Blogia
CuquiSalud

COVID-19

En Andorra, inmenso calor humano

En Andorra, inmenso calor humano

Hasta Andorra, ese pequeño principado independiente situado entre Francia y España en las montañas de Los Pirineos, conocido por sus instalaciones turísticas, su estado de paraíso fiscal encaminado al comercio sin pago de impuestos, y su capital Andorra Vieja, llegó la COVID-19 a quitar el sueño a sus poco más de 77 540 habitantes.

A 7 553 kilómetros de Cuba, allí predomina el grupo etario más vulnerable ante el SARS-CoV-2, pues registra más personas que superan los 64 años de edad que menores de 15.

Quiso ese país, como otros 23, que profesionales cubanos de la Salud apoyaran sus labores sanitarias con una de las 26 brigadas del contingente Henry Reeve diseminadas por el mundo con este propósito. Hacia allá salió una integrada por 39 médicos y personal de enfermería, capacitados para enfrentar situaciones de desastre.

Desde esa nación lejana y desconocida, la Licenciada en Enfermería Leidisbet López Cantero, quien con 16 años de experiencia trabaja en el hospital universitario Manuel Ascunce Domenech, de Camagüey, me respondió vía Internet con prontitud y con una aureola de esperanza y optimismo muy necesarios para estos tiempos.

Fuimos esperados aquí con gran expectativa. Este pueblo, a pesar de ser tan frío, nos ha acogido con un calor inmenso, y lo percibimos hasta en las calles. Al paso de algunos miembros de la brigada, agradecen nuestra presencia con gestos muy lindos”, inició el diálogo.

Hemos vivido un intercambio de experiencia profesional muy especial con los integrantes del Servicio Andorrano de Asistencia Sanitaria (SAAS) que a ellos y a nosotros nos ha servido de mucho”.

Acerca de los aportes en ese país, consideró: “Ha sido valioso. Me voy a referir a la enfermería, aunque con los médicos ocurre lo mismo. Cuando llegamos había alrededor de 15 a 17 ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Nostra Senyora de Meritxell, donde ofrezco mis servicios, por lo general ventilados, y hoy tenemos solo tres. Fuimos 15 los enfermeros incorporados a ofrecer nuestros conocimientos y, sin lugar a dudas, esto favorece a la recuperación de los enfermos”.

Indagamos por alguna anécdota que la hubiera marcado y no titubeó: “No olvido a un paciente en la UCI, que cuando iba a ser trasladado a una Sala de Medicina me llamó a su cuarto aislado y me dijo: ‘Te prefiero a todas las enfermeras, sé que no eres de mi país, que eres cubana, pero me has tratado con el amor que jamás había recibido’. Ese significa el mayor regocijo que sentimos con sano orgullo”.

Más de 30 años ha vivido Leidisbet en Camagüey; sin embargo, no olvida sus raíces en Morón, Ciego de Ávila. “Allí tengo una parte importante de mi familia numerosa, mis tíos y primos, y descansan los restos de mis amados abuelos y de mi padre. En Camagüey vivo con mi madre, Vilma Cantero, quien es mi árbol, mi roble; con mi otro padre, Ismael Borges, que me acogió como a su propia hija; mis hijos, mis tesoros, Richard Ovando, de 16 años, y Randy Michel, de 11, y mi esposo Yoan Martínez.

Gracias a ellos puedo estar aquí. Me apoyan y me animan a que continúe cumpliendo con el deber. Nunca dicen algo que me preocupe, solo me incitan a dar lo mejor de mí”.

Aunque a muchos nos premia con su ejemplo, valentía y deseo infinito de ayudar al prójimo sea quien sea y esté donde esté, ella quiso agregar otros agradecimientos: “A mis vecinos por su apoyo, a mis compañeros de trabajo, otra parte de la familia, pendientes a todo lo que sucede en casa, a todos muchas gracias y besos. Por favor, quédense en los hogares para acabar con la COVID-19 o al menos tratar de superar la etapa tan difícil por la que ahora pasamos.

“Envío un beso inmenso para cada cubano. Estén tranquilos, porque la Brigada Médica de Andorra regresará pronto a la Patria, todos sanos y con la satisfacción del deber cumplido”.

Quizá Leidisbet y el resto de la brigada tengan la posibilidad de conocer algo más de ese lugar. Quizá no olviden el barrio antiguo, Barri Antic, que acoge a la Iglesia románica de Santa Coloma, la cual llama la atención por su campanario circular. Mas, indudablemente, jamás borrarán de sus corazones el recibimiento con aplausos y toques de cláxones de los taxistas del aeropuerto de Madrid, ni cada muestra de afecto de los andorranos, como ese Himno de Bayamo con que los han sorprendido a su paso por una que otra calle.

