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Falleció el Doctor Ulises Sosa Salinas

Falleció el Doctor Ulises Sosa Salinas

Estoy segura de que quienes conocieron al Dr. Ulises Sosa Salinas se resistan a la noticia de su fallecimiento, hoy 19 de junio. Nació el 4 de diciembre de 1937, se dedicó en cuerpo y alma a la Medicina, tanto de manera asistencial, como investigativa y profesoral, y estaba dotado de un optimismo y un apego a la vida excepcional.

El Profesor Sosa Salinas nunca dejó de estudiar, era especialista de II Grado en Ortopedia y Traumatología, Máster en Medicina Bioenergética y Natural, Profesor Consultante de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, Presidente de Honor de la Sociedad Cubana de Ortopedia y Traumatología, Vocal de la Sociedad Internacional Holomedicina Integrativa, Venezuela y Miembro Honorario de la Asociación Argentina de Salud Natural y Ayurveda (AASANA).

Como resulta imposible relacionar la cantidad de premios, distinciones y reconocimientos, cursos de postgrado impartidos y recibidos, por su larga y fructífera obra profesional, cabe mencionar que cumplió misión internacionalista en Angola, desde 1985 a 1987, por lo que ostentaba la medalla de Cooperante Internacionalista, y también recordar que recibió el Premio Anual de la Salud en 1998, por su libro: ¿Cómo evitar deformidades infantiles?; por ese mismo tema fue seleccionado a participar en el Concurso Internacional de la Ciudad de Dubai, sobre Calidad de Vida.

Si tuviera que resumir mi impresión de este hombre, dispuesto a ayudar siempre, lo mismo como médico o desde el punto de vista de trabajo, sé que no me equivoco al asegurar que era un ferviente defensor de cultivar la alegría de vivir, por supuesto, bajo la égida de la llama del amor y como centro rector su familia y para esto me ampara su propio sentir recogido en una de sus publicaciones.

Llegue a su esposa Angelita, sus tres hijos y cinco nietos las condolencias de quienes lo conocimos y siempre pudimos contar con él. Sin lugar a dudas, una sensible pérdida para la Medicina cubana.

Por ese optimismo y apego a la vida que mencioné antes y que le brotaba desde su ser, llevo a los lectores a esta Consulta Médica: Con los cuatro "mejores médicos" del mundono por azar tan leída— que me ofreció de manera magistral el 1ro de diciembre del 2016 para esa sección de Adelante.cu, porque en ella se recoge, no solo esas ansias de vivir sino de compartir con otros cómo lograrlo, con la intención de ofrecer sus saberes sin reservas y con un hálito de esperanza.

Por Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto de Otilio Rivero Delgado

Ricardo, de los primeros electromédicos cubanos en Sudáfrica

Ricardo, de los primeros electromédicos cubanos en Sudáfrica

                                      Lo acompañan cubanos y sudafricanos.

En otras ocasiones que he abordado el desempeño de los trabajadores especializados en Electromedicina se me han presentado casi como magos, de ahí que en una oportunidad los llamé: Médicos de la tecnología , pues uno observa un equipo medio en ruinas y al cabo del esfuerzo de estos hombres, la mayoría jóvenes, ves que resucita cual suerte de Ave Fénix.

A esa providencia se me antoja que el Licenciado en Electromedicina Ricardo Domínguez Pérez tiene un extra de poeta muy sensible, ese que tiene 11 años de experiencia en el  Centro Provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina, de Camagüey, Cuba. 

Este joven de 30 años de edad no dudó en ofrecer sus servicios fuera de Cuba, incluso, en los peores momentos que atraviesa el mundo desde el punto de vista sanitario, los profesionales de la Salud cubanos no se intimidan y ofrecen sus servicios donde sea necesario, tanto dentro como fuera de fronteras. Él está a más de 12 000 kilómetros de su terruño, en Sudáfrica, e integra el grupo de los primeros de su especialidad en brindar servicios en esa nación. Por esa razón hice contacto con él, vía Internet. Él enfrenta su primera misión internacionalista.

Llegué a Sudáfrica el 26 de abril del 2020 como parte de la brigada especializada en tiempos de desastres y grandes epidemias Henry Reeve, y permanezco en la provincia Kwazulu Natal en el distrito Kinds Cetshwayo, y todos los cubanos aquí ofrecemos nuestra ayuda en cada rincón de este hermano país con la intención de proteger lo más preciado, que es la vida de miles de personas, en esta ocasión, en una batalla contra la COVID-19.

Al fondo una de las casas de campaña donde se realizan los exámenes para detectar la COVID-19.

Este país nos brindó un emotivo recibimiento y percibimos el agradecimiento que profesan a todos y a los electromédicos también, siempre en recordación a esos líderes históricos: Fidel Castro y Nelson Mandela”.

¿Había tradición de cubanos en ofrecer servicios de electromedicina en ese país?

No, conmigo somos 30 y, los primeros. Aquí en este distrito trabajamos cuatro cubanos: dos doctoras y dos electromédicos

Estos son los caminos que transita cada día.

