Blogia
CuquiSalud

Día de la Medicina Latinoamericana

“No debemos dejar nada debajo de la manga”

“No debemos dejar nada debajo de la manga”

El Profesor Doctor Ángel Hernández Díaz, 75 años de edad. Nació en Nueva Paz, antes La Habana, ahora Mayabeque. Fue de los primeros becados en G y 25.

“Soy un médico —dijo— formado por la Revolución, mi procedencia era muy humilde. Pude estudiar porque la Revolución me abrió sus puertas, aunque agradezco a mis tíos y a mis hermanos que tanto de esforzaron porque pudiera hacer mi carrera. Terminé en 1964 y pertenezco al primer grupo de médicos que renunciamos a las consultas particulares.

“Comencé la primera carpeta familiar, algo parecido al Médico de Familia, en 1971 vine para acá porque me mandaron y he conquistado grandes satisfacciones en mi carrera. Formé a muchos médicos en Otorrinolaringología de aquí y de Ciego de Ávila y las Tunas, y dirigí ese servicio por mucho tiempo.

“Siempre estoy al lado de los ya profesores y alumnos y con la mejor disposición de ayudar y ofrecer mis conocimientos. Soy de los Profesores que se sientan en el cuerpo de guardia, al igual que el doctor Oliverio Agramonte, eso ayuda, aporto a quienes comienzan. Nunca debemos dejar nada debajo de la manga. Pienso en el pueblo y hasta en mí mismo y mi familia, porque en un futuro quiénes nos atenderán la garganta, ellos.

“Gracias a esos preceptos hemos podido avanzar. Quiero a este hospital y me jubilo el día que no pueda hacer nada, ahora vengo y hago algo, aporto con mi experiencia. La Revolución me dio todo a mí y yo le he retribuido con algo. Sigo en cuerpo de guardia, en consulta, en pase de visitas, en todo”.

Datos necesarios: Profesor Auxiliar y Consultante, especialista de 2do. Grado en Otorrinolaringología.

Reconocimientos: Por integrar el primer claustro de profesores de la Universidad Médica Carlos J. Finlay de Camagüey; de los Servicios médicos del MININT.

Reconocimiento por 20 años como cuadro de dirección.

Distinción 30 Aniversario de la fundación de la Universidad Médicas camagüeyana.

Por árbitro de la Revista Electrónica Archivos Médicos de Camagüey y por ser fundador del Servicio Médico Rural.

Medallas: por Trabajador Internacionalista en Argelia, la Manuel Fajardo, Por la Educación Cubana, XX Aniversario del la Universidad Médica Carlos J. Finlay, de Camagüey, José Tey y la 40 aniversario de la Educación Superior en Camagüey.

Tribunal de 2do grado de 1991 a 2004 y jefe de cátedra de ORL del 1992 al 2009.

Curso de especialización en Praga, Checoslovaquia.

Diploma de la Perseverancia.

Misión internacionalista: Argelia por 30 meses de 1979 a 1981.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

“Seguiré trabajando”

“Seguiré trabajando”

El Profesor Doctor José Miguel Arrieta Morales, 77 años de edad, procede de una familia humilde del municipio camagüeyano de Esmeralda. Tuvo que trabajar y estudiar a la vez. Su padre era cortador de caña y su madre ofrecía clases de corte y costura y para trasladarse de un lado a otro lo hacía a caballo. Al abrirse el plan de becas de G y 25, después del triunfo de la Revolución en la capital del país se decidió por los estudios.

 —Tan solícito como siempre ante nuestras necesidades el Dr. Arrieta accedió a esta entrevista, que por cierto, no ha sido la primera, y comentó:

—En aquellos momentos se iban casi todos los profesores de las universidades y los estudiantes asumimos muy temprano la docencia, en la especialidad de Radiología estaba el Profesor Pedro E. de Castro, un viejo comunista y en el ‘61 empecé a darle clases a estudiantes de Medicina, como alumno ayudante de la Universidad.

“En la Guyana Inglesa me encontré con un médico asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y en una actividad oficial me dice que mi cara le era conocida y entonces recordó que fui su profesor en el Calixto García, cuando yo aún era estudiante. Tengo más experiencia de docente que de médico, en el ‘61 comencé con la docencia y me gradué en el ‘64.