Por: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía de la entrevistada

En Togo, camagüeyano frente a la COVID-19

En Togo, camagüeyano frente a la COVID-19

El hecho de iniciarse el 23 de mayo de 1963 la colaboración médica cubana a nivel internacional en el continente africano, específicamente en Argelia, resultó casi una premonición de lo que ocurriría dos días después, pues el siguiente 25 de mayo fue fundada la Organización para la Unidad Africana (OUA), de ahí que cada año en esta fecha sea conmemorado el Día de África.

Transcurridos 57 años es imposible narrar tantos y tantos detalles y huellas dejadas al paso de ese acto de altruismo, no solo por esa zona de la geografía mundial sino en buena parte del mundo.

TREINTA AÑOS DESPUÉS…

A la extrema derecha, presto a sus labores.

Pasados 30 años de ese gesto humanitario nació Gelson Martínez Castro, ese joven camagüeyano que hoy es médico especialista en Higiene y Epidemiología de la policlínica José Martí (Centro), de esta ciudad y el 13 de abril de este año fue el único camagüeyano que arribó a un país tan lejano como Togo, en África, como parte de la brigada Henry Reeve. Esta vez acudieron para hacerle frente a la COVID-19, convencidos de que la colaboración entre los países resulta la única manera de erradicar esta pandemia, que ha puesto al desnudo las brechas de las naciones más poderosas en el mundo.

Ese día, a la una de la madrugada, llegaron los cubanos y fueron recibidos por las autoridades sanitarias, dijo el Dr Gelson, vía Internet para Adelante, quien dio a conocer que en ese momento se registraban personas contagiadas y se mantenían restricciones sociales.

Pese a que este joven ha entrado en la conocida área roja, donde permanecen los casos positivos en coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad infecciosa, su trabajo consiste en el asesoramiento a los decisores. Él tiene la alta responsabilidad de identificar el riesgo de contagio en el terreno, de elaborar, supervisar y controlar el sistema de vigilancia epidemiológica, de manera tal que puedan adoptarse las medidas pertinentes. Además, diseña cómo controlar los eventos que surjan en este sentido.

El Dr. Gelson Martínez en tareas de terreno. Así se recogió en la red social Facebook.

ANÁLISIS NECESARIO…

Al valorar la presencia de la brigada cubana allí, incluso, acompañada por médicos togoleses graduados en Cuba, Martínez Castro refirió: “El trabajo de nuestra brigada Henry Reeve en este país desempeña un papel fundamental desde el punto de vista sanitario por la ayuda técnica que ofrece, pero también desde la perspectiva solidaria”.

Y acotó: “En estos momentos, en mi caso, estoy en una misión patrocinada por la representación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en compañía del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Ministerio de Salud, y me encuentro en el interior del país, de hecho al norte en los límites nacionales, o sea, en la región de las Savana. Aquí he visitado los municipios correspondientes, que los denominan distritos y los seis prefectos que corresponden han manifestado su agradecimiento por llegar hasta su territorio los cuales son rurales por lo general”.

El Dr Gelson no quiso pasar por alto que hoy, Día de África, va a transcurrir en medio de la peor crisis sanitaria mundial.

El segundo de la derecha, acompañado por togoleses.

 UN APARTE PARA SU FAMILIA…

Un médico se hace de una gran familia en su quehacer diario, y en casos como estos se añaden otros ni siquiera imaginados. La suya, la más cercana, está compuesta por su esposa, sus padres y un hermano, a la que califica como “muy unida”, reconoce el apoyo que ha recibido de ella, desde el momento en que fue convocado para este difícil empeño.

A pesar de la preocupación que supone para ellos mi lejanía de la Patria donde se nos garantiza la atención en caso de enfermedad y la seguridad social de Cuba, lo cual es incomparable, muchas veces me han manifestado su profundo orgullo por el beneficio que ofrezco en esta tierra, por representar en Togo la ayuda de Cuba, hoy desplegada por el mundo”, agregó.

Solo en África, la brigada Henry Reeve está presente, además de en Togo, en Angola y Sudáfrica, en estos dos últimos países con 14 y 13 camagüeyanos, respectivamente.

Por estos días, el Dr. José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública en Cuba, ha dado a conocer que más de 28 000 profesionales de la Salud cubanos brindan sus servicios de manera altruista en 59 naciones y solo la brigada Henry Reeve, especializada en situaciones de desastres y epidemias, registra 2 579 cubanos en 24 países de los afectados por la pandemia, y el Dr. Gelson Martínez Castro, es uno ellos.