¿Se mantiene en zona roja frente a la COVID-19?, si no es así, ¿cuál es su desempeño?

Hasta ahora no. Tengo a mi cargo la visita de 52 clínicas y ocho hospitales del distrito, recorro todos los días unos 300 kilómetros a 2 000 metros de altura, entre praderas y montañas, voy a lo lejos y a lo cerca mediante carreteras y pedraplenes, esto sucederá durante el presente mes. De todas maneras mi hospital es en la ciudad de Empangeni, se llama Wuelenzana Hospital, sería como el taller municipal.

He conocido lugares donde otros no llegan, son rutas peligrosas y, a la vez, en franca adaptación al clima y a una vida muy diferente a la nuestra.

Eso sí, nos mantenemos firmes y con la convicción de que somos cubanos solidarios, y me atrevo a decirlo en nombre de mis compañeros. Hemos aplicado nuestros conocimientos ante equipos médicos conocidos y otros no tanto, pero lo resolvemos. De esta manera ha sido posible disminuir las compras de nuevas tecnologías e influimos en la sustitución de importaciones, algo tan necesario en esta época en que la pandemia hace estragos en las economías también.

De acuerdo con el buen desempeño en nuestro trabajo los servicios médicos se han mantenido”.

En pleno trabajo.

¿Puede mencionar algunos de los equipos “salvados”?

Trabajo como integral en todas las especialidades de electromedicina, tanto con los riñones artificiales, monitores de parámetros fisiológicos, equipos de laboratorio y de imagenología, bombas de infusión y perfusión, y de estomatología, por solo citar algunos.

Acompañado por su esposa e hijo un día cualquiera en su Camagüey.

¿Una mención a su familia?

Desde mi infancia siempre quise ser lo que soy, sentirme orgulloso de tener la posibilidad de ayudar a los demás y contribuir en algo con mi Patria. Quise reflejarme en el carácter y convicción de mi padre, y en mi madre, por ser esa guardiana que con su amor solucionaba mis problemas. A mis hermanos los traigo conmigo, en mi corazón, y a mi esposa, esa que me ha apoyado en las buenas y en las malas aunque esté a más de 16 000 kilómetros de distancia, ella está conmigo siempre y la sigo amando como el primer día.

 Un aparte le dedico a mi hijo Richar Fabio, de dos añitos, y le doy las gracias por llegar a mi vida, no hay mejor regalo que ese, es purificador, me hace sentir importante, es mi alegría, mi sonrisa, es un pedazo de mi Sol que prefiero mirar antes de cerrar los ojos cada noche”.

Con su Sol.

Con un joven así, humano y amoroso es que se conquistan grandes propósitos. Es por eso que aquí, junto a sus compañeros, allá en Sudáfrica u otros sitios donde se encuentre, no habrá equipo médico que deje de favorecer a la salud de otros. Ese es uno de sus desvelos.

Los cuatro cubanos que laboran en ese distrito.

Ricardo es el segundo de izquierda a derecha, con algunos de sus compañeros del Centro de Ingeniería Clínica y Electromedicina, de Camagüey. Quiso dejar constancia de que no los olvida.

 

Por Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos/Cortesía del entrevistado.


Profesor Durán: un santiaguero de toda Cuba

Profesor Durán: un santiaguero de toda Cuba

No tengo la fortuna de conocer personalmente al Dr. Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), de Cuba, lo que no resultó impedimento para que supiera por medio de un buen amigo, que hoy, 4 de junio, es su cumpleaños número 69, como se ha publicado por tantos agradecidos en las redes sociales.

Como el Profesor Durán entra todas las mañanas a mi casa, y a la de la mayoría de los cubanos para mantenernos al tanto de cómo está Cuba y buena parte del mundo ante la pandemia de la COVID-19, me dio licencia para hacer público el suceso.

Como publiqué en la red social Facebook, este admirable hombre ofrece clases magistrales de sencillez, ética y de reconocimiento a otros. En ello concuerda un amigo camagüeyano radicado en la capital cubana, el Psicólogo Enrique José Cento Gómez, Profesor Auxiliar de la Facultad de Ciencias Médicas del “Calixto García”, quien aportó por esa vía datos esenciales para hablar sobre él.

"Tengo la gran suerte de ser amigo del Profesor Durán, fui compañero de trabajo suyo en la década de los años ‘70 en el hospital psiquiátrico docente provincial Comandante René Vallejo Ortiz, de nuestro Camagüey, porque al ser ubicado él en el Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), atendía allí a ingresados de ese colectivo, y yo laboraba como Psicólogo Clínico", escribió.

Aclaro que había cursado el Internado verticalizado en Psiquiatría, especialidad que no terminó y se decidió por la Epidemiología en su natal Santiago de Cuba.

Posteriormente —añadió Enrique José— trabajó en labores asistenciales, docentes, investigativas y de dirección, siempre para desafiar tareas de alta complejidad”.

Me hizo saber, además, que una vez graduado de especialista en Epidemiología dirigió, en 1981, el enfrentamiento al dengue en su provincia al tener a su cargo la lucha antivectorial. Posteriormente estuvo al frente del Programa relacionado con el VIH/Sida en los inicios en Santiago de Cuba, donde también fue director provincial del ramo y luego Rector del antiguo Instituto Superior de Ciencias Médicas de esa ciudad.