“En el ‘63 me llamaron para apoyar la docencia en Santiago de Cuba, junto al Profesor Francisco Conde Otero, ya fallecido. Allí estuve mi último semestre y luego fui a La Habana a examinarme.

“Terminada la carrera estuve más de dos años en Santiago de Cuba en la docencia y como jefe administrativo del departamento de Rayos X, en el “Saturnino Lora”. El pueblo de Santiago me quiso y yo también a él.

“Regresé a La Habana, al “Calixto García”, y sin terminar la residencia me llamaron para Camagüey, y empecé el 1ro de enero del ‘69, desde entonces estoy aquí.

—¿La importancia de su especialidad?

—Es vital para orientar a los demás especialistas de acuerdo con lo que uno observa en la Radiología, máxima por ser una especialidad tan desarrollada actualmente..

—¿Presenta problemas con su salud?

—Sí, iba a salir de misión fuera del país y al chequearme me salió un problemita, pero me he recuperado y seguiré trabajando. También tengo mi continuidad, mi hija Rosaralis es genetista. Estoy orgulloso de ella.

“Cada 3 de diciembre rememoro qué he hecho y qué me queda por hacer. Siempre he cumplido con mi Revolución y seguiré haciéndolo”.

Datos necesarios: Es Profesor Titular y Consultante, especialista de 2do. Grado en Radiología.

Misión internacionalista: En Guyana Inglesa (1979-1982) y en 2005. En Guinea Ecuatorial (2000)

Estuvo en un Curso de Superación en Suecia, por ocho meses y participó de un Congreso Internacional, en Colombia.

Ostenta varios reconocimientos y condecoraciones.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

Casi con 80 y sigue ahí

Casi con 80 y sigue ahí

El Profesor Doctor Odrey Ravelo Gutiérrez (79 años de edad). Es de La Habana, hoy Mayabeque, Nació a media cuadra del origen del rio Mayabeque, en un pueblo llamado Catalina de Güines.

—Comenzó así:

—Estudié Medicina en la Universidad de La Habana desde 1951 y como cerró la Universidad terminé en el año ‘60. Vine para Camagüey a hacer el postgraduado, en Camalote, del municipio de Nuevitas y después pasé al mismo Nuevitas. Luego trabajé un año en el hospital viejo de Camagüey, actual Hogar de Ancianos, y también en el “Amalia Simoni”.

“En el ‘62 estuve en Antillas, en Oriente, y en Holguín cuando inauguraron el “Lenin”, alrededor de unos 4 o 5 años. Otro año en el clínico quirúrgico Joaquín Albarrán, y 4 meses en el Calixto García, ambos de la capital.

“En el ‘67, Machado Ventura era el Ministro de Salud pública y envió al doctor Gerardo de la Llera a iniciar la docencia aquí y mi esposa, con la que estuve casado 46 años, ya fallecida, que era de Camagüey quería venir para acá y lo logré. Los primeros internos formados fueron los de Cirugía, de manera que soy formador desde los inicios en este centro.

“La satisfacción de ser la médico es muy grande. No hay nada comparable con ver a un individuo que está muriendo, muy grave, uno luchar por recuperarle la vida y lograrlo. Hay quienes lo agradecen, otros lo agradecen enormemente y a otros no les importa, pero para uno es tremendo.

—¿A qué no ha podido acostumbrarse?

—A la pérdida de personas jóvenes. A mí ya casi me toca —y se ríe— , arribo a los 80 años el día antes del cumpleaños de Fidel, o sea, el 12 de agosto, pero a pesar de tantos años a mí me duele mucho cuando muere una persona joven que apenas empieza a vivir y no puedo salvarlo. Eso me sucede con mis compañeros. Sufrí mucho con el fallecimiento de los doctores Sergio Vega Basulto y Julio Blanco de aquí y el de Sixto Villanueva López, del hospital Amalia Simoni. Eran grandes personas, grandes amigos y grandes especialistas.

—¿Qué piensa de su relevo?

