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Miguelito y su don de hacer el bien

Miguelito y su don de hacer el bien

Hace apenas unos años conocimos al Doctor en Ciencias Médicas Miguel Emilio García Rodríguez, ese que además es Máster en Urgencias Médicas, Profesor e Investigador Titular, y especialista de 2do. Grado en Cirugía General y en Administración y Organización de Salud. Con esos logros profesionales, más su apariencia que impresiona, llegó a dirigir el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad. No supimos qué juicio certero hacernos de él, solo el tiempo y la profesión nos posibilitaron conocer sobre su vida, la que nunca imaginamos a primera vista.

Nací el 28 de abril de 1964 en la antigua Colonia Española de esta ciudad, hoy hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, y a las 48 horas me trasladaron para Nuevitas, de donde eran oriundos mis padres, sobre todo por parte de mi papá, porque mi abuelo materno vino de España en la época de la Guerra Civil Española.

Así comenzó nuestro diálogo y agregó:

Por parte de mi papá la tradición era ser pescador y práctico del puerto, y por la vía materna mi abuelo, de empleado de una tienda y con mucho trabajo y esfuerzo logró tener sus propios negocios y tierra, era muy perseverante. Tuve una infancia muy normal en Nuevitas, en ese sitio he pasado mis mejores y peores tiempos. Mi padre era muy querido y según oí siempre muy buen práctico en el puerto, incluso fue el encargado de todo el movimiento de los barcos a la entrada y salida para Angola, en tiempos de la guerra.

Acerca de mis peores momentos me refiero a que en el 1976 mi madre falleció debido a una hemorragia subaracnoidea, al parecer por una malformación vascular intracerebral, de esa época que aún era un niño, recuerdo al Profesor Oliverio Agramonte Burón, gran cirujano aún en activo y que fue muy especial en lo relacionado con mi mamá. Su muerte me marcó para siempre, ella decidió quedarse a vivir en Cuba, pero toda su familia marchó a los Estados Unidos. Al faltar ella mi padre asumió el doble rol, pero confieso que mi madre me hizo mucha falta cada minuto de mi vida. Ella y su familia eran muy católicos y así nos crió a mi hermana y a mí, al morir ella nunca más fui a la iglesia, tenía apenas 12 años y no entendía cómo si yo era tan bueno cómo era posible me la llevaran así. Todo eso causó disturbios en mi vida.

¿Dónde cursó sus estudios y cómo llegó a la Medicina?

Los primarios y secundarios transcurrieron en Nuevitas, el preuniversitario lo realicé en Sierra de Cubitas. Mi inclinación era ser Ingeniero Naval, parece que por la influencia del entorno; sin embargo, el deseo de mi papá no era ese, él quería que fuera médico. En mi juventud fui uno más, me comportaba como la media de esa época y seguía con mi empeño de esos estudios, para lo que había que salir del país, en los entonces países socialistas. Sobra decir que mi padre estaba negado rotundamente, y la Medicina no era que me desagradara, pero no la tenía en mis planes; no obstante, por complacerlo a él cambié la carrera, fui de la media, nada descollante. Él fue admirador de los médicos y era amigo de varios, entre ellos del Dr. Bárbaro Armas Pérez, cirujano del hospital Amalia Simoni y para quien tengo un aparte, él trabajó allá.

No le bastó a mi papá con pedirme que fuera médico, sino igual que me hiciera cirujano y confieso que era muy dependiente de él y de sus órdenes, por así decirlo. En primer año de la carrera entré por primera vez a un salón de operaciones con el Dr. Ramón Romero Sánchez, con quien me unen lazos familiares, además, y la verdad no me desagradó.

En los dos primeros años de la carrera fui dirigente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), ya en el tercer año pasé al hospital clínico quirúrgico Amalia Simoni, y allí empecé en la cirugía de manera estable con el Dr. Bárbaro Armas, con ese de quien tengo recuerdos desde que era un niño. Con él me unen lazos muy especiales, a su lado pasé el tercer, cuarto y quinto años y el sexto en Nuevitas. Cuando tuve la oportunidad de estar al lado de Bárbaro ya me identifiqué con la cirugía y muy bien con la carrera de Medicina, ya era otro.

Por diversas causas cuando me tocaba la especialidad no pudo ser, me ubicaron en el municipio de Sierra de Cubitas a hacer el postgraduado porque preferí no dedicarme a otra. Allí me mantuve por tres años, ejercí en la policlínica en la consulta de medicina interna. En ese territorio me hice médico para toda la vida, fue una experiencia única, hacíamos de todo, chocamos con una realidad tremenda. Obtuve varios reconocimientos como Vanguardia Nacional, y el 5 de noviembre de 1990 comencé la residencia en cirugía general, había una plaza, optamos algunos, me seleccionaron para realizarla en el “Amalia Simoni”, hospital con el que me mantuve muy vinculado y con el Dr. Bárbaro, mi paradigma en la cirugía, y mi padre no sanguíneo, pero sí profesional y en todos los aspectos de mi vida.

Ese es un hospital que amo, fue mi escuela, mi todo, mi formación médica y de la especialidad se la debo a ese centro. De allí admiro a todos mis profesores, algunas ya fallecidos, y a todos mis compañeros de trabajo, y me refiero a todos, médicos y no médicos. La especialidad la hice en tres años y tres meses porque debido a mi desempeño pude adelantar el primero y tercer años. Me gradué de cirujano el 8 de abril de 1994 y el 2 de mayo siguiente comencé en Nuevitas, donde permanecí durante 17 años; allí fui jefe de servicio de cirugía general, vicedirector quirúrgico, director de la Filial atendiendo la Asistencia Médica. Fue otra escuela para mí aunque ya como especialista, lugar en el que me entregué en cuerpo y alma, y en esa época me hice especialista de 2do Grado, obtuve la categoría de Profesor, me hice Doctor en Ciencias Médicas, obtuve el Sello de Forjadores del Futuro y Premio a Personalidad de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), también cumplí misión internacionalista en la República Popular de Ghana, donde fui jefe regional de la zona Koforidua, en un hospital que supera las 500 camas, y en poco más de dos años operé a más de 2 000 pacientes, allí me hicieron Hijo Adoptivo como reconocimiento también al trabajo comunitario.