Por lo que coincidimos de nuevo, pues trabajé en el área de Docencia e Investigaciones del Minsap a nivel central, en la dirección nacional de Docencia Médica Superior como Metodólogo General, cuando en el país solo funcionaban cuatro institutos de ese tipo, o sea, en La Habana, Villa Clara y Camagüey”, abundó el agramontino, quien siguió sumando datos a la trayectoria de su colega:

Más adelante pasó a ocupar el cargo de viceministro de Docencia e Investigaciones del Minsap en los años ‘90, e igual ejerció como Director Nacional de Docencia Médica Superior”.

Y como para que no queden dudas de cuánto lo conoce, Enrique J. Cento puntualizó: “Fui su subordinado cuando él era Viceministro de Docencia e Investigaciones e incluso, en la época en que él era Director Nacional de Docencia Médica Superior”.

Cento añadió que el Profe Durán fue asesor del Ministro de Salud de Angola y estuvo al frente de la Misión Médica en ese país, tareas grandes y difíciles, y a su regreso asumió una de las subdirecciones del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, de la capital, y más tarde lo designaron para desempeñar su responsabilidad actual, gracias a la que hoy lo conocemos todos, y lo que es muy importante, estos datos los aporta alguien que fue su subordinado, quien escribió con orgullo: “Mi valoración es de mi más alta estima, respeto y reconocimiento de sus capacidades”.

Mi amigo insiste en que el Profesor Durán es firme, amable, respetuoso, decente, honrado, sincero, amante a la vida, pero no teme a reto alguno, y agrega que goza de prestigio, tanto ante las personas de alta responsabilidad como frente a los trabajadores más humildes.

Y para terminar sus comentarios facebookcianos aseveró: “Lo quiero y admiro, y es bueno se conozca que en el 2001 recibió la distinción: Premio Excelencia en el Trabajo en Salud”.

Segura estoy que el Profesor Durán sabía lo que hacía al cambiar el rumbo de su especialidad médica, aunque con su paciencia y dulzura igual hubiera sido un brillante Psiquiatra, como su padre, el también Profesor Durán, aunque quizá no lo habríamos conocido.

Él mismo se ha encargado de hacernos saber, sin proponérselo, pero convencido de que sus ejemplos calan hondo en los cubanos, que es esposo, padre, abuelo, que disfrutan en familia de una mascota en casa, y hasta que padece de hipertensión.

Es un dirigente como el que todos deseamos tener. Transmite qué es lo correcto de la mejor manera, vence porque convence con una sensibilidad infinita que emana de sus ojos, no importa no se le vea parte del rostro, y se ha revelado como un excelente comunicador.

Tiene la capacidad de no causar alarmas, ni falsos triunfalismos. Ofrece créditos a quienes lo apoyan y logra disimular el cansancio que sabemos lleva encima dadas las circunstancias.

El Profesor Durán no solo ha merecido las opiniones positivas del Dr. Cento. Él se ha robado el corazón de los cubanos, quienes hoy le deseamos parabienes y larga vida, pues mucho se necesita a este santiaguero de Cuba.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto: Gabriel Guerra Bianchini/Cubadebate

En Andorra, inmenso calor humano

En Andorra, inmenso calor humano

Hasta Andorra, ese pequeño principado independiente situado entre Francia y España en las montañas de Los Pirineos, conocido por sus instalaciones turísticas, su estado de paraíso fiscal encaminado al comercio sin pago de impuestos, y su capital Andorra Vieja, llegó la COVID-19 a quitar el sueño a sus poco más de 77 540 habitantes.

A 7 553 kilómetros de Cuba, allí predomina el grupo etario más vulnerable ante el SARS-CoV-2, pues registra más personas que superan los 64 años de edad que menores de 15.

Quiso ese país, como otros 23, que profesionales cubanos de la Salud apoyaran sus labores sanitarias con una de las 26 brigadas del contingente Henry Reeve diseminadas por el mundo con este propósito. Hacia allá salió una integrada por 39 médicos y personal de enfermería, capacitados para enfrentar situaciones de desastre.

Desde esa nación lejana y desconocida, la Licenciada en Enfermería Leidisbet López Cantero, quien con 16 años de experiencia trabaja en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de Camagüey, me respondió vía Internet con prontitud y con una aureola de esperanza y optimismo muy necesarios para estos tiempos.

Fuimos esperados aquí con gran expectativa. Este pueblo, a pesar de ser tan frío, nos ha acogido con un calor inmenso, y lo percibimos hasta en las calles. Al paso de algunos miembros de la brigada, agradecen nuestra presencia con gestos muy lindos”, inició el diálogo.

Hemos vivido un intercambio de experiencia profesional muy especial con los integrantes del Servicio Andorrano de Asistencia Sanitaria (SAAS) que a ellos y a nosotros nos ha servido de mucho”.