—Está preparado. Nunca imaginé que iba a ser docente, en un momento determinado de seis mil médicos en Cuba quedamos tres mil al triunfo de la Revolución. Éramos tan pocos cirujanos que hacíamos guardia un día sí y otro no, y al otro día a operar como si nada. Aquello era día y noche, y la docencia me llevó a preparar cirujanos, no por mí, sino por mis hijos, nietos, y para en un futuro, cuando no esté haya médicos que puedan hacerse cargo, de ahí mi empeño de enseñar a que se hagan las cosas perfectas o al menos, lo mejor posible porque dicen que lo perfecto no existe.

—En Camagüey supimos adueñarnos de este hombre inteligente, bueno en su hacer cotidiano y sencillo a la vez. Él quiso mencionar otra de sus dichas.

“Tengo tres hijas y la segunda es cirujana de este hospital. La mayor es Cibernética y Profesora de Matemáticas y la más pequeña es Bióloga, en La Habana”.

Datos necesarios: Profesor Titular y Consultante, especialista de 2do. Grado en Cirugía General.

Medallas: Manuel Fajardo, Trabajador Internacionalista, Distinción Por la Educación, José Tey, 40 Aniversario de la Educación Superior, 80 Aniversario de la Sociedad Cubana de Cirugía; las Placas 70 Aniversario de la Sociedad Cubana de Cirugía y 20 Aniversario de la Universidad Médica Carlos J. Finlay, de Camagüey.

Forma parte de Tribunales Estatales para Categorías Docentes de las especialidades de Cirugía General y Coloproctología.

Asistió a eventos científicos nacionales e internacionales, y ha recibido adiestramiento en el extranjero.

Tiene en su haber publicaciones nacionales e internacionales.

Participó en tres misiones internacionalistas: Guyana Inglesa 1980-1981. En Hanoi, Viet Nam en el 1984 y en Ghana (2006-2007).

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto. Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

La sensibilidad hecha Neurología

La sensibilidad hecha Neurología

El Profesor Fermín Casares Albernas, (67 años de edad), de Caibarién, Villa Clara. Era militar e iba a estudiar a la antigua Unión Soviética, pero Celia Sánchez Manduley le pidió que integrara el plan de ayuda de conocimiento técnico porque sabía que le gustaba la Medicina, y así se adentró en este mundo.

—Este hombre que se caracteriza por una sensibilidad infinita no reparó en acudir a mi llamado de entrevistas y dijo:

—Al graduarme en 1967 me asignaron a Camagüey y aquí creamos en 1968 junto a los doctores Domingo Pérez Díaz (fallecido), Alfredo Hernández Aguiar, Lino Zulueta, el Grupo Provincial de Neurología y Neurocirugía, a pesar de que había tres neurocirujanos y una era soviética. Allí estuve hasta el ‘69, que pasé a La Habana con vista a hacer la especialidad de Neurología en 1973. Me ubicaban en Santa Clara o en Camagüey y preferí Camagüey porque ya amaba a esta ciudad. Mi esposa, con 45 años de casados, es de Caibarién también, ambos tomamos agua de Tinajón, de la de verdad, pues nos sentimos muy bien aquí.

“En una ocasión que el Grupo Nacional de mi especialidad me hizo un reconocimiento me dijeron algo que no olvido: ‘Villa Clara lo vio nacer, La Habana lo formó y Camagüey lo acogió en su seno como a un hijo’, y así ha sido”.

—El doctor Casares ha sido formador de especialistas años tras años…

—Eso me hace feliz, añadió. Comencé mis labores docentes en 1968.

“Esta es una especialidad difícil, pero cuando usted la ama se mete en el camino de las neuronas. Son muchos los retos, es la tercera y ya va hacia la segunda causa de muerte en los países desarrollados y lo mismo ocurre en Cuba con la enfermedad cerebrovascular, y tenemos que tratar de disminuir esto entre las enfermedades no transmisibles.

“Otro desafío es que como esta dolencia viene aparejada de muchas discapacidades, tenemos que tratar de reincorporar a esas personas a la sociedad con una mejor calidad de vida y que sean útiles.