Medalla con infinitas dimensiones

Medalla con infinitas dimensiones

En una suerte de corresponsal-protagonista se ha convertido para mí el Dr. Leosvel Pérez Gutiérrez, ese galeno del municipio de Vertientes, de Camagüey, que en las condiciones de trabajo más acuciantes siempre ha estado dispuesto a dejar constancia de hechos relevantes como el enfrentamiento a la fiebre del Ébola,  en Sierra Leona, África, y ahora en Crema, Lombardía, Italia, de frente a la pandemia de la COVID-19, siempre para Adelante y vía Internet.

Él describe con inmenso regocijo y sencillez a la vez cómo la Plaza del Duomo, de esa ciudad italiana, despidió en grande a los 52 integrantes de la brigada médica Henry Reeve —36 médicos, 15 enfermeros y un especialista en logística—, luego de vencer dos meses de intenso trabajo junto con sus colegas de ese país europeo.

En su caso, permaneció el primer mes en el hospital de campaña o de campo, como le llaman allá y el segundo en el hogar de ancianos, a quienes ofreció, como otros de sus compañeros, servicios de rehabilitación a aquellos que habían sufrido la enfermedad y quedaron con algunas secuelas, fisioterapias que aplicó a los necesitados el personal que quedó en el hospital de campaña.

Califica su experiencia como algo muy bonito y asegura: “Pudimos rebasar el miedo, el clima que era tan frío al inicio, las barreras del idioma, porque todo fue compensado desde el principio con la bienvenida, el calor humano, las muestras de agradecimiento, todo eso nos sobrepuso a las adversidades e hizo posible que desarrolláramos el trabajo bajo la premisa y los protocolos de tratamiento ante la COVID-19 establecidos por los nacionales”.

 

Como todo comienzo, fue difícil —hizo saber—, mucho más si de la salud se trata, mas con la paciencia de los profesionales italianos y la preparación profesional de los cubanos comenzaron a trabajar desde la llegada, agregó: “Cuidarnos nos permitió enfrentarlo todo con seguridad, firmeza y buen desempeño, y además de contactar la evolución de los pacientes, sus posibles complicaciones, les ofrecimos apoyo emocional, algo vital”.

El Dr. Leosvel está seguro de que la unión de la brigada toda posibilitó ofrecer una asistencia óptima en las necesidades esenciales, con el seguimiento requerido a cada enfermo y al modificarse algunas pautas en el tratamiento en un mes la situación fue cambiando, para bien, disminuyeron los casos confirmados, se redujo el nivel de ingreso, y el agravamiento igual.

Lo vivido aquí ha sido gratificante, insistió, han sido dos meses de mucho nervio, preocupaciones al enfrentar algo que sabíamos era letal, pero que con la experiencia acumulada estábamos seguros de vencer y en la dinámica del trabajo nos apoyamos todos, y sin dudas, el personal italiano se sintió también acompañado y mostró su agradecimiento siempre.

Nada más lejos que considerarnos héroes, porque el concepto de nuestra medicina se basa en la consagración y el sentimiento humanista de nuestra profesión y lo que hacemos es tratar de hacer realidad esos conceptos, nada extraordinario, eso sí primó el acompañmiento profesional entre los italianos y nosotros, y también de su pueblo”.

Aunque exhibe con orgullo la medalla recibida, como toda la brigada, se adelantó a comentar: “La medalla, con las banderas de Italia y Cuba, que se nos entregó no es un estímulo personal, más bien representa la hermandad entre ambos pueblos y un recuerdo de esta situación histórica que nos tocó vivir”.

El galeno enfatizó en que han aportado su grano de arena en remover esas conciencias que la COVID-19 originó en un mundo no preparado para ello, algo que mencionó en una anterior entrevista, y añadió que dejan huellas importantes para que se entiendan las razones por las que arriesgan hasta sus propias vidas y no por las mezquindades que quieren imponerle.

El acto de despedida de ayer sábado fue muy emotivo, estuvo el embajador de Cuba en Italia, José Carlos Rodríguez, el cónsul general en Milán, Llanio González, y la presidenta de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba (Anaic), Irma Dioli”.

Asistieron al homenaje personalidades de la Salud y la alcaldesa de Crema, Stefanía Bonaldi, y también el sacerdote de la iglesia, de donde se ecucharon las campanadas, que a su modo de ver estuvieron dedicadas a todo el personal de la Salud, pues los italianos han trabajado mucho y abnegadamente.

Tuvieron la gentileza, además, de llevarnos al Museo Municipal, y así nos adentramos en la historia de esta región. Realmente nos llegó hondo el mensaje de gratitud”.

Destacó como un momento sensible las palabras del Embajador cubano en esa nación, quien se refirió igual a médicos y enfermeros italianos y al apoyo que nos brindaron, así como al gesto de desprendimiento de los cubanos”.