Acerca de los aportes en ese país, consideró: “Ha sido valioso. Me voy a referir a la enfermería, aunque con los médicos ocurre lo mismo. Cuando llegamos había alrededor de 15 a 17 ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Nostra Senyora de Meritxell, donde ofrezco mis servicios, por lo general ventilados, y hoy tenemos solo tres. Fuimos 15 los enfermeros incorporados a ofrecer nuestros conocimientos y, sin lugar a dudas, esto favorece a la recuperación de los enfermos”.

Indagamos por alguna anécdota que la hubiera marcado y no titubeó: “No olvido a un paciente en la UCI, que cuando iba a ser trasladado a una Sala de Medicina me llamó a su cuarto aislado y me dijo: ‘Te prefiero a todas las enfermeras, sé que no eres de mi país, que eres cubana, pero me has tratado con el amor que jamás había recibido’. Ese significa el mayor regocijo que sentimos con sano orgullo”.

Más de 30 años ha vivido Leidisbet en Camagüey; sin embargo, no olvida sus raíces en Morón, Ciego de Ávila. “Allí tengo una parte importante de mi familia numerosa, mis tíos y primos, y descansan los restos de mis amados abuelos y de mi padre. En Camagüey vivo con mi madre, Vilma Cantero, quien es mi árbol, mi roble; con mi otro padre, Ismael Borges, que me acogió como a su propia hija; mis hijos, mis tesoros, Richard Ovando, de 16 años, y Randy Michel, de 11, y mi esposo Yoan Martínez.

Gracias a ellos puedo estar aquí. Me apoyan y me animan a que continúe cumpliendo con el deber. Nunca dicen algo que me preocupe, solo me incitan a dar lo mejor de mí”.

Aunque a muchos nos premia con su ejemplo, valentía y deseo infinito de ayudar al prójimo sea quien sea y esté donde esté, ella quiso agregar otros agradecimientos: “A mis vecinos por su apoyo, a mis compañeros de trabajo, otra parte de la familia, pendientes a todo lo que sucede en casa, a todos muchas gracias y besos. Por favor, quédense en los hogares para acabar con la COVID-19 o al menos tratar de superar la etapa tan difícil por la que ahora pasamos.

“Envío un beso inmenso para cada cubano. Estén tranquilos, porque la Brigada Médica de Andorra regresará pronto a la Patria, todos sanos y con la satisfacción del deber cumplido”.

Quizá Leidisbet y el resto de la brigada tengan la posibilidad de conocer algo más de ese lugar. Quizá no olviden el barrio antiguo, Barri Antic, que acoge a la Iglesia románica de Santa Coloma, la cual llama la atención por su campanario circular. Mas, indudablemente, jamás borrarán de sus corazones el recibimiento con aplausos y toques de cláxones de los taxistas del aeropuerto de Madrid, ni cada muestra de afecto de los andorranos, como ese Himno de Bayamo con que los han sorprendido a su paso por una que otra calle.

Por: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía de la entrevistada

En Togo, camagüeyano frente a la COVID-19

En Togo, camagüeyano frente a la COVID-19

El hecho de iniciarse el 23 de mayo de 1963 la colaboración médica cubana a nivel internacional en el continente africano, específicamente en Argelia, resultó casi una premonición de lo que ocurriría dos días después, pues el siguiente 25 de mayo fue fundada la Organización para la Unidad Africana (OUA), de ahí que cada año en esta fecha sea conmemorado el Día de África.

Transcurridos 57 años es imposible narrar tantos y tantos detalles y huellas dejadas al paso de ese acto de altruismo, no solo por esa zona de la geografía mundial sino en buena parte del mundo.

TREINTA AÑOS DESPUÉS…

A la extrema derecha, presto a sus labores.

Pasados 30 años de ese gesto humanitario nació Gelson Martínez Castro, ese joven camagüeyano que hoy es médico especialista en Higiene y Epidemiología de la policlínica José Martí (Centro), de esta ciudad y el 13 de abril de este año fue el único camagüeyano que arribó a un país tan lejano como Togo, en África, como parte de la brigada Henry Reeve. Esta vez acudieron para hacerle frente a la COVID-19, convencidos de que la colaboración entre los países resulta la única manera de erradicar esta pandemia, que ha puesto al desnudo las brechas de las naciones más poderosas en el mundo.

Ese día, a la una de la madrugada, llegaron los cubanos y fueron recibidos por las autoridades sanitarias, dijo el Dr Gelson, vía Internet para Adelante, quien dio a conocer que en ese momento se registraban personas contagiadas y se mantenían restricciones sociales.

Pese a que este joven ha entrado en la conocida área roja, donde permanecen los casos positivos en coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad infecciosa, su trabajo consiste en el asesoramiento a los decisores. Él tiene la alta responsabilidad de identificar el riesgo de contagio en el terreno, de elaborar, supervisar y controlar el sistema de vigilancia epidemiológica, de manera tal que puedan adoptarse las medidas pertinentes. Además, diseña cómo controlar los eventos que surjan en este sentido.

El Dr. Gelson Martínez en tareas de terreno. Así se recogió en la red social Facebook.

