo está demostrando. No es comparable con el Ébola. Entonces entrábamos a la sala, le hacíamos rápido los procederes al paciente y permanecíamos entre una hora y media, cuando más dos y salíamos. Ahora se trata de un turno íntegro, con alrededor de 36 pacientes, entre seis y ocho horas, y en el turno de la madrugada, 12. Resulta muy agotador permanecer con el traje, nasobuco, espejuelos... que comprimen y molestan.

Los atendemos con cuatro enfermeras (os) y cuatro médicos en dos turnos en el día, y por las noches son asistidos con cuatro médicos y tres enfermeras (os). Eso te da la medida de que rota un número significativo de cubanos y ellos se mantienen en la mañana y la tarde. Nos asesoran en cuanto al idioma, nos ayudan en las entrevistas con los pacientes y llevan el control.

Somos 18 médicos, 15 enfermeros, un clínico, un epidemiólogo que nos asesora y ayuda en la bioseguridad. Hay clínicos, intensivistas, neumólogos en el hospital público que te envío en una foto, algunos hablan el portugués, francés, inglés. En total somos 50, más el jefe de la misión y el logístico”.

¿Cómo ha sido la interacción con el personal de la salud italiano?

De una manera muy sensible nos aprecian, nos agradecen. No sabemos si es por la necesidad actual, pero no notamos individualismos. No sentimos rivalidad profesional, todo lo contrario.

Imagen del hospital público del municipio de Crema, de Lombardía, Italia.

¿Qué puede haberles fallado?

Sacamos conclusiones como que les falló el sistema de alerta temprana, y el control epidemiológico al momento del brote de la enfermedad. No se dio seguimiento a los viajeros ni se aislaron los contactos de los infestados y no solo en este país, ha sucedido en otros.

Además, la situación del envejecimiento demográfico en una enfermedad en que los mayores de 60 años son los más vulnerables constituye otra dificultad. En países más pobres, donde la esperanza de vida es menor no ocurre así.

Y pensamos también que no se extreman las medidas sanitarias. No les agrada el uso del cloro por lo irritante que resulta en este clima, eso también favorece la expansión de la enfermedad.

Contrasta con Cuba en mucho. La Atención Primaria de Salud (APS), con los consultorios de la familia, es un tesoro. De manera general los profesionales de la Salud constituimos una gran fortaleza. Es innegable, nuestra mayor riqueza, así como el pueblo; un país pobre, bloqueado y rico en potencial humano”.


¿Qué mensaje le enviarías a tu Vertientes, tu Camagüey, tu Cuba?

Que cada uno sea disciplinado, siga las indicaciones de las autoridades del país, solo salir de sus casas a lo necesario, cumplir al pie de la letra las medidas higiénicas y, sobre todo, confiar siempre en el sistema de Salud.

¿Y a tu familia?

Sé que está tranquila y confiada. Su cuidado allá sabe es crucial para mi buen desempeño aquí, y sé que un grupo de compañeros garantiza su atención. Se han activado las listas de amigos en las redes sociales, aumentan cada día las solicitudes de amistad.

Sobre todo, tienes que cuidarte…

Sí… ese consejo se ha hecho viral en los mensajes y lo agradecemos. Nos llegan de todas partes del mundo. Solo te reitero que pretendemos mantener nuestro trabajo a la altura requerida y ser consecuentes con la expectativa del pueblo de Italia y las otras naciones en las que ofrecemos servicios.

Esto tomó al mundo de sorpresa, pareciera una manera de remover conciencias”.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Fotos: Cortesía del entrevistado

Sobre la pesadilla actual y mundial: COVID-19

Sobre la pesadilla actual y mundial: COVID-19

Por razones de trabajo, fundamentalmente, no he podido mantener actualizada esta página, acerca de los detalles del coronarirus COVID-19, declarado pandemia el 11 de marzo del 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es por eso que quienes entren a este, mi blog de Salud, encontrarán un link que los llevará a lo publicado en mi periódico digital: Adelante.cu

Gracias

Alertas ante COVID-19

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Sheily, la niña de la tachuela: nació dos veces

Sheily, la niña de la tachuela: nació dos veces

                       Foto: Alejandro Rodríguez Leiva.