Pérez Gutiérrez dice que se marchan satisfechos porque cumplieron con las expectativas y aseguró: “Estuvimos a la altura de este tiempo tan difícil a nivel mundial, todos cumplimos con las normas de bioseguridad y nos mantenemos sanos, en breve estaremos en nuestra Patria, con el deber cumplido y dispuestos a asumir las tareas que nos imponga la vida y, por supuesto, nuestra profesión porque a ella nos debemos, somos sacerdotes de la salud, tanto de nuestro pueblo como de otros que nos necesiten”,

En el acto de despedida, niños italianos dejaban constancia gráfica de agradecimiento.

 

 

A lo que agregó: “Cada vez nos damos más cuenta de la solidez del sistema de salud en nuestro país, duele saber que en otras latitudes quien no tiene un buen seguro para su salud no está asegurado, realizarse un simple tets es un problema en cualquier nación, cumplir con el tratamiento como lo establece la Organización Mundial de la Salud, como en este caso, es muy complicado y la ley del dinero es la que rige la calidad de la atención”

Manifestó su complacencia y orgullo de lo que hace, de lo que tiene, y de lo que ofrece Cuba, y enfatizó: “Pueden criticarnos, hostigarnos, pueden decir lo que quieran, pero la satisfacción de lo que hacemos, esa la sentimos y no nos la quita nadie. La convicción de cómo actuamos y por qué lo hacemos nadie puede quitárnosla”.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del Dr Leosvel y vídeo enviado por él y de la autoría del camarógrafo que los acompaña.

Cubanos en Venezuela ante la COVID-19

Cubanos en Venezuela ante la COVID-19

Debido a la situación de salud actual por la que atraviesa el mundo luego de la aparición de la COVID-19, no me parece raro entrevistar a la Dra. María del Carmen Romero Sánchez, vía Internet, mientras en otras ocasiones hemos conversado frente a frente en un diálogo amistoso.

Quizá por eso no me da la impresión de tanta lejanía, el distanciamiento social es comportamiento de primer orden en muchas partes del planeta y la República Bolivariana de Venezuela, donde ella se encuentra y Cuba, no son la excepción.

Esta doctora camagüeyana, especialista de 2do grado en Medicina General Integral (MGI) y Profesora Auxiliar, es la Directora de Docencia de la Misión cubana en ese país, desde febrero del 2018.

¿Cómo está distribuida la fuerza del personal de la salud de Cuba allí?

En este momento estamos cerca de 19 500 colaboradores cubanos en los 24 estados, de todos los perfiles: médicos, estomatólogos, enfermeros y licenciados en otras especialidades afines.

¿Es importante el número de mujeres?

A partir de las tensiones políticas surgidas el año anterior el Ministerio de Salud Pública (Minsap) cubano decidió disminuir el número de mujeres en la Misión aquí, pero aún así somos cerca del 50 % de la fuerza.

¿Cuál es la valoración recibida de las autoridades venezolanas?

La colaboración médica es muy apreciada por las autoridades del país desde el máximo nivel, dígase presidencial, como de los ministerios con los que trabajamos. Asimismo por los dirigentes de cada uno de los estados (gobernadores, alcaldes, autoridades de salud) también de las comunidades y las parroquias; aquí el poder popular tiene mucha fuerza y sin la colaboración de los líderes comunitarios no hubiésemos podido entrar a lugares muy complicados.

¿Cómo les cambio la rutina de trabajo la pandemia de la COVID-19 que azota al mundo?

El presidente Nicolás Maduro decretó la cuarentena social desde el 16 de marzo pasado, esa decisión temprana ha evitado la propagación de la enfermedad en el país. Se creó un puesto de mando presidencial constituido por varios ministros, entre ellos el del Poder Popular para la Salud y la Misión Médica Cubana están representados por sus máximos dirigentes quienes trabajan codo a codo en las estrategias que se han definido para la nación.

Desde esa fecha la Universidad de Ciencias de la Salud, que es donde nosotros trabajamos, labora mediante la educación a distancia y quisiera destacar la participación voluntaria de más de 15 000 estudiantes de diferentes carreras en actividades asistenciales y de educación para la salud en la atención a su pueblo.

La Misión tiene responsabilidad directa en la atención de enfermos con la COVID-19 en los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) en todos los estados, también los colaboradores trabajan en la pesquisa casa a casa en las comunidades, acompañados por los líderes a ese nivel y en ocasiones las Fuerzas Armadas, como expresión de la unión cívico militar existente.

Los compañeros de la dirección nacional hemos trabajado en la pesquisa casa a casa en comunidades de riesgo en los estados Miranda y Distrito Capital, en la realización de test rápido para la detección de casos positivos y en la educación sanitaria de la población”.

¿Cómo llegan desde el punto de vista de la docencia a la hora de evitar o erradicar la COVID-19?