En la misión fui Vanguardia Nacional y en Nuevitas igual durante dos años, me estimularon con el Premio del Ministro de la Salud, que se entregó por única vez a finales de la década del ‘90, y la Tesis Doctoral fue seleccionada como un proyecto nacional”.

¿Cómo llega a Camagüey?

A finales del 2010 la entonces Rectora de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, la Dra. María del Carmen Romero Sánchez, quiso que asumiera el decanato de la carrera de Medicina, ese era un reto mayor, lo pensé mucho porque creí me alejaría de la cirugía, y siempre tuve la idea de si regresaba a Camagüey retornar al “Amalia Simoni”. Finalmente vine en mayo del 2011 como Decano de la Facultad de Medicina e inmediatamente me vinculé a este hospital, al “Manuel Ascunce”, para continuar la asistencia, ya con el perfil de tórax que traía de Nuevitas.

Desde que regresé a Camagüey me empeñé en tratar de unificar la cirugía de tórax, llevarla a diferentes cirujanos y así mantener el legado de mis profesores. Luego de tres años como Decano pasé a desempeñarme como Vicerrector académico de la Universidad hasta el 2015, que me propusieron dirigir este hospital, algo que tampoco tenía en mis planes, pues pensaba seguir como cirujano al cesar en la Universidad Médica. La decisión fue colegiada con mi familia y aquí estoy.

Esta es una tarea ardua y difícil, es uno de los cinco hospitales más grandes de Cuba, tiene 38 servicios de salud y 24 servicios médicos y fue donde se fundó la docencia en la provincia, y esta vida gerencial que tuve antes me ha servicio, eso sí, nunca he dejado la asistencia, y el 75 % de la cirugía que hago es torácica”.

¿Aparte de sus profesores hay personas que lo han ayudado a crecer como profesional?

No habría sido posible sin el apoyo familiar, mi esposa, mi compañera durante 30 años me ha respaldado en todo momento, y mi hijo, que ya es médico y hace estancia en cirugía general con aspiraciones de llegar a la cardiovascular, es mi orgullo, fue el mejor graduado, es muy estudioso. Cuento con una familia corta, pero maravillosa, y tengo una hermana que nos hemos querido mucho, a pesar de que ella decidió emigrar.

Mi padre falleció a los 90 años, nunca quiso irse de Nuevitas, él disfrutaba sentarse en el portal de su casa en la calle Maceo y oler el salitre, eso no lo cambió por nada. Mi padre fue muy recto, nos crió a la antigua.

¿A él le agradecemos el médico y el cirujano que es?

En buena medida y hoy lo agradezco, no considero que he tenido un coeficiente elevado de inteligencia, pero he perseverado y me propongo metas cumplibles. Me siento satisfecho con lo alcanzado, aunque confieso que a la vez soy inconforme hasta luego de cirugías exitosas. Mi determinación de no abandonar el país ha sido mía y mi sentimiento de cubanía se la debo a mi padre también, siento orgullo de mi nación, me gusta mi Cuba.

Al término de una exitosa intervención quirúrgica, acompañado de su equipo y de residentes en la especialidad. Foto: Olga Lilia Vilató de Varona

¿Qué siente cuando sabe que uno de sus alumnos extranjeros asegura que tiene las manos de Dios?

La definición que tengo de Dios es hacer el bien. Me esfuerzo y sufro con cada paciente, me gusta identificarme con ellos y eso es bueno y malo. Cuando sale bien todo la alegría es infinita, pero soy un ser humano y trato a seres humanos, y si las cosas no terminan de manera satisfactoria lo sufro mucho.

De lo que sí estoy claro es que cuando pongo mis manos encima de un paciente trato de hacerlo con amor, independientemente de su origen, de sus creencias, su ideología, de su sexo, nada de eso es importante para mí, el ser humano es lo que me interesa y por ese lucho, y si Dios existe, si me dio el don de interactuar con la Medicina y de prepararme para hacer el bien, entonces eso sí debo agradecerlo y allí cuenta todo el que me ha formado. Manos de Dios es un don que debe tener todo médico”.

¿A quiénes ha venerado entonces?

A mi familia y a mis profesores. El respeto que siento hacia mis profesores es algo superior, a algunos que he visto llegar al fin de sus vidas lo he sufrido como si fueran mi padre. Ramón Romero ha sido mi guía en la parte científica, con una visión de futuro muy importante. He sido muy afortunado porque Bárbaro Armas es otro científico que conjuga su cerebro con sus manos como cirujano y para escribir, algo que hace muy bien.

Debo mencionar al Profesor Amaranto Borges, ya fallecido, y ejemplo en este tipo de cirugías, o sea, torácicas, para muchos especialistas, era una eminencia, junto a Bárbaro Armas, y estoy seguro que entre ellos dos forjaron mis manos, junto a otros imposibles de mencionar, y eran como los Jinetes de la Apocalipsis de esa época en la cirugía de ese hospital, incluso, cuando trabajé en Nuevitas llevé a los doctores Borges y Bárbaro muchas veces para que me apoyaran en algún que otro caso.

¿A la vuelta de los años, si le dieran a escoger entre tantas responsabilidades?

Fuera todo de nuevo. Primero médico, cirujano, y ser director me ha formado como mejor persona, la vida me ha dado la posibilidad de vincularlo todo. Me veo como un conductor de un barco, ese al que renuncié para ser médico, y los resultados de este son del colectivo.