—Usted ha presentado problemas de salud, pero sigue, como decimos en buen cubano: al pie del cañón:

—Dejaré de estarlo cuando muera, este hospital es mi vida, sin él no soy nadie, pero fíjese dejo un relevo muy cercano, mi hijo es Neurocirujano aquí.

Datos necesarios: Es Profesor Auxiliar y Consultante; especialista de 2do. Grado en Neurología y en Terapia Intensiva y Emergencia Médica.

Fue jefe de servicio de Neurología y Neurocirugía; jefe del Grupo Provincial de ambos.

Miembro del Grupo Nacional para la Atención de la Parálisis Fláccida (OPS) y de la Sociedad Cubana de las dos especialidades. Entre otros participó en Curso sobre neurociencias en la Universidad Autónima de México y de Neurofisiología, en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. También en diversos congresos nacionales e internacionales.

Fue fundador de la Milicias Nacionales Revolucionarias y del Ejército del Centro. Participó en la Lucha contra Bandidos en la zona Norte de Las Villas. Miembro del Batallón 332 en Girón. Jefe de Comunicaciones de la División 32 del Ejército del Centro. Jefe de batería Antiaérea en las Crisis de Octubre.

Recibió el Reconocimiento especial por 40 años de consagración a favor de la salud del pueblo y seguir el legado de médico revolucionario dejado por Ernesto Che Guevara.

También fue acreedor de las medallas: De la Lucha contra Bandidos, Trabajador Internacionalista, Por la Educación Cubana, la Manuel Fajardo y por el 40 aniversario de la Docencia en Camagüey.

Cumplió misión internacionalista en Tanzania, como jefe de la misión médica cubana (1994-1996) y como Profesor Asesor de Medicina Interna y Neurología, en el hospital Mbeya de Tanzania.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

Paradigma de la Oftalmología

Paradigma de la Oftalmología

El Profesor Doctor Rolando José Mendoza Cruz, (70 años de edad).

Graduado de 1966, en la Universidad de La Habana. En esa fecha partió hacia Santiago de Cuba hasta 1974, cuando regresó al hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, donde permanece desde entonces.

—Él comenzó:

—Siento una gran satisfacción en mi vida profesional. Comencé los trasplantes de córnea en esta ciudad y desde el año 1974 se han mantenido hasta la fecha con compañeros formados bajo mi égida y hoy los asesoro y los guío cuando es necesario. Ya se han realizado más de 600 trasplantes de este tipo. Solo en este año contamos 42 y la inmensa mayoría con éxito.

“Ver cómo el doctor Elías Cardoso, uno de mis alumnos, se convirtió en el director del Centro Oftalmológico Carlos J. Finlay, adscrito a este hospital, y mejor que él no lo quiero, para mí es un honor y un privilegio, y a otros especialistas, muy buenos todos, que pasaron por mí de alguna manera, eso lo reconforta a uno. Eso me hace sentir que he cumplido.

“Como todo médico he dejado de lado algunos placeres de la vida personal. Una vez bromeaba con el doctor Casares y le decía que hemos estado presos alrededor de 10 años, porque con una guardia cada 4 días todos, y hasta cada tres días, figúrese vivíamos aquí. Eran épocas de un cirujano en el cuerpo de guardia y otro operando y se acabó; y Oftalmólogo era uno solo y así en cada especialidad. La verdad uno se cansaba y al otro día seguía con ocho horas y más de trabajo.

—Alguna satisfacción de su vida privada…

—Tengo 3 hijos, una es médica, Oftalmóloga y también hace córnea, un tiempo aquí y otro en la policlínica Julio A. Mella.

Datos necesarios: Es Profesor Auxiliar y Consultante, especialista de 2do.Grado en Oftalmología. Introdujo la trabeculectomía (intervención quirúrgica que se realiza en Oftalmología para tratar el glaucoma) en Camagüey en la década del ’80. Creó aquí el servicio de córnea. Es miembro Titular de la Sociedad Cubana de Oftalmología. Fue jefe del servicio pre y postoperatorio en la Misión Milagro en la provincia.

Recibió las medallas de Trabajador Internacionalista, Manuel Fajardo, Por la Educación Cubana y la XX Aniversario de la Universidad Médica de Camagüey.