Somos responsables de la capacitación de todos los colaboradores y del personal venezolano que trabaja en las instituciones de Barrio Adentro en diferentes temas como el protocolo de enfrentamiento a la pandemia, como el tratamiento, la actualización y algo muy importante, que son las normas de bioseguridad para la protección de cada uno.

¿Cuál es el estado de salud de los cubanos que tiene bajo su abrigo?

No hay ningún colaborador enfermo entre nosotros, nos cuidamos y cumplimos todas las normas de bioseguridad y protección indicadas, o sea, esa práctica nos incluye a todos.

¿Qué diría a su familia y coterráneos en momentos tan cruciales para la salud?

A mi familia, mis amigos, mis compañeros de trabajo que estoy bien, cumpliendo la tarea encomendada, que me estoy cuidando, que cuando pase todo esto regresaré para darnos un gran abrazo.

Quiero aprovechar la oportunidad para felicitar a todos los estudiantes y trabajadores de mi querida Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, de Camagüey, porque el próximo 4 de junio celebraremos, así, celebraremos su aniversario 40. A esa institución la llevo dentro de manera especial, y ha formado miles y miles de profesionales de la salud para prestar servicios en Cuba y en buena parte el mundo”.

La Profesora María del Carmen Romero Sánchez fue Rectora de esta csa de altos estudios durante 10 años. desde febrero del 2008, hasta que marchó a la hermana nación.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona

Fotos: Cortesía de la entrevistada

 

En el CDI Herrera Vega de Caracas, acompañada de la enfermera camagüeyana Duadis Soler Rodríguez.

Momento de capacitación a colaboradores por los miembros de la brigada Henry Reeve, en el estado Sucre.

Pesquisa en el municipio Acevedo, estado Miranda.





Huellas de gratitud dejan profesionales de la Salud cubanos en Belice

Huellas de gratitud dejan profesionales de la Salud cubanos en Belice

El aniversario 30 de la cooperación médica en Belice se celebrará en el año actual. Tuvo sus inicios mediante un proyecto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) a principio de la década de los ‘90 del pasado siglo, la cual se fue perfeccionando de acuerdo con los requerimientos de ese país.

En este momento se encuentra en la modalidad de Programa Integral de Salud (PIS) con compensación sustentado con médicos generales y un grupo significativo de otras especialidades y, por supuesto, con personal de enfermería.

Así lo dio a conocer a Adelante Digital, vía Internet, Orestes Hernández Hernández, Ministro Consejero de la Embajada de Cuba en Belice. Abundó en que la Brigada Médica Cubana (BMC) está presente en toda la geografía beliceña, o sea, en sus siete distritos, con un nivel de localidades rurales importante, y agregó:

Nuestro personal de la Salud ha estado, en lo que ellos llaman villas, son aldeas de pocos habitantes e igual en las cabeceras distritales donde sus pequeños hospitales de no pasan de las 20 a 25 camas, con un grupo de especialidades, además, en el hospital principal de Belice, institución en que está la mayoría”.

Cabe mencionar que a la colaboración cubana se agrega la del deporte, entre otros sectores, panorámica que puede complementarse con ingenieros, periodistas, entre otros, sin pasar por alto los de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), a través de esas tres décadas.

Hernández comentó: “En los recorridos que realizamos junto a Lissette Pérez Pérez, la embajadora cubana aquí, nos percatamos que no hay sector de la vida social y económica beliceña donde no haya presencia de graduados en Cuba. Siempre aparece un profesional que agradece a la Mayor de las Antillas, y se advierte también satisfacción, cordialidad y agradecimiento en relación con el personal de salud cubano”.

A lo que añadió: “El sistema de salud aquí no es como el de Cuba, funciona con otra estructura y concepto. Sin embargo, los nuestros están presentes en su columna vertebral. Este pueblo reconoce que la Brigada Médica Cubana es imprescindible y el reconocimiento igual viene de las autoridades de la Salud a nivel local y nacional, y las principales autoridades del país también formulan su satisfacción, como el muy Honorable Dean Barrow, Primer Ministro de Belice, algo que ha expresado públicamente. En su visita a Cuba hace dos años ratificó su gratitud a nuestro Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en nombre de su país”.

Cuando la Brigada Henry Reeve era recibida por la Embajadora de Cuba en Belice

En tiempos de la pandemia COVID-19, pero sin encontrarse en el nivel de propagación actual en el continente americano, mucho menos en América Central y El Caribe, específicamente a principios de marzo, el gobierno de Belice solicitó formalmente, a través de la Embajada Cubana, la Brigada Médica para enfrentar al virus SARS-CoV-2 en caso de que se reportaron enfermos.

Por esa razón —puntualizó el Ministro Consejero— después del 13 de marzo poco más de 60 profesionales de la Salud, integrantes del Contingente Henry Reeve, llegaron a esta nación, una de las 10 primeras en recibir a nuestras brigadas por la misma causa”.