Cuando los estudiantes hablan bien de la enseñanza, cuando los profesionales salidos de aquí tienen logros aprendidos entre estas paredes, hace que uno sienta un sano orgullo. Pese al bloqueo que nos imponen desde los Estados Unidos, que es real, y estar convencido de que tenemos muchos problemas externos, hay otras limitaciones internas que a veces no las sabemos enfrentar, y eso está demostrado. En este centro tenenos la cifra histórica de alrededor de 26 000 intervenciones quirúrgicas anuales, y este año, con mucho menos recursos que el anterior que no cumplimos lo previsto, ya sobrepasamos esa cifra.

Una de mis misiones aquí es hacer entender a las personas que vivimos en este hospital, porque es así, vivimos, que esto es ofrecer salud, no trabajar por trabajar, y cada uno de nosotros debe administrar lo que tenemos a nuestro alcance para darle a las personas lo que realmente necesitan”.

¿El 2019 le trajo estímulos especiales, puede mencionarlos?

En la versión provincial del XLIV Concurso Premio Anual de la Salud, obtuve el Gran Premio en la categoría de Investigaciones Aplicadas: Programa de atención integral para pacientes con cáncer de pulmón, mientras en el XIV Congreso Internacional de Cirugía Emilio Camayd Zogbe me otorgaron el Premio, primera vez a un camagüeyano, por el impacto científico y social de la investigación: Programa de atención integral para pacientes con cáncer pulmonar, presentada en la categoría de tema libre, pero fíjese, en todos los casos es un reconocimiento a un grupo de personas que no descansan en brindar lo más preciado que puede tener un ser humano que es la salud. Es la faena de un equipo de profesionales que avanza con inteligencia y que lidero desde hace algunos años, pero no soy yo solo, es un orgullo de muchos.

Para responder en algo el inicio confesamos que este hombre de elevada estatura, de fuerte apariencia y andar seguro, se nos presenta desde hace mucho como alguien noble, un ser humano increíble, sencillo y entregado en cuerpo y alma a su profesión. Es alguien a quien todos terminamos llamándolo Miguelito o Migue, así de simple, porque cuando lo conocemos él mismo se encarga de que lo veamos como el amigo, y si tenemos la fortuna de ver su desempeño en un quirófano, entonces creemos de verdad que estamos en presencia no solo de las manos de Dios, sino también de su corazón.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto de portada: Leandro Pérez Pérez

En Camagüey, consulta de Sombras Pulmonares

En Camagüey, consulta de Sombras Pulmonares

En el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad, se efectúa semanalmente una consulta conocida como Sombras Pulmonares. Surgió en noviembre del 2015 por la necesidad que tienen los pacientes con cáncer de pulmón, de ser atendidos y tratados por especialistas de varias ramas de la medicina.

Así lo dijo a la prensa el Profesor Miguel Emilio García Rodríguez, Doctor en Ciencias Médicas, Profesor Titular y especialista de Segundo Grado de Cirugía General, quien es, además, director de ese centro asistencial, quien agregó que el cáncer de pulmón es la primera causa de muerte en Cuba por esta enfermedad, y la primera en morbilidad por el mismo padecimiento en varias provincias, y Camagüey es una de ellas.

El Profesor abundó en que por cada paciente que se diagnostica de cáncer en Camagüey hay dos que están muriendo, de ahí que buscamos un diagnóstico sistemático al igual que el tratamiento y se denominó así a esta consulta porque allí son atendidas todas las personas con alguna anormalidad en la radiografía de pulmón, llegan algunos sin padecer de cáncer.

Los enfermos son atendidos por neumólogos, imagenólogos, cirujanos, oncólogos, quienes se dedican a los ensayos clínicos, fisioterapeutas de varias instituciones y entre todos se define qué hacer ante cada caso y lo mejor de es que disminuye la variabilidad de comportamientos porque son llevados a un diagnóstico y tratamiento uniforme, de acuerdo con el caso que incluye la localización, el tipo y etapa del cáncer y su estado general, se les realizan los exámenes que requieren, y les evita el pasar por los que no necesitan, no se pierde tiempo y están en manos de un equipo altamente calificado.

El paciente se va de la primera consulta con indicaciones precisas, como pueden ser sometido al tomógrafo axial computarizado, practicarle una biopsia, una broncoscopia —técnica de visualización de las vías aéreas bajas mediante un broncoscopio flexible o rígido, y puede ser utilizada con fines diagnósticos o terapéuticos—, todo lo que se hace en el transcurso de una semana como promedio porque otros lo consiguen en alrededor de 21 días, en dependencia de lo que vaya detectándose.

Aunque hemos tenido años de operar un número importante de pacientes en este hospital, con muy buena sobrevida de estos, se conoce que la única manera de evitar o disminuir la enfermedad es con el justo accionar en la Atención Primaria de Salud (APS), puntualizó el Dr. García, pues en ese nivel es donde se logra la prevención a través de la promoción y la educación.

El trabajo de terreno en las áreas de salud es fundamental, aseguró, para detectar la enfermedad en etapas preclínicas, quiere decir antes de que asomen los síntomas, para lo cual se trabaja con mayores de 55 y hasta 70 años de edad que son fumadores y consuman más de 30 cajetillas al año y tengan familiares de primer orden con antecedentes, incluso, de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y quienes hayan dejado la adicción desde no más de 15 años.

No fumar es esencial, y si se hace, el deshabituarse de la adicción se consigue en ese rango de asistencia. Aunque esta no es la única, queda claro que es una de las causas de diferentes tipos de cáncer y sobre todo del de pulmón.

Son chequeados aunque no manifiesten malestares y se les orienta una tomografía de baja dosis —utiliza menos radiación ionizante que la convencional— y determinadas varias anormalidades no todas relacionadas con el cáncer de pulmón, pero sí con la posibilidad de diagnosticarlo en enfermos en el momento que sea curable su dolencia.

El tratamiento, ya sea quirúrgico, con quimioterapia, radioterapia, igual tienen acceso a la vacuna terapéutica CIMAvax-EGF®, que es aplicada en pacientes que no reciben otro tipo de tratamiento, incluso, hasta porque no lo aprueben, los que fueron operados y tratados con quimioterapia y radioterapia, y la sobrevivencia ha sido muy buena.