Sheily Mariam Oñates Araújo tiene 15 años de edad y ya puede contar una gran historia basada en sustos, inseguridades y mucho miedo. Este último sentimiento más apegado a sus padres, pues ella, por su juventud, quizá no llegó a pensar que estaba a punto hasta de perder su vida.

Con apenas 11 o 12 años frente a su computadora “coqueteaba” con una tachuela en sus labios y en un santiamén se la tragó, el silencio fue su decisión, no lo comunicó a sus padres; sin embargo, nos comentó en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad cuando se iba de alta: “Ese día me puse morada, eché un poquito de sangre y no dije nada en casa”.

Al visitarla ellos esperaban para llevársela a casa, en la Carretera Central oeste, en la localidad Sao Ciruelo, perteneciente al municipio de Camagüey. Yoander y Yanelis (sus padres), expresaron un agradecimiento sin límites a todos los que se involucraron en el caso de su niña.

“Hubo una comunicación y un movimiento tremendo entre ambos hospitales —el pediátrico docente Eduardo Agramonte Piña y este—, estuvieron dispuestos a salvarla y lo lograron”, así dijo el papá.

Él agregó: “Tras algunos episodios respiratorios pensamos que se correspondían con algo que enfrentaba desde pequeña y la niña nos comentó por estos días que pensaba había expulsado la tachuela en las heces”.

LLEGÓ EL DÍA DE IR AL HOSPITAL PEDIÁTRICO

El 4 de noviembre último, recuerda la Dra. Arianna Sugrañes Montalván —especialista en Terapia Intensiva y Emergencia, perfil Pediátrico, Máster en Enfermedades Infecciosas y Profesora Instructora—, supo que la niña sangraba y estaba hospitalizada en el pediátrico Eduardo Agramonte Piña, donde trabaja.

Dra. Arianna Sugrañes. Foto: Leandro Pérez Pérez.

“Unos cuantos especialistas fuimos a valorarla y en ese momento tuvo un gran vómito de sangre que no sabíamos de dónde procedía. Podía ser de la nariz, la boca, la vía respiratoria, pero con mucha sospecha de que fuera de la vía respiratoria”, así nos describió la primera impresión del caso la Dra. Arianna.

Y abundó: “Se le hizo un Rayo X de tórax y apreciamos lo que llamamos un cuerpo extraño, prácticamente insignificante y con negativa familiar siempre de una broncoaspiración, y con una lógica confusión porque tenía el antecedente de enfermedades respiratorias a repetición, y cuando se empieza a conversar con la niña se acuerda del suceso y como se asustó nada dijo. Incluso, un día tenía un coágulo de sangre en la boca y al ver a su mamá se lo tragó y le expresó que estaba comiendo caramelo, eso lo da solo la inocencia.

“Fue llevada a la terapia intensiva; mediante otros procederes no pudo resolverse, estudiamos todas las posibilidades, hasta que fuera tuberculosis, y nos llamaba la atención que se observaba una bronquiectasia muy localizada, en fin se le indicaron antibióticos, pero necesitábamos estudios más precisos.

“Es por eso, añadió, que acudimos al concurso de especialistas del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, como neumólogos, imagenólogos, otorrinolaringólogos, pero en el momento que íbamos a salir hacia allá hizo una hemoptisis (expectoración de sangre) grande y decidimos que vinieran los especialistas, se le realizó la broncoscopia que alivió el pulmón porque se extrajeron los coágulos, pero no se resolvió completamente. Ya contábamos con el cirujano y Profesor Miguel García Rodríguez y su equipo de cirugía torácica, el grupo de más experiencia en este sentido, y todo estaba listo en ese hospital”.

La Dra. Arianna reconoció el aporte del doctor Luis Mario Fernández Chui, Profesor Consultante del “Pediátrico” y abundó: “Ese cuerpo extraño ya había creado a su alrededor una cápsula que envolvía el bronquio y era lo que provocada la bronquiectasia, que es la dilatación de los bronquios que están por debajo del obstruido, se van dilatando y es lo que sangra. No pudo ser extraído mediante la broncoscopia que hubiera sido lo ideal, es por eso que se decide intervenirla quirúrgicamente.