Encuentro de la Brigada con el muy Honorable Dean Barrow, Primer Ministro de Belice, la embajadora Lissette Pérez y otros directivos de ese país.

Como lo requiere el protocolo a seguir, médicos, personal de enfermería y todos en general cumplieron a su arribo la etapa de cuarentena establecida, aparejada a un programa de entrenamiento, de la misma manera fueron informados de la situación sanitaria del país, cuál era el diseño de enfrentamiento a la COVID-19 y se ubicaron según las necesidades.

El grueso del personal está en el hospital principal de Belice, como el sitio de aislamiento para los casos positivos y también en los distritos para insertarse en la atención de los que padecen de esta enfermedad”, aseveró.

Día del arribo.

Al indagar sobre la situación de ese país frente a la COVID-19, Hernández refirió que: “No enfrenta una situación complicada, ellos estructuraron un nivel de prevención con medidas relevantes: cierre de fronteras, suspensión de los vuelos de entrada y salida, restricciones de movimientos, y el estado de emergencia en el que está aún, prorrogado por las autoridades y el parlamento por dos meses, así como un toque de queda entre las ocho de la noche y las cinco de la mañana”.

De hecho y hasta el momento de ofrecer la información, Orestes Hernández dijo que eran 18 los casos positivos y dos fallecidos.

El reporte en las redes sociales de la Brigada Médica Cubana.

Belice es un país de poco más de 370 000 habitantes, con una población bastante distribuida en todo el territorio y hasta el momento, afirmó, nos llegan muestras de afecto y agradecimiento por el trabajo de nuestros profesionales, por su dedicación y experiencia, por todas las vías posibles.

Unos 800 médicos beliceños han sido formados durante estos 30 años en Cuba, y la embajadora Lissette en sus recorridos y encuentros ha apreciado la organización y profesionalidad de nuestra gente en todas las instituciones de la Salud”, destacó.

En el personal de enfermería sobresale el número de mujeres.

En tiempos de pandemia resulta vital para la embajada cubana allí el chequeo diario y el mantener las medidas de protección en todos los sitios donde están los cubanos, no solo en los sitios de enfermos.

Al interesarnos por los profesionales de la Salud de la provincia de Camagüey, Orestes Hernández tuvo la gentileza de mencionarlos a todos y dijo: “De la tierra agramontina tenemos aquí a los doctores Mauro Castelló González (cirujano pediátrico), Yudenia Marín Ávila (psiquiatra infantil), las licenciadas Lianes (Lia) Campo Betancourt (imagenóloga), Alina Yamilet Ayrado Núñez (en terapia física y de rehabilitación), Kirenia Nápoles Rivero, Liudmila Josefina Moreno Valle, Adela Francisca Hernández Álvarez, Normys Ramírez Montero, las cuatro últimas mencionas en enfermería y dedicadas a diversas especialidades. Todos estos en la brigada tradicional, quienes laboran en diferentes centros asistenciales.

El muy Honorable Dean Barrow, Primer Ministro de Belice se dirige a los cubanos.

Dentro del Contingente Henry Reeve igual tenemos camagüeyanos, y son estos: los doctores Erik Luis Larrazabal Hernández, Félix Panuchua, Raúl Matos, y los licenciados Yunier Alfonso, Adalberto Lunch, Milaysi Hernández, Yunisai Pérez y Yunia Correa, ubicados de acuerdo con las necesidades.

Nuestros profesionales, están todos en excelente estado de salud y el rigor de cuidado es extremo. Ahora el celo es esencial”, aseguró Hernández.

Orestes Hernández, Ministro Consejero de la Embajada Cubana.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.

Día Internacional de la Enfermería: “manía y la enfermedad incurable” de Aníval

Día Internacional de la Enfermería: “manía y la enfermedad incurable” de Aníval

Dicen que las piedras rodando se encuentran, y eso es muy comprensible, lo que sí resulta raro es que rueden desde tan lejos y aún así tropiecen. Este es el caso de Aníval Umpierre Umpierre, quien nació en la Maternidad de esta ciudad, luego hospital materno Ana Betancourt, y sea oriundo del poblado de Vilató, en Sierra de Cubitas.

Este Licenciado en Enfermería, con 37 años de experiencia, y Profesor Instructor, labora en la policlínica 13 de Marzo, como Enfermero Intensivista en esa localidad. Dicho así pareciera algo muy simple, y aunque de él emana una sencillez indescriptible, es de los grandes hombres que en silencio van haciendo historia. Antes, en el 2015 nos encontramos a su regreso de Guinea Conakry, África Occidental, luego de enfrentar a la fiebre hemorrágica del virus del Ébola, como parte de la Brigada Henry Reeve. Él fue el último camagüeyano en pisar su tierra luego de esa batalla que lograron vencer.