ANÁLISIS NECESARIO…

Al valorar la presencia de la brigada cubana allí, incluso, acompañada por médicos togoleses graduados en Cuba, Martínez Castro refirió: “El trabajo de nuestra brigada Henry Reeve en este país desempeña un papel fundamental desde el punto de vista sanitario por la ayuda técnica que ofrece, pero también desde la perspectiva solidaria”.

Y acotó: “En estos momentos, en mi caso, estoy en una misión patrocinada por la representación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en compañía del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Ministerio de Salud, y me encuentro en el interior del país, de hecho al norte en los límites nacionales, o sea, en la región de las Savana. Aquí he visitado los municipios correspondientes, que los denominan distritos y los seis prefectos que corresponden han manifestado su agradecimiento por llegar hasta su territorio los cuales son rurales por lo general”.

El Dr Gelson no quiso pasar por alto que hoy, Día de África, va a transcurrir en medio de la peor crisis sanitaria mundial.

El segundo de la derecha, acompañado por togoleses.

 UN APARTE PARA SU FAMILIA…

Un médico se hace de una gran familia en su quehacer diario, y en casos como estos se añaden otros ni siquiera imaginados. La suya, la más cercana, está compuesta por su esposa, sus padres y un hermano, a la que califica como “muy unida”, reconoce el apoyo que ha recibido de ella, desde el momento en que fue convocado para este difícil empeño.

A pesar de la preocupación que supone para ellos mi lejanía de la Patria donde se nos garantiza la atención en caso de enfermedad y la seguridad social de Cuba, lo cual es incomparable, muchas veces me han manifestado su profundo orgullo por el beneficio que ofrezco en esta tierra, por representar en Togo la ayuda de Cuba, hoy desplegada por el mundo”, agregó.

Solo en África, la brigada Henry Reeve está presente, además de en Togo, en Angola y Sudáfrica, en estos dos últimos países con 14 y 13 camagüeyanos, respectivamente.

Por estos días, el Dr. José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública en Cuba, ha dado a conocer que más de 28 000 profesionales de la Salud cubanos brindan sus servicios de manera altruista en 59 naciones y solo la brigada Henry Reeve, especializada en situaciones de desastres y epidemias, registra 2 579 cubanos en 24 países de los afectados por la pandemia, y el Dr. Gelson Martínez Castro, es uno ellos.

Medalla con infinitas dimensiones

Medalla con infinitas dimensiones

En una suerte de corresponsal-protagonista se ha convertido para mí el Dr. Leosvel Pérez Gutiérrez, ese galeno del municipio de Vertientes, de Camagüey, que en las condiciones de trabajo más acuciantes siempre ha estado dispuesto a dejar constancia de hechos relevantes como el enfrentamiento a la fiebre del Ébola,  en Sierra Leona, África, y ahora en Crema, Lombardía, Italia, de frente a la pandemia de la COVID-19, siempre para Adelante y vía Internet.

Él describe con inmenso regocijo y sencillez a la vez cómo la Plaza del Duomo, de esa ciudad italiana, despidió en grande a los 52 integrantes de la brigada médica Henry Reeve —36 médicos, 15 enfermeros y un especialista en logística—, luego de vencer dos meses de intenso trabajo junto con sus colegas de ese país europeo.

En su caso, permaneció el primer mes en el hospital de campaña o de campo, como le llaman allá y el segundo en el hogar de ancianos, a quienes ofreció, como otros de sus compañeros, servicios de rehabilitación a aquellos que habían sufrido la enfermedad y quedaron con algunas secuelas, fisioterapias que aplicó a los necesitados el personal que quedó en el hospital de campaña.

Califica su experiencia como algo muy bonito y asegura: “Pudimos rebasar el miedo, el clima que era tan frío al inicio, las barreras del idioma, porque todo fue compensado desde el principio con la bienvenida, el calor humano, las muestras de agradecimiento, todo eso nos sobrepuso a las adversidades e hizo posible que desarrolláramos el trabajo bajo la premisa y los protocolos de tratamiento ante la COVID-19 establecidos por los nacionales”.

 

Como todo comienzo, fue difícil —hizo saber—, mucho más si de la salud se trata, mas con la paciencia de los profesionales italianos y la preparación profesional de los cubanos comenzaron a trabajar desde la llegada, agregó: “Cuidarnos nos permitió enfrentarlo todo con seguridad, firmeza y buen desempeño, y además de contactar la evolución de los pacientes, sus posibles complicaciones, les ofrecimos apoyo emocional, algo vital”.

El Dr. Leosvel está seguro de que la unión de la brigada toda posibilitó ofrecer una asistencia óptima en las necesidades esenciales, con el seguimiento requerido a cada enfermo y al modificarse algunas pautas en el tratamiento en un mes la situación fue cambiando, para bien, disminuyeron los casos confirmados, se redujo el nivel de ingreso, y el agravamiento igual.

Lo vivido aquí ha sido gratificante, insistió, han sido dos meses de mucho nervio, preocupaciones al enfrentar algo que sabíamos era letal, pero que con la experiencia acumulada estábamos seguros de vencer y en la dinámica del trabajo nos apoyamos todos, y sin dudas, el personal italiano se sintió también acompañado y mostró su agradecimiento siempre.