“Los pediatras somos reacios a “soltar” a nuestros niños, nos gusta tenerlos aquí, pero ante tales situaciones acudimos a otros colegas porque lo fundamental es salvarles la vida y que las secuelas sean las menos posibles. El día que se llevó a operar fue de urgencia porque estaba en medio de un estudio e hizo una hemoptisis muy grande”.

CON EL CIRUJANO...

La tachuela extraída. Foto: cortesía del Dr. Yosdamy Martínez.

El cirujano principal fue el Doctor en Ciencias Médicas, Profesor Titular y especialista de Segundo Grado de Cirugía General, Miguel García Rodríguez, del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, quien junto al Dr. Raúl Koelig Padrón, especialista de Segundo Grado en Cirugía y Profesor Asistente, revirtieron la compleja situación, y nos detalla: “Nos llamaron del Hospital Pediátrico, con la idea de hacerle una broncoscopia a una niña aquí en nuestro centro y por lo complicado del caso las doctoras Ivette Touza Balseiro y Yusimí Gallego Escobar, especialistas en Neumología, fueron hasta allá, y parcialmente removieron los coágulos que se presentaban en la vía aérea; aun así, siguió mal.

“De aquí hubo que trasladar hasta el “Pediátrico” parte flexible del broncoscopio (técnica de visualización de las vías aéreas bajas usando un broncoscopio flexible o rígido, la cual puede ser utilizada con fines diagnósticos o terapéuticos)”, añadió el Dr. Miguel.

“Como la sospecha era de que tenía alojado un cuerpo extraño, incluso, porque ya Sheily lo había referido, se requería entonces de una Tomografía Axial Computarizada (TAC) multicorte, y ese equipo está en este centro, pero al intentar traerla no se pudo porque se puso inestable, hasta que se logró normalizar y la ingresaron en la terapia intensiva aquí.

“Se le hizo la tomografía con la reconstrucción, con un valor importante del trabajo de los especialistas en Imagenología, tanto los del Pediátrico como los nuestros, y se apreciaba algo como un cuerpo extraño, pero no pudo confirmarse. Se habló con el Dr. José E. Domínguez, especialista en Medicina General Integral (MGI) y en Otorrinolaringología, Cabeza y Cuello, y jefe de este servicio aquí, y le realizaron una broncoscopia rígida, se le removieron más coágulos, pero no pudo llegarse al final, adonde estaba el problema. Siguió en la terapia intensiva y el domingo 10 de noviembre empezó a sangrar de manera masiva. Tratamos de que el tratamiento fuera conservador y así resolver lo menos invasivamente posible, o sea, extraerlo mediante los instrumentos, pero como no se pudo decidimos operarla”.

Pero la historia no termina ahí: “En pleno acto quirúrgico, el 11 de noviembre pasado, llenó la vía respiratoria de sangre, hubo que virarla, cambiarle el tubo, reanimarla, volver a colocarla para realizarle la resección en el pulmón izquierdo. A partir de entonces comenzó a responder muy bien. Todos en el salón pusieron su empeño en que la niña saliera airosa, y mucho tuvo que ver el Dr. Arián Benavides Márquez, especialista en Anestesiología y Reanimación”.

Al indagar sobre el comportamiento de la jovencita nos comentó el Dr. Miguel: “Ella se reía antes de ser anestesiada a pesar de estarse muriendo, y le dije te voy a operar y te voy a sacar la tachuela, ella se echó a reír. La situación era extrema, los padres estaban destrozados, sabían todo lo que estaba sucediendo y lo peor, lo que podría ocurrir. Se le retiró la porción del pulmón  izquierdo que estaba afectado, o sea, el lóbulo inferior.

“Esa niña, tan linda, puso al hospital a correr, no solo a este, al Pediátrico igual y para ser más exactos al sistema de salud que funcionó muy bien y eso determinó el éxito, no hubo ni un solo obstáculo”.

Publicación de un familiar en las redes sociales. Este es el póster de mi hermosa sobrina portando por su alegre y sonriente padre frente al Hospital Provincial de Camaguey después de una exitosa operación de pulmón para salvar su vida. El ave Fenix Dr Miguel y los arcángeles de su equipo de trabajo al igual que los de la UTI y los del Pediatri GRACIAS colegas, a los que desde la Habana se ocuparon de mi sobrina, Dra Mercedes, Dra Arianna Neumologa que nos explicó todo, en fin GRACIAS COLEGAS Y UN GRAN BESO DE MI SOBRINA.