El Profesor Miguel Emilio García Rodríguez comentó que el cáncer de pulmón es algo que alarma a nivel mundial, no solo en Cuba; primero, por la incidencia y segundo, por la mortalidad, con una supervivencia global a los cinco años de un 15 %. Nuestro país es uno de los tres de Las Américas con mayor cantidad de personas diagnosticadas con cáncer, superada por Canadá y Estados Unidos.

El hábito o adicción al tabaquismo en Cuba constituye un problema no resuelto, dijo, de hecho es una de las naciones de la región en la que más se fuma, y otra arista es el envejecimiento demográfico. Aquí más del 19 % de la población pasa de los 60 años de edad y el cáncer de pulmón es más frecuente en edades tardías.

A esta consulta acuden personas de toda la provincia de Camagüey, de Las Tunas y de Ciego de Ávila y con resultados muy positivos, sobre todo porque los intervenidos quirúrgicamente han sido en etapas adecuadas.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto/Otilio Rivero Delgado

Confirmada aparición del caracol gigante africano en Camagüey

Confirmada aparición del caracol gigante africano en Camagüey

Luego de ser avistado el caracol gigante africano por una camagüeyana que ofreció detalles a especialistas de la Salud Pública, quienes confirmaron el suceso el 31 de mayo último, fueron detectados más de 500 en solo cinco días, lo mismo en su etapa de huevos como de adultos.

El hecho originó la adopción del plan previsto para destruirlos y evitar su proliferación, porque de antemano ya estaban capacitados los biólogos y entomólogos de las unidades de vigilancia y lucha antivectorial, en el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí de la capital del país, de manera tal que se evada su propagación y con esto que no llegue a convertirse en un problema de salud en los humanos, aseguró el Dr. Juan Llambías Peláez, director del Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM), en la provincia de Camagüey.

Es por eso que fue activado el Grupo Temporal de Trabajo Provincial de la Defensa Civil en el territorio para intensificar las acciones de vigilancia y respuesta a lo acontecido, por lo que operarios dedicados a la lucha antivectorial tienen a su cargo la orientación oportuna a la población y la revisión obligada a los inmuebles y sus alrededores. Como respuesta a estas tareas fueron seis las viviendas con aparición de ese organismo en las calles Palmira, Callejón de León y San Cayetano, del reparto Torre Blanca, en la capital camagüeyana, —en jardines y patios— y cinco zanjas en tres manzanas, lo que comenzó en el Callejón de Arboleda del mismo entorno.

El especialista en Epidemiología dijo que el caracol gigante africano vive entre cinco y seis años y pone hasta 300 huevos unas tres veces año. Es hermafrodita; sin embargo, necesita del apareamiento para procrear. La especie está incluida en una lista de 100 conocidas como exóticas invasoras más dañinas a nivel mundial, por su dieta polifaga (pueden nutrirse de diferentes tipos de alimentos), su elevada resistencia a las variables ambientales, alto nivel reproductivo, incluso, por la facultad de dispersión e impacto sobre la flora y la fauna, llega a desplazar otras poblaciones de caracoles.

Es un hospedero intermediario entre el ratón y las personas, de ahí la posibilidad de ocasionar en los humanos un tipo de meningoencefalitis, bronquitis y angiostrongilosis abdominal (enfermedad parasitaria).

Llambías Peláez comentó que por sus características, es necesario incrementar la higiene a la hora de lavar los vegetales, la frutas…. para ser ingeridos, y conocer que nuestro clima es hábitat favorecedor, más en este tiempo de agua que es idóneo.

Los caracoles encontrados están ubicados en el área de Salud correspondiente a la policlínica Este, y compromete, hasta ahora, a los vecinos de un solo consultorio del médico y enfermera de la familia.

Quienes sospechen de la presencia del molusco tienen que darlo a conocer y luego de ser indentificado, hay que protegerse las manos con guantes para destruirlo de manera mecánica, de ser varios agrupados en una jaba de naylon y aplastarlos; igual se abre un hueco para soterrarlos, pero este deber estar lejos de abastos de agua, con no más de 80 centímetros de profundidad para evitar la contaminación del manto freático y echar cal o sal común en el fondo al colocarlos vivos o no y cubrirlos. Es muy seguro quemarlo, pero siempre sepultarlo, nunca machacarlo y dejarlo muerto en las calles porque el riesgo está en la babosa.

La meningoencefalitis que transmiten se diagnostica en el laboratorio y puede confundirse con el resultado de los alérgicos severos, pero esta cursa con fiebre, dolores de cabeza y vómitos.

El Dr. Llambías opina que el número detectado es bastante en poco tiempo y hay que estar atento en todas partes, aumentarse la promoción de salud y la vigilancia de médicos de familias y otros organismos involucrados como la Agricultura y Sanidad Vegetal.

Hay una exhaustiva revisión. Y si fueron encontrados hasta de diez centímetros, ya en estado adulto, quiere decir que no “llegaron” el mismo día que se descubrieron, para crecer necesitan tiempo.

Es oportuno resaltar que en los sitios con la presencia del molusco no se han diagnosticado enfermos por esta causa. De todas maneras son realizadas audiencias sanitarias en los barrios y centros educacionales para elevar el conocimiento de la población, a fin de que tenga conciencia de los riesgos de ese organismo, y conozca cuál es el peligro si entra en contacto con él, que incluso, se ha utilizado en rituales religiosos.

Este tipo de caracol puede medir hasta 20 centímetros de largo y diez de ancho, con bandas de colores claros y oscuros, localizado más frecuentemente encima de las plantas y paredes, con predilección de los sitios húmedos y con sombra.