Nada más lejos que considerarnos héroes, porque el concepto de nuestra medicina se basa en la consagración y el sentimiento humanista de nuestra profesión y lo que hacemos es tratar de hacer realidad esos conceptos, nada extraordinario, eso sí primó el acompañmiento profesional entre los italianos y nosotros, y también de su pueblo”.

Aunque exhibe con orgullo la medalla recibida, como toda la brigada, se adelantó a comentar: “La medalla, con las banderas de Italia y Cuba, que se nos entregó no es un estímulo personal, más bien representa la hermandad entre ambos pueblos y un recuerdo de esta situación histórica que nos tocó vivir”.

El galeno enfatizó en que han aportado su grano de arena en remover esas conciencias que la COVID-19 originó en un mundo no preparado para ello, algo que mencionó en una anterior entrevista, y añadió que dejan huellas importantes para que se entiendan las razones por las que arriesgan hasta sus propias vidas y no por las mezquindades que quieren imponerle.

El acto de despedida de ayer sábado fue muy emotivo, estuvo el embajador de Cuba en Italia, José Carlos Rodríguez, el cónsul general en Milán, Llanio González, y la presidenta de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba (Anaic), Irma Dioli”.

Asistieron al homenaje personalidades de la Salud y la alcaldesa de Crema, Stefanía Bonaldi, y también el sacerdote de la iglesia, de donde se ecucharon las campanadas, que a su modo de ver estuvieron dedicadas a todo el personal de la Salud, pues los italianos han trabajado mucho y abnegadamente.

Tuvieron la gentileza, además, de llevarnos al Museo Municipal, y así nos adentramos en la historia de esta región. Realmente nos llegó hondo el mensaje de gratitud”.

Destacó como un momento sensible las palabras del Embajador cubano en esa nación, quien se refirió igual a médicos y enfermeros italianos y al apoyo que nos brindaron, así como al gesto de desprendimiento de los cubanos”.

Pérez Gutiérrez dice que se marchan satisfechos porque cumplieron con las expectativas y aseguró: “Estuvimos a la altura de este tiempo tan difícil a nivel mundial, todos cumplimos con las normas de bioseguridad y nos mantenemos sanos, en breve estaremos en nuestra Patria, con el deber cumplido y dispuestos a asumir las tareas que nos imponga la vida y, por supuesto, nuestra profesión porque a ella nos debemos, somos sacerdotes de la salud, tanto de nuestro pueblo como de otros que nos necesiten”,

En el acto de despedida, niños italianos dejaban constancia gráfica de agradecimiento.

 

 

A lo que agregó: “Cada vez nos damos más cuenta de la solidez del sistema de salud en nuestro país, duele saber que en otras latitudes quien no tiene un buen seguro para su salud no está asegurado, realizarse un simple tets es un problema en cualquier nación, cumplir con el tratamiento como lo establece la Organización Mundial de la Salud, como en este caso, es muy complicado y la ley del dinero es la que rige la calidad de la atención”

Manifestó su complacencia y orgullo de lo que hace, de lo que tiene, y de lo que ofrece Cuba, y enfatizó: “Pueden criticarnos, hostigarnos, pueden decir lo que quieran, pero la satisfacción de lo que hacemos, esa la sentimos y no nos la quita nadie. La convicción de cómo actuamos y por qué lo hacemos nadie puede quitárnosla”.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del Dr Leosvel y vídeo enviado por él y de la autoría del camarógrafo que los acompaña.

Cubanos en Venezuela ante la COVID-19

Cubanos en Venezuela ante la COVID-19

Debido a la situación de salud actual por la que atraviesa el mundo luego de la aparición de la COVID-19, no me parece raro entrevistar a la Dra. María del Carmen Romero Sánchez, vía Internet, mientras en otras ocasiones hemos conversado frente a frente en un diálogo amistoso.

Quizá por eso no me da la impresión de tanta lejanía, el distanciamiento social es comportamiento de primer orden en muchas partes del planeta y la República Bolivariana de Venezuela, donde ella se encuentra y Cuba, no son la excepción.

Esta doctora camagüeyana, especialista de 2do grado en Medicina General Integral (MGI) y Profesora Auxiliar, es la Directora de Docencia de la Misión cubana en ese país, desde febrero del 2018.

¿Cómo está distribuida la fuerza del personal de la salud de Cuba allí?

En este momento estamos cerca de 19 500 colaboradores cubanos en los 24 estados, de todos los perfiles: médicos, estomatólogos, enfermeros y licenciados en otras especialidades afines.

¿Es importante el número de mujeres?

A partir de las tensiones políticas surgidas el año anterior el Ministerio de Salud Pública (Minsap) cubano decidió disminuir el número de mujeres en la Misión aquí, pero aún así somos cerca del 50 % de la fuerza.

¿Cuál es la valoración recibida de las autoridades venezolanas?