Ahora volvimos a encontrarnos, esta vez trabaja en el hospital de campaña de la ciudad de Crema, provincia de Cremona, en el estado de Lombardia, Italia. Una vez más de cara a la lejanía de su Patria, sus familiares y frente al virus SARS-CoV-2, declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 11 de marzo último y que aún mantiene al mundo angustiado.

El Día Internacional de la Enfermería, el 12 de mayo, se festeja como homenaje a Florence Nightingale , en su fecha de su nacimiento en 1811 en la ciudad de Florencia, Italia y está catalogada como la creadora de esta rama de la medicina de manera profesional. Qué mejor tributo que el de los enfermeros cubanos, esos que permanecen en su Italia, esos que como Aníval andan y desandan el orbe para curar, aliviar y hasta acompañar a morir a otros a riesgo de sus propias vidas.

¿Por qué de nuevo ese paso al frente?

Tomé esta decisión una vez más porque en realidad es un orgullo y un deber de todo cubano prestar ayuda a aquel que lo necesite en cualquier parte del mundo y en las condiciones que sean, ese es un principio en nuestra carrera, además, así nos enseñó nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro, y muchos otros que dieron sus vidas por nuestra nación, y algunos, incluso, no eran cubanos, es una manera de saldar nuestra propia deuda con la humanidad y con nuestros propios valores y principios. Es un orgullo para mí integrar esta Brigada Médica.

¿Qué de similar encuentra entre esta batalla contra la COVID-19 y la del Ébola?

En el enfrentamiento contra esta pandemia de la COVID-19 encontramos algunos aspectos muy parecidos a la del Ébola, como son: el riesgo de enfermar y perder la vida, eso es algo que todos tenemos claro, asimismo, de la gravedad en que se comporta dicha enfermedad. Considero que esta es aún más violenta que el Ébola en relación con el grado de contagio y a la posibilidad de que personas cursen la dolencia de modo asintomático, lo que provoca un mayor número de personas infestadas y es muy difícil de controlar si no se adoptan las medidas pertinentes, como el aislamiento social, que es el eslabón fundamental en este caso.

Lo otro es que atacamos a una enfermedad diseminada por el mundo, algo que no llegó a ocurrir con el Ébola”.

¿Algunas anécdotas vinculadas con estas experiencias lo han marcado para el resto de su vida?

Desde luego y son muchas. Hay innumerables guardadas en nuestras mentes y que han marcado nuestras vidas, y lo esencial es el dolor de personas que se encuentran enfermos y temen por la pérdida de su vida y la de sus familiares, así como el llanto en forma de agradecimiento al haber cursado la dolencia y lograr sobrevivir, gracias al trabajo y desempeño de nuestra Brigada e igual de los profesionales de estos países que también han entregado todo por salvar a sus pueblos de estas terribles enfermedades. “Aquí hemos vivido esos sentimientos y han brotado lágrimas de nuestros ojos al saber que el sacrificio no ha sido en vano”.

En una fecha tan señalada, ¿cómo catalogaría el desempeño de la enfermería?

El trabajo nuestro como enfermeros en todas las instituciones de Salud a nivel mundial es imprescindible porque tenemos un protocolo de atención para cada caso, a pesar de las indicaciones médicas, somos los que permanecemos en contacto con el paciente en todo momento y con un buen actuar hacemos que el enfermo se sienta mejor psicológicamente, no sufra tanto su soledad y con una mayor esperanza de curar.

La vez anterior estuvo en África, ahora se encuentra en un país del primer mundo, ¿cómo valora esto?

Ha sido una experiencia impactante y que no olvidaré. Eso de ayudar en un país del primer mundo, compartir el trabajo con estos profesionales y demostrar una vez más que los de la Salud Pública cubana estamos bien preparados, que somos capaces de brindar nuestros servicios en cualquier parte del mundo sin importar el desarrollo tecnológico que presenten , es algo verdaderamente perdurable. Y lo otro es que estamos listos para trabajar con tecnología y sin tecnología.

¿Cómo cataloga este intercambio de saberes con profesionales de esa nación?

Nuestra ayuda a este hermano pueblo ha sido de absoluto respeto y cooperación, no vinimos a imponer nada solo a ayudar, y por lo tanto nos hemos regido por sus protocolos cumpliendo estrictamente sus orientaciones y a la vez intercambiando criterios, los cuales han sido aceptados sin ningún tipo de dificultad, compartimos el trabajo con los profesionales italianos, de los cuales hemos adquirido experiencias para nuestra labor

¿Solo ha cumplido estas dos misiones internacionalistas?

No, qué va, estuve también en la República de Angola, en Venezuela y en Haiti.

¿Cuál es la familia que lo espera en su terruño?