Se registra como primer reporte de la existencia del caracol gigante africano en Cuba en el 2014.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Imagen tomada de: https://caracolesybabosas.com/



Amor a quienes nos cuidaron y amaron

Amor a quienes nos cuidaron y amaron

Mucho escuchamos acerca de los retos que enfrenta el Estado cubano ante el envejecimiento demográfico del país, el más elevado de América Latina y el Caribe. Si conocemos que el 20.1 % de la población sobrepasa los 60 años de edad, sabemos el desafío es muy cierto, máxime si tenemos presente que para el 2050 los adultos mayores en Cuba constituirán el 38 % de los habitantes y esta se encontrará entre las 11 naciones con indicadores más prominentes en ese sentido en el mundo. Hay preocupación y ocupación, aunque con la necesidad sentida de brindar amparo con maneras en las que prevalezcan las características y situaciones individuales.

En Camagüey, donde este grupo etario conforma el 20,3 % de sus lugareños, o sea, uno de cada cuatro, hay 14 hogares de ancianos, de estos 13 estatales y uno religioso; 27 casas de abuelos, un servicio de Geriatría y cuatro hospitales con camas destinadas a esa atención. En el municipio de Vertientes funciona el segundo del país para aquellos con algún tipo de discapacidad, única localidad con indicadores óptimos, porque pese a que la creación de centros destinados a la atención del adulto mayor es un hecho, las demandas continúan por encima de las capacidades.

Cuando nos referimos a crear condiciones no pueden pasarse por alto las aceras por donde caminamos, mantener las calles iluminadas, facilitar dónde sentarse y protegerse del sol al hacer gestiones obligadas, asegurar el transporte si lo necesitan para dirigirse a un centro asistencial de Salud. Hay que considerar y, en mucho, que a más años más problemas ante las caídas y otras muy propias de esas edades; por lo que estas personas requieren de una atención exquisita en especialidades como la Medicina Interna, la Angiología, la Cardiología, la Neurología y la Ortopedia.

Es incuestionable que los indicadores mencionados al inicio son consecuencias del incremento de la esperanza de vida al nacer, del fortalecimiento de la asistencia médica, y al descenso de la fecundidad y la mortalidad. Pero cabe preguntarse, ¿las familias cubanas se preparan para este fenómeno? ¿En los hogares con personas de más de 60 años o próximos a esa época se toman en cuenta las proyecciones de vida de quienes los tendrán a su cargo?¿Está identificado quién o quiénes son los más facultados para enfrentar el cuidado de sus ancianos más allá del cliché de que por ser mujer le “toca”? ¿Se analiza a quién le sería más fácil dejar de trabajar si su entrada económica es menor que la de otros, sin tener en cuenta el género? ¿Pensamos cómo hacernos cargo del abuelito sin renunciar al trabajo? ¿A la hora de adoptar decisiones tan radicales como emigrar del país se conoce quién acompañará al anciano?

Se sabe que ese ser humano que peina canas ha vivido y si presenta un estado de salud mental adecuado puede ofrecer sus saberes desde el punto de vista laboral y particular, ¿se tienen en cuenta sus experiencias?

Podríamos hacer una disquisición mucho más profunda de interrogantes. También contar anécdotas muy reales de hijos que no se ven obligados a “cargar” con sus padres sencillamente porque la casa le pertenece a otro; algunos, por ser varones llegan, asoman sus cabezas, preguntan cómo están y siguen de largo, y en no pocas ocasiones todo esto se va entretejiendo cual suerte de tela de araña sin pensar en lo más vital: ofrecer amor a las personas mayores.

Esos que un día se desvelaron por la fiebre de sus hijos, que lo sacrificaron todo por ellos, por sus nietos, merecen amor del bueno, ese que es ofrecido a cambio de nada. Si las responsabilidades son repartidas entre todos, fluye de una mejor manera. Sería bueno que cada persona a cargo del cuidado de los ancianos, los adultos mayores, los de la tercera edad, los viejitos, o como se les llame apliquen parte de esos versos de Silvio Rodríguez: “Mi amor es todo cuanto tengo/Si lo niego o lo vendo/¿Para qué respirar?”.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto: Álbum familiar

Del “Manuel Ascunce”: ciencia y premiaciones en su aniversario 57

Del “Manuel Ascunce”: ciencia y premiaciones en su aniversario 57

El Dr. Félix González González, destacado especialista en endocrinología en su conferencia sobre diabetes mellitus y su relación con otras enfermedades como las cardiovasculares y el cáncer, por solo mencionar algunas.

Los Doctores en Ciencias Médicas Miguel Emilio García Rodríguez (cirujano), Gretel Mosquera Betancourt (neurocirujana), Alejandro Álvarez López (ortopédico y traumatólogo), y Zaily Fuentes Díaz (anestesióloga y reanimadora), todos del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech fueron premiados por sus investigaciones y publicaciones durante el 2018 y, por supuesto, la repercusión alcanzada en cada una de estas.

Igual fueron homenajeados 30 personalidades de la Salud del territorio, y se entregaron más de 40 galardones por la calidad de las presentaciones en el encuentro, después de cuatro días de conferencias magistrales, póster en modalidad de carteles y electrónicos, y los temas relacionados con las ciencias clínicas, quirúrgicas, oftalmológicas, oncológicas, la medicina natural y tradicional y la enfermería, en alrededor de 280 trabajos investigativos, presentados en la Jornada Científica por el Aniversario 57 del hospital universitario Manuel Ascunce Domemech, de esta ciudad, inaugurado un día como hoy, el 14 de enero de 1962 por el Dr. José Ramón Machado Ventura, ministro de Salud Pública en esa época.

Las novedades, todas cargadas de pura ciencia, tuvieron como pretexto la celebración con sede en el Centro de Convenciones Santa Cecilia, de Camagüey, y que anualmente dedican a penetrar aún más en las diferentes especialidades, siempre en busca de perfeccionar cada detalle aparejado con curar o mejorar la calidad de vida de los enfermos, por ser esta su razón de ser.

 

La cita sobrepasó las fronteras de esa institución de más de cinco décadas porque entre los 285 acreditados rezan profesionales de los hospitales clínico quirúrgico Amalia Simoni, materno infantil Ana Betancourt, de algunas policlínicas y de consultorios del médico y enfermera de la familia, como una manera de integrar con efectividad los servicios de atención secundaria con los de la primaria, con la consabida prevención y educación para la salud.