La colaboración médica es muy apreciada por las autoridades del país desde el máximo nivel, dígase presidencial, como de los ministerios con los que trabajamos. Asimismo por los dirigentes de cada uno de los estados (gobernadores, alcaldes, autoridades de salud) también de las comunidades y las parroquias; aquí el poder popular tiene mucha fuerza y sin la colaboración de los líderes comunitarios no hubiésemos podido entrar a lugares muy complicados.

¿Cómo les cambio la rutina de trabajo la pandemia de la COVID-19 que azota al mundo?

El presidente Nicolás Maduro decretó la cuarentena social desde el 16 de marzo pasado, esa decisión temprana ha evitado la propagación de la enfermedad en el país. Se creó un puesto de mando presidencial constituido por varios ministros, entre ellos el del Poder Popular para la Salud y la Misión Médica Cubana están representados por sus máximos dirigentes quienes trabajan codo a codo en las estrategias que se han definido para la nación.

Desde esa fecha la Universidad de Ciencias de la Salud, que es donde nosotros trabajamos, labora mediante la educación a distancia y quisiera destacar la participación voluntaria de más de 15 000 estudiantes de diferentes carreras en actividades asistenciales y de educación para la salud en la atención a su pueblo.

La Misión tiene responsabilidad directa en la atención de enfermos con la COVID-19 en los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) en todos los estados, también los colaboradores trabajan en la pesquisa casa a casa en las comunidades, acompañados por los líderes a ese nivel y en ocasiones las Fuerzas Armadas, como expresión de la unión cívico militar existente.

Los compañeros de la dirección nacional hemos trabajado en la pesquisa casa a casa en comunidades de riesgo en los estados Miranda y Distrito Capital, en la realización de test rápido para la detección de casos positivos y en la educación sanitaria de la población”.

¿Cómo llegan desde el punto de vista de la docencia a la hora de evitar o erradicar la COVID-19?

Somos responsables de la capacitación de todos los colaboradores y del personal venezolano que trabaja en las instituciones de Barrio Adentro en diferentes temas como el protocolo de enfrentamiento a la pandemia, como el tratamiento, la actualización y algo muy importante, que son las normas de bioseguridad para la protección de cada uno.

¿Cuál es el estado de salud de los cubanos que tiene bajo su abrigo?

No hay ningún colaborador enfermo entre nosotros, nos cuidamos y cumplimos todas las normas de bioseguridad y protección indicadas, o sea, esa práctica nos incluye a todos.

¿Qué diría a su familia y coterráneos en momentos tan cruciales para la salud?

A mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo que estoy bien, cumpliendo la tarea encomendada, que me estoy cuidando, que cuando pase todo esto regresaré para darnos un gran abrazo.

Quiero aprovechar la oportunidad para felicitar a todos los estudiantes y trabajadores de mi querida Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, de Camagüey, porque el próximo 4 de junio celebraremos, así, celebraremos su aniversario 40. A esa institución la llevo dentro de manera especial, y ha formado miles y miles de profesionales de la salud para prestar servicios en Cuba y en buena parte el mundo”.

La Profesora María del Carmen Romero Sánchez fue Rectora de esta csa de altos estudios durante 10 años. desde febrero del 2008, hasta que marchó a la hermana nación.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Fotos: Cortesía de la entrevistada

 

En el CDI Herrera Vega de Caracas, acompañada de la enfermera camagüeyana Duadis Soler Rodríguez.

Momento de capacitación a colaboradores por los miembros de la brigada Henry Reeve, en el estado Sucre.

Pesquisa en el municipio Acevedo, estado Miranda.





Huellas de gratitud dejan profesionales de la Salud cubanos en Belice

Huellas de gratitud dejan profesionales de la Salud cubanos en Belice

El aniversario 30 de la cooperación médica en Belice se celebrará en el año actual. Tuvo sus inicios mediante un proyecto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a principio de la década de los ‘90 del pasado siglo, la cual se fue perfeccionando de acuerdo con los requerimientos de ese país.

En este momento se encuentra en la modalidad de Programa Integral de Salud (PIS) con compensación sustentado con médicos generales y un grupo significativo de otras especialidades y, por supuesto, con personal de enfermería.

Así lo dio a conocer a Adelante Digital, vía Internet, Orestes Hernández Hernández, Ministro Consejero de la Embajada de Cuba en Belice. Abundó en que la Brigada Médica Cubana (BMC) está presente en toda la geografía beliceña, o sea, en sus siete distritos, con un nivel de localidades rurales importante, y agregó:

Nuestro personal de la Salud ha estado, en lo que ellos llaman villas, son aldeas de pocos habitantes e igual en las cabeceras distritales donde sus pequeños hospitales de no pasan de las 20 a 25 camas, con un grupo de especialidades, además, en el hospital principal de Belice, institución en que está la mayoría”.

Cabe mencionar que a la colaboración cubana se agrega la del deporte, entre otros sectores, panorámica que puede complementarse con ingenieros, periodistas, entre otros, sin pasar por alto los de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), a través de esas tres décadas.

Hernández comentó: “En los recorridos que realizamos junto a Lissette Pérez Pérez, la embajadora cubana aquí, nos percatamos que no hay sector de la vida social y económica beliceña donde no haya presencia de graduados en Cuba. Siempre aparece un profesional que agradece a la Mayor de las Antillas, y se advierte también satisfacción, cordialidad y agradecimiento en relación con el personal de salud cubano”.