Cumplió misión internacionalista en Angola (1978-1979)

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto

Un cirujano para respetar

Un cirujano para respetar

El Profesor Roberto Cuan Corrales, (76 años de edad). Comenzó sus estudios de Medicina en la Universidad de La Habana en el año 1953 y terminó en el 1962, porque la Alta Casa de Estudios cerró por más de dos años. Luego se especializó en Cirugía General en el Instituto Nacional de Cirugía y Anestesiología, de la capital, en el antiguo hospital de Emergencia. Terminó en diciembre del año 63 y de ahí vino a trabajar al municipio camagüeyano de Florida, hasta mediados del año ‘67 que marchó hacia Ciego de Ávila como director de su hospital y en el ’68, al iniciarse la docencia, lo trasladaron para acá, para el "Manuel Ascunce Domenech", hasta nuestros días.

Con especial fervor dijo: “He tenido el honor de ser fundador de la docencia aquí en la provincia, junto a los Profesores Odrey Ravelo, Oliverio Agramonte, Orlado Zamora y el fallecido Raúl Respall. Desde entonces trabajamos aquí en la formación de alumnos. Empezamos la docencia con cuatro internos, que hoy en día son médicos especialistas y con muchos años de graduados. Participo en tribunales de exámenes de especialistas, de alumnos, y presido el Tribunal Estatal Nacional de Cirugía General que se realiza en Camagüey.

“Todos estos años me he dedicado a trabajar en nuestra especialidad, en la formación de estudiantes para garantizar el futuro. Los 50 años de graduado en abril del 2012, los celebraré de una manera muy especial, por ser el mío el Curso de la Generación del Centenario

“Hoy, en una fecha tan especial quisiera haber alcanzado todo lo que soñé como médico, como cirujano y como Profesor y espero que lo haya logrado, aunque aún nos quedan otros por formar y estaré activo mientras pueda y me necesiten. Siempre recuerdo con afecto al Profesor Gerardo de la Llera, fundador de la docencia en Camagüey con nosotros, que hace pocos días estuvo aquí. Él reside en la capital”.

—Usted que ha viajado, ¿puede hacernos alguna comparación de los servicios de la salud?

—He vivido de cerca la Medicina en el capitalismo, en Etiopía la Medicina se paga. Allí tropecé con personas que no podíamos atender porque no tenían dinero, eran los más infelices.

“Una vez vi a un herido en el abdomen por arma blanca, con afectaciones en el colon y estuvo varias horas tirado en el hospital porque no podía ser atendido, no tenía dinero y falleció. Eso lo sufrí mucho, estoy acostumbrado a otro tipo de Medicina.

—¿Su mayor satisfacción?

—Recuerdo a un muchacho de solo 16 años en el hospital de Emergencia en La Habana, con una gangrena gaseosa en una pierna, que no se le amputó pero estuvo muy grave. Se salvó, hoy tiene casi 60 años y todavía se recuerda de aquello y es muy agradecido con uno. Es algo que rememoro porque fue la primera vez que choqué con esta enfermedad, se salvó y ha mantenido contacto conmigo.

“Además, me satisface que conocí a José A. Echeverría, a Fructuoso Rodríguez y a otros líderes de las luchas estudiantiles.

Por su puesto, también por tener dos hijos y ambos son médicos, incluso uno de ellos cirujano”.

Datos necesarios: Es Profesor Titular y Consultante, especialista de 2do Grado en Cirugía General, Profesor e investigador de Mérito, Jefe del Grupo Provincial de Cirugía y presidente de las Sociedades Científicas aquí.

Ostenta las distinciones Por la Educación Cubana, Jesé Tey, Frank País de 2do. Grado, miembro de Mérito de la Sociedad Cubana de Cirugía y de la Internacional de esa especialidad. Vanguardia Nacional en 1984 y 1985.

Cumplió misión internacionalista en Etiopía, 81-83, como Profesor en Addis Abeba, antes estuvo en el hospital Marie Lannelongue, de París, Francia, en el entre 1976-77, y en 1985 estuvo en el hospital Motol de Praga, en la entonces Checoslovaquia.

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Foto: Otilio Rivero Delgado

Corrección: Oriel Trujillo Prieto