El hospital universitario Manuel Ascunce Domenech se mantuvo en construcción desde 1946 y por 16 años, bajo los gobiernos de Grau San Martín, Prío Socarrás y Fulgencio Batista, y vio la luz el 14 de enero de 1962, mientras el Dr. José Ramón Machado Ventura, ministro de Salud Pública entonces, tuvo la honrosa responsabilidad de dejarlo inaugurado.

Texto y foto: Olga Lilia Vilató de Varona

Camagüey con la mejor tasa de mortalidad infantil de Cuba en el 2018

Camagüey con la mejor tasa de mortalidad infantil de Cuba en el 2018

María Carla y Leydi Laura Calderón, uno de los 69 nacimientos gemelares del año en el “Ana Betancourt".

Camagüey cerró el 2018 con ¡2,6! de tasa de mortalidad infantil, la más baja de todas las provincias de Cuba, dijo vía telefónica el Dr. Roberto Álvarez Fumero, jefe del departamento del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) del Ministerio de Salud Pública, la que además resultó la mejor de su historia, por superar, para bien, la del 2017 que fue de ¡3!

El Profesor Álvarez Fumero reconoció el trabajo de los profesionales del sector del territorio agramontino, desde los relacionados con la Atención Primaria de Salud (APS), a los del equipo del PAMI, y a los del hospital materno infantil Ana Betancourt, el pediátrico provincial Eduardo Agramonte Piña, y a los municipios por los excelentes resultados y el aporte positivo al país a la hora de exhibir su tasa de 4,0.

En el “Ana Betancourt”, la segunda maternidad del país, ocurrieron 6 085 nacimientos en esos doce meses —69 gemelares—, de los 7 805 reportados en la provincia, mientras su tasa fue de 0,6 fallecidos por cada mil nacidos, igual la mejor de todos los tiempos allí.

Durante el año recién finalizado murieron cuatro menores de un año menos que en el 2017. El municipio de Jimaguayú terminó sin defunciones en todas las edades pediátricas; y en los de Camagüey, Florida, Nuevitas y Vertientes registraron sus tasas por debajo de la media provincial, según la información ofrecida por especialistas del Departamento de Registros Médicos y Estadísticas de Salud, de la Dirección Provincial del ramo.

La Dra. Ivette Alicia Prince Martínez, jefa de la sección del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) en ese nivel, especialista de 2do. grado en Pediatría y en Cuidados Intensivos y Emergencias, comentó que el 2019 está repleto de retos, encaminados siempre a realizar un trabajo cada vez más exquisito, que incluye a las mujeres en edad reproductiva para que planifiquen sus embarazos en el mejor momento, mucho más si padecen de enfermedades crónicas u obesidad, las que deben estar controladas al momento de la concepción, y evitarlos en las menores de 20 años

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Leandro Pérez Pérez

Iguales misiones internacionalistas, pero diferentes

Iguales misiones internacionalistas, pero diferentes

Una idea me llevó hasta el Dr. Rafael Cuan Ravinal, especialista en Cirugía General y jefe de servicio de esa especialidad en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, Máster en Urgencias Médica y Profesor Asistente, y estaba equivocada, para bien.

—Al indagar sobre su misión internacionalista en Pakistán me aclaró que no fue la primera. Antes estuvo en Honduras y lo rememoró así:

Fui cuando el huracán Mitch tocó tierra en ese país el 26 de octubre de 1998, aunque no había sido constituido el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve, por idea de Fidel Castro.

"Sabíamos que podíamos demorar en regresar y fue así, volví a los tres años. Fui ubicado en El Progreso, una ciudad y municipio del Departamento de Yoro, a la que llegábamos por agua o aire, no había comunicación por tierra, la devastación era terrible".

Ya sé que no fue su única experiencia con estas características…

Así es. El 8 de octubre del 2005 un terremoto de 7,6 grados de magnitud en la escala Richter asoló el norte de la geografía pakistaní, sobre todo a la ciudad de Cachemira, una zona en disputa entre Pakistán y la India por muchos años, pero en esos momentos lograron una amnistía.

"Cuba no tenía relaciones diplomáticas con Pakistán, y eso no importó ya se contaba en nuestro país con el Contingente Henry Reeve, creado en septiembre de ese año para auxiliar a las víctimas del huracán Katrina en Nueva Orleáns, EE.UU y pese a la negativa del gobierno de George Bush de aceptar la ayuda médica incondicional de nuestro país, el grupo quedó disponible para ofrecer su aporte solidario en cualquier rincón del mundo.

"Pidieron a Camagüey un ortopédico y un cirujano con experiencia para salir hacia Pakistán, di mi aprobación sin preguntar el tiempo que estaría por allá, estaba dispuesto a ir y a cumplir.

"En La Habana nos reunieron y me informaron que asumiría la dirección de uno de los hospitales de campaña y lo fui en el número 23. Los especialistas cubanos eran también en anestesiología y reanimación, angiólogos y cirujanos vasculares, técnicos en anestesia e instrumentistas, personal de cocina y un número importante de jóvenes recién graduados, además, de los traductores de idioma inglés.

"El Comandante Fidel Castro se reunió con nosotros en el Consejo de Estado, nos explicó en detalles que nos enfrentaríamos a las adversidades climatológicas, a las nevadas, a crear mecanismos de supervivencia en hospitales de campaña. También estuvo en la cena y nos despidió poco después de las dos de la madrugada, fue muy emotivo.

"Bruno Rodríguez Parrilla nos esperó, estaba a cargo de la diplomacia allí, aunque no manteníamos relaciones de este tipo aún, él era entonces viceministro primero de Relaciones Exteriores de Cuba. Nuestra nación se hizo cargo de llevar todo lo necesario para establecer los hospitales de campaña e incluso el avituallamiento para protegernos del frío.