A lo que añadió: “El sistema de salud aquí no es como el de Cuba, funciona con otra estructura y concepto. Sin embargo, los nuestros están presentes en su columna vertebral. Este pueblo reconoce que la Brigada Médica Cubana es imprescindible y el reconocimiento igual viene de las autoridades de la Salud a nivel local y nacional, y las principales autoridades del país también formulan su satisfacción, como el muy Honorable Dean Barrow, Primer Ministro de Belice, algo que ha expresado públicamente. En su visita a Cuba hace dos años ratificó su gratitud a nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en nombre de su país”.

Cuando la Brigada Henry Reeve era recibida por la Embajadora de Cuba en Belice

En tiempos de la pandemia COVID-19, pero sin encontrarse en el nivel de propagación actual en el continente americano, mucho menos en América Central y El Caribe, específicamente a principios de marzo, el gobierno de Belice solicitó formalmente, a través de la Embajada Cubana, la Brigada Médica para enfrentar al virus SARS-CoV-2 en caso de que se reportaron enfermos.

Por esa razón —puntualizó el Ministro Consejero— después del 13 de marzo poco más de 60 profesionales de la Salud, integrantes del Contingente Henry Reeve, llegaron a esta nación, una de las 10 primeras en recibir a nuestras brigadas por la misma causa”.

Encuentro de la Brigada con el muy Honorable Dean Barrow, Primer Ministro de Belice, la embajadora Lissette Pérez y otros directivos de ese país.

Como lo requiere el protocolo a seguir, médicos, personal de enfermería y todos en general cumplieron a su arribo la etapa de cuarentena establecida, aparejada a un programa de entrenamiento, de la misma manera fueron informados de la situación sanitaria del país, cuál era el diseño de enfrentamiento a la COVID-19 y se ubicaron según las necesidades.

El grueso del personal está en el hospital principal de Belice, como el sitio de aislamiento para los casos positivos y también en los distritos para insertarse en la atención de los que padecen de esta enfermedad”, aseveró.

Día del arribo.

Al indagar sobre la situación de ese país frente a la COVID-19, Hernández refirió que: “No enfrenta una situación complicada, ellos estructuraron un nivel de prevención con medidas relevantes: cierre de fronteras, suspensión de los vuelos de entrada y salida, restricciones de movimientos, y el estado de emergencia en el que está aún, prorrogado por las autoridades y el parlamento por dos meses, así como un toque de queda entre las ocho de la noche y las cinco de la mañana”.

De hecho y hasta el momento de ofrecer la información, Orestes Hernández dijo que eran 18 los casos positivos y dos fallecidos.

El reporte en las redes sociales de la Brigada Médica Cubana.

Belice es un país de poco más de 370 000 habitantes, con una población bastante distribuida en todo el territorio y hasta el momento, afirmó, nos llegan muestras de afecto y agradecimiento por el trabajo de nuestros profesionales, por su dedicación y experiencia, por todas las vías posibles.

Unos 800 médicos beliceños han sido formados durante estos 30 años en Cuba, y la embajadora Lissette en sus recorridos y encuentros ha apreciado la organización y profesionalidad de nuestra gente en todas las instituciones de la Salud”, destacó.

En el personal de enfermería sobresale el número de mujeres.

En tiempos de pandemia resulta vital para la embajada cubana allí el chequeo diario y el mantener las medidas de protección en todos los sitios donde están los cubanos, no solo en los sitios de enfermos.

Al interesarnos por los profesionales de la Salud de la provincia de Camagüey, Orestes Hernández tuvo la gentileza de mencionarlos a todos y dijo: “De la tierra agramontina tenemos aquí a los doctores Mauro Castelló González (cirujano pediátrico), Yudenia Marín Ávila (psiquiatra infantil), las licenciadas Lianes (Lia) Campo Betancourt (imagenóloga), Alina Yamilet Ayrado Núñez (en terapia física y de rehabilitación), Kirenia Nápoles Rivero, Liudmila Josefina Moreno Valle, Adela Francisca Hernández Álvarez, Normys Ramírez Montero, las cuatro últimas mencionas en enfermería y dedicadas a diversas especialidades. Todos estos en la brigada tradicional, quienes laboran en diferentes centros asistenciales.

El muy Honorable Dean Barrow, Primer Ministro de Belice se dirige a los cubanos.

Dentro del Contingente Henry Reeve igual tenemos camagüeyanos, y son estos: los doctores Erik Luis Larrazabal Hernández, Félix Panuchua, Raúl Matos, y los licenciados Yunier Alfonso, Adalberto Lunch, Milaysi Hernández, Yunisai Pérez y Yunia Correa, ubicados de acuerdo con las necesidades.

Nuestros profesionales, están todos en excelente estado de salud y el rigor de cuidado es extremo. Ahora el celo es esencial”, aseguró Hernández.

Orestes Hernández, Ministro Consejero de la Embajada Cubana.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.