EN LA TERAPIA INTENSIVA DEL “MANUEL ASCUNCE”

Allí conversamos con el Dr. Yosdamy Martínez Pérez, especialista en MGI y en Terapia Intensiva y Emergencia, Máster en Urgencias y al frente del servicio en funciones. Igual con el Licenciado en Enfermería Raúl Morales Rivero, especialista en Enfermería Intensiva y Emergencia, Máster en Urgencias Médicas y Profesor Auxiliar.

Ambos coincidieron en lo difícil del caso y el máster Raúl aseguró: “Se garantizaron las condiciones para recibirla y ofrecerle una atención con calidad antes y después de operada. No le faltó recurso alguno, pese a las condiciones que enfrentamos por la situación internacional con nuestro país. Es una menor de edad, con padres muy preocupados, fue atendida hasta desde el punto de vista psicológico. Siempre bajo una atención multidisciplinaria”.

Dr. Yosdamy Martínez. Foto: Leandro Pérez Pérez.

Mientras el Dr. Yosdamy aseguró: “Un caso como este siempre es un reto, no es un adulto, ni siquiera enfermo: “Había un peligro vital y era que la afectación pulmonar progresara y comprometiera la vida del paciente. No sabíamos con exactitud cómo era el cuerpo extraño, era una sombra no bien definida y seguía sangrando, era como un vómito de sangre que venía del pulmón, una hemoptisis, y en este caso su pulmón izquierdo era afuncional, ese sangramiento se exteriorizaba, no obstante, podía pasar al sano y la paciente fallecer por una insuficiencia respiratoria definitiva, de ahí que la mantuviéramos con respiración artificial.

“Ella, muy risueña, porque a esa edad no se tiene percepción del riesgo y a veces esa actitud nos ayuda, porque el grado de su estrés no es igual que en los adultos. Lo que se hizo fue pensando en salvarle la vida, en su futuro, y que la rehabilitación fuera precoz. Después de intervenida ya se mostraba bien, la extubamos, dejó de sangrar, se veía como si no hubiera pasado este tipo de susto”.

LECCIONES DE VIDA Y FINAL FELIZ

La Dra. Arianna quiso mencionar lecciones sacadas de este caso como que el cuidado con los niños siempre es poco, al ser más frecuentes los accidentes en aquellos entre el primer y tercer año de vida, los padres y familiares tienen la obligación de estar atentos y nunca dejar objetos a su alcance que puedan ser tragados o introducidos en la nariz o en los oídos; los que no son tan pequeños, como este caso, decirlo a tiempo y acudir al médico de inmediato. Para los médicos es bueno tener en cuenta que la bronquiectasia resulta poco frecuente en los niños y sirve de alerta. Otra lección fue la interacción entre ambos hospitales. La disposición de los especialistas, los recursos, todo fue inmediato, y sin contratiempos.

Sheily Mariam está feliz, seguro esperó el 2020 rodeada de su familia y, por supuesto, riendo más que nunca antes. Le ganó la batalla a la muerte, gracias a su fortaleza física y al desvelo de tantos y tantos profesionales de la Salud, incluso algunos no mencionados.

Ella nos dijo que estudia el 10mo grado en la Vocacional Máximo Gómez, en el Preuniversitario del MININT, que tuvo días de agacharse a ponerse los zapatos y sangrar por la nariz y la boca, otros sucesos contados y no contados, como las transfusiones de sangre que necesitó. Puede fijar como segunda fecha de nacimiento ese 11 de noviembre del 2019 y mencionar, aparte de su familia a esa otra de profesionales de la Salud que ya forma parte de la suya, quiere decir que creció.

Gracias a este final feliz que bien pudiera servir de guión a una película basada en un cuerpo extraño que traspasó el “camino viejo” como decimos, o mejor el “camino equivocado”, porque el viejo no trae problemas, es que Sheily tiene planes. Se debate entre unas dos carreras por estudiar, ríe por todo, sus ojos le brillan y casi al mirar a sus padres les ofrece disculpas por omitir algo tan importante que pudo costarle la vida.

Junto a sus padres, ya a punto de irse a casa. Foto: Alejandro Rodríguez Leiva/Adelante