"Sin embargo, nos dimos cuenta que no teníamos ni la menor idea de lo que enfrentaríamos debido al clima ni de la situación en sí misma. Salimos preparados con mochilas, sobre todo con la alimentación necesaria para 15 días, que se pudieran conservar".

¿Cuándo se instalan?

—Enseguida, no perdimos tiempo pese al brusco cambio de horario y de clima. Al amanecer comenzamos a cargar con todo, hasta los equipos como ultrasonidos, los de laboratorio clínico, lo requerido para el salón de operaciones, y grupos electrógenos. El personal de electromedicina se encargaba del montaje de los equipos de muy buena calidad, y contamos con un Grupo de Logística de la Misión excelente.

"En mi experiencia fui más que director porque llevaba la economía, era el cirujano, el amigo, el padre, el consejero. Llegamos a Cachemira, a un terreno árido y devastado, vimos de cerca el sufrir de los niños y no lo olvido, una idiosincrasia diferente, imagine que los hombres y las mujeres no pueden estar juntos, fue un cambio de vida total. La prioridad era dar vitalidad al hospital, el lugar destinado para las cubanas y la cocina".

¿Fueron aceptados?

Y más que eso, nos cuidaban hasta los militares pakistaníes. De hecho Cuba fue el primer país que llegó a ofrecer sus servicios médicos y en toda Cachemira hubo un despliegue de hospitales, lejos unos de otros.

¿Problemas dignos de destacar?

Los que tuvimos con el agua y hubo que mudar el campamento, era un terreno muy seco. Desmontamos todo de noche y nos fuimos a la ciudad de Dhirkot, allí fuimos acogidos con mucho cariño porque fueron afectados por el terremoto; sin embargo, no les había llegado la asistencia médica. Nos establecimos con mejores condiciones, todo en casas de campaña. Al principio dormíamos en el suelo, luego en colchonetas, en catres tipo cama, sin cocinar hasta tener dónde hacerlo, seguíamos con las latas, el chocolate…

"Comenzamos a crear otras condiciones como hacer llegar el agua por tubos directo a la máquina de filtrar, el electromédico nos preparó un sistema de calefacción, teníamos una mejor comunicación mediante teléfono satelital".

¿Algún día como para no olvidar?

El 31 de diciembre de ese año lo pasamos con un frío extremo y como la religión de ese país no lo permite, no se comía carne de cerdo ni se ingerían bebidas alcohólicas. Algunos tuvieron la iniciativa de hacer una parrillada con pollos, compramos frutas y la pasamos bien, con nostalgia de los nuestros, de la Patria y la comunicación estaba muy mal.

"Nos acostamos con añoranzas y a las dos de la madrugada empezamos a despertar todos con los primeros vestigios de la nieve, y como los cubanos no tenemos tiempos malos, hicimos muñecos de nieve. Así empezó el nuevo año, cada vez bajaba más la temperatura, a ocho grados bajo cero, y comenzamos a quedarnos aislados y las carreteras de montaña intransitables.

"Y otra vez de mudada. Nos quedamos sin corriente, había que preservar la vida de los colaboradores y la cablería con la nieve era un peligro, nos agrupamos todos en un salón en una estructura de concreto debajo de nosotros, con algunas grietas y nos aseguraron que no teníamos peligro, encendimos los calefactores y tomamos otras medidas. Del campamento sacamos lo que tuvimos a mano.

"A los siete meses informaron que nos desmovilizaríamos, aunque yo debía quedarme hasta terminarlo todo con cinco personas que escogiera. En la despedida participó la jefatura del país, de la misión y quedaron escritas las memorias por ser la misión más difícil, desde el punto de vista humanitario, enfrentada —no militar— hasta ese momento por los cubanos, catalogada por muchos como épica. Fue una despedida triste, los militares pakistaníes, con la comunidad completa estuvieron allí, muchos expresaron su agradecimiento y se quedaron con el hospital equipado, lo dejamos todo, fue un donativo de Cuba, y no solo ese, fueron más de 20".

Ya de regreso…

Pasados seis meses me llaman para abrir la misión en Bolivia, en un hospital en construcción en Yacuiba, hacía frontera con Argentina, ubicada en el Departamento de Tarija en el sur de esa nación, es la capital de la Provincia del Gran Chaco y paso a ser el coordinador de ese centro; luego de ser abierto me enviaron para Santa Cruz de la Sierra, vengo de vacaciones y al regreso soy enviado para el hospital de Montero, que era de referencia para los médicos cubanos, instalado en la carretera de Valle Grande, la Ciudad del Che, un sitio muy transitado por colaboradores, visitantes, personal diplomático. Estuve por dos años y medio. Allí sí terminé hasta ahora, con esas tres misiones diferentes.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Leandro Pérez Pérez

Tres quimeras más disfrutadas por Adriana

Tres quimeras más disfrutadas por Adriana

Adriana junto a su cirujano, el Dr. Miguel García, y el Dr. Manuel Chávez, residente en cirugía, de México, quien participó en alguna de esas siete operaciones como asistente.

 

Estuve a punto de pasar por alto esta publicación en el blog, pues por diversas causas fueron transcurriendo los días y parecía que no había nada por decir.

Sucedió entonces que algunas personas me preguntaron acerca del porqué del silencio y al final decidí dejar constancia de este acontecimiento de tanta importancia, sobre todo para Adriana Beatriz Rojas Betancourt, esa joven de 20 años que pasó por tanto y en un futuro no muy lejano, igual será para el que hoy es un bebé, su hijo Samuel de Jesús.

Cuando di a conocer el suceso, o mejor, los sucesos, me referí a que los misterios de la salud humana son infinitos…, algo que corroboro hoy, aún no deja de sorprenderme todo lo que sorteó esta muchacha para continuar viviendo, con el disfrute de ser madre y ofrecerle su calor a ese bebito que lo agradecerá siempre.

Cuando la visité en el hospital lamentó que no podía fotografiarse —en ese momento— con su cirujano, Miguel E. García Rodríguez, Doctor en Ciencias Médicas, Profesor Titular, especialista de Segundo Grado de Cirugía General y director del hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de Camagüey, Cuba, porque él estaba en el salón de operaciones.

Adriana permaneció poco más de dos meses, desde el 22 de junio, en esa institución hospitalaria. Reside en La Emboscada, en la carretera que va hacia Esmeralda, pero perteneciente al municipio de Carlos Manuel de Céspedes. Cabe recordar aquí que con su embarazo a término comenzó con complicaciones aparentemente digestivas que le produjeron vómitos y deshidratación. Fue atendida en el hospital Manuel “Piti” Fajardo, de Florida, desde donde la remitieron al “Manuel Ascunce”, allí estuvo, en la sala de cuidados intensivos, según la expresión del Dr. Juan O. Roura Carrasco, especialista en Medicina Intensiva y Emergencia, y Profesor Auxiliar y jefe de servicio: “... mucho tiempo entre los azulejos y el techo de la sala”.

El Profesor Roura explicó: “...el embarazo, el parto y el puerperio son etapas normales, pero hay que tener sumo cuidado ante cualquier evento de enfermedad por las complicaciones que pueden enfrentar y que, de perderse un segundo en la atención, pueden ser fatales”.

Ella comenzó a presentar diversos y complejos problemas de salud, incluso, dijo el Profesor Roura: “… quedó sin plaquetas, las que tienen como función formar coágulos de sangre que ayuden a sanar las heridas y a prevenir el sangrado. Tenía una anemia severa por lo que hubo que interrumpirle el embarazo mediante cesárea y después fueron necesarias seis reintervenciones quirúrgicas por sangramiento.

Estos deterioros la llevaron a perder en dos ocasiones toda su volemia (término médico que se refiere al volumen total de sangre circulante en un individuo), o sea, que se mantenía con sangre que no era propia sino repuesta y perdió hasta volumen magro, que es referido a los músculos y a veces hasta incompatible con la vida”.

Las siete veces Adriana fue intervenida quirúrgicamente por Miguel E. García Rodríguez. En dos ocasiones, le practicó un tipo de cirugía a la que se acude como medida heroica, y consiste en que ante el sangrado de los órganos se opera, estos se empaquetan, o sea, se conservan con compresas y se cierra. En una de esas hubo que reintervenirla de nuevo y aunque no se contaba con ella, el Profesor Miguel lo hizo, y la reempaquetó.

Ese segundo empaquetamiento de los órganos el Dr. Miguel tuvo que realizarlo en la cama de terapia intensiva; si la movíamos iba a morir en el intento”, aseguró el Dr. Roura.

El Dr. Eldis Quintana Carbonell, especialista en Medicina Intensiva Emergencia, y Profesor Asistente se refirió a que: “La familia confiaba, nunca cuestionaron nuestros planteamientos. La cesárea se realizó aquí 48 horas después de su ingreso por un equipo de obstetricia, encabezado por el Profesor Auxiliar Dr. Ernesto Lafontaine Terry, del hospital materno infantil Ana Betancourt. El bebé es un varón con mucha vitalidad y ya está de alta.

Nunca había visto a un paciente con tanta necesidad de hemoderivados en tan poco tiempo; todo se le garantizó, la nutrición parenteral, los medicamentos y ventilación mecánica artificial, que la necesitó en dos ocasiones”.

El licenciado en enfermería Raúl Morales Rivero, especialista en Enfermería Intensiva y Emergencia, Profesor Auxiliar y jefe de esa Sala de Cuidados Intensivos, precisó que a la hora de particularizar en el trabajo de alguien en un servicio de terapia es muy difícil: “No podemos omitir ni equivocarnos, pero el personal de enfermería es un complemento importante de un gran equipo que incluye a tantos y tantos, con la participación de los Profesores Consultantes. Hacer sobrevivir a la paciente de las intervenciones quirúrgicas no es tan fácil, todas las indicaciones médicas e higiénicas hay que cumplirlas con exactitud.

Contamos —abundó — con personal bien calificado para las maternas complicadas, aunque cada enfermo es importante. Como parte del Programa de Atención Materno Infantil (Pami), su atención tiene sus particularidades por ser mujeres, casi siempre jóvenes, embarazadas o recién paridas, o tienen más hijos, son definitorias para nosotros y para la sociedad. Así garantizamos el futuro”.

A los dos meses decidimos dar alta a Adriana de la terapia intensiva”, dijo el Dr. Roura. Hubo despedidas y hasta lágrimas de ella, su familia y el personal”, a lo que agrego que también hubo ojos con lágrimas entre los entrevistados.

La joven agradeció a Dios y a sus médicos, así se refiere a ellos: “mis médicos”. Tuvo palabras de elogio hasta que un nudo en la garganta la llevó al llanto, sobre todo al comentar acerca de su bebé Samuel de Jesús Balboa.

Su esposo José no estaba en ese instante, pero sí su madre Olga Betancourt Ruiseco, quien dijo: “Sentirme en las nubes es poco. Agradezco a Dios por poner a esos médicos en el camino de mi hija, pido por ellos día a día. Lo que hicieron por ella ha sido muy grande, no han descansado un solo día y el director del hospital, quien la operó tantas veces, hasta en sus vacaciones estuvo pendiente.

Mi nieto está bien, el 17 de agosto le dieron el alta de la sala de neonatología del Hospital Materno, querían quedarse con él hasta que la mamá saliera de aquí. Desde luego, sufrí mucho, pero confié y todo salió bien. Nuestra familia se mantuvo unida y con mucha fe y amor para dar. Eso también ayudó y sentí el amor de los médicos de una manera muy especial”.

Adriana ya consiguió la realidad de otras tres de sus quimeras; una, fotografiarse con su cirujano antes de marcharse del hospital; otra, precisamente esa, regresar a su hogar; y la tercera que le hacía una ilusión intensa, tener a su bebé cerca y ofrecerle todo su amor.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Otilio Rivero Delgado y cortesía del Dr. Manuel Chávez