Mi esposa y mis hijos, el mayor con 32 años, mi niña de 19 años y el más pequeño con ocho. Tengo la satisfacción de contar con una hermosa familia, la cual me ha apoyado en todo momento, al igual que mi mamá, mis hermanos y todos en general. Me piden que me cuide, que me quieren de vuelta en casa con el deber cumplido y en perfecto estado de salud, a lo cual respondo que no se preocupen, nos estamos cuidando y todo saldrá bien.

Si tuviera la posibilidad de manejar la máquina del tiempo hacia atrás, ¿volvería a ser enfermero?

Por supuesto, porque amo mi profesión y a través de ella he podido entregarle a mi pueblo y a muchos pueblos del mundo mis conocimientos, solo a cambio del agradecimiento y la sonrisa de muchas personas por haber aportado un grano de arena en su recuperación y eso es lo más grande que un ser humano puede sentir.

Quiere decir entonces que eres como escribió Monica Dickens: “La enfermería es como una manía, una fiebre en la sangre, una enfermedad incurable que una vez contraída no se puede curar. Si no fuera así, no habría enfermeros”.

Puede estar totalmente segura.

¿Hoy es el Día Internacional de la Enfermería qué diría a sus colegas?

Una gran felicitación a todos mis colegas en el mundo entero y decirle que somos el puntal más fuerte en la Salud Pública, y pese a que somos seres humanos, no debemos sentir miedo cuando se trate de salvar la vida del prójimo, esa es nuestra labor y para lo cual hemos sido preparados profesionalmente, todo esto acompañado de un gran abrazo, y un iViva Cuba bien fuerte!

En todas las fotos Avíval (siempre el de mayor estatura) despide a personas curadas y de regreso a sus hogares. 

 

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.



“No soy un héroe, solo soy el papá de Pedrito y María Carla”

“No soy un héroe, solo soy el papá de Pedrito y María Carla”

A pesar de que el Dr. Pedro Julio García Álvarez, de 36 años de edad, es un camagüeyano criado en los repartos La Guernica y Puerto Príncipe, que trabaja en la unidad de cuidados intensivos y emergencia del hospital Carlos J. Finlay, de La Habana, no nos conocemos, pero esta no es la noticia.

Él es especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva y Emergencia, y en Anestesiología y Reanimación, además, en Medicina General Integral (MGI), ostenta la categoría de Profesor Instructor e Investigador Auxiliar, y aspira a Doctor en Ciencias, y tampoco es la noticia.

El detalle está en que quiso la pandemia que mantiene en vilo al mundo que contactara con este galeno integrante de la Brigada Henry Reeve, porque se encuentra en la unidad de cuidados críticos y reanimación del hospital mayor de Crema, provincia Cremona, región italiana de Lombardía, de frente a los enfermos de la COVID-19 de ese país, a más de 8 130 kilómetros de su Cuba.

Para ubicarnos en su quehacer actual, dijo:

La sala donde laboro es gestionada totalmente por los intensivistas cubanos y con personal de enfermería italiana. Aquí la supervivencia es del 70% como promedio mensual en los casos de pacientes críticos”.

¿Por qué la determinación de marchar hacia ese sitio tan lejano y desconocido?

Por una respuesta humanitaria a la necesidad de este pueblo de recibir ayuda para enfrentar la enfermedad, y por ese principio de solidaridad que llevamos dentro los cubanos. Esta es mi primera misión internacionalista.

¿Sientes aceptación de tus pacientes?

Me demuestran un agradecimiento enorme. A mis manos llegan muy mal, todos con respiración artificial, y eso de reanimarlos y devolverlos a sus familias es insuperable. Nos ofrecen muestras de gratitud inmensas por regresar a la vida y por el amor que reciben durante la prolongada estadía en la sala.

Mediante tablets que hay para que los enfermos se comuniquen con los familiares nos presentan a toda la familia. Es muy emocionante ver a un padre, una madre que te agradece por la vida de un hijo, o a un hijo que te agradece por la de sus padres. Esos detalles te hacen pensar en el bien que haces por muy difícil que sea”.

Los médicos cubanos son esperados por niños italianos todos los días cuando van camino al hospital. Ellos portan banderas y entonan canciones cubanas y agradecen. El Dr. Pedro Julio dejó constancia fotográfica de uno de estos momentos.

¿Y la acogida de parte de los profesionales de la salud de Italia?

Ha sido genial, nos tratan como si nos conociéramos de siempre, las discusiones de los casos se hacen en tres idiomas (italiano, español e inglés), nos hemos insertado en turnos de trabajo rotativos.

¿Cómo asimiló tu familia esta misión?

Mi esposa, Ana María Núñez Cuadrado, ha sido el amor de mi vida desde la primaria, éramos vecinos y muchas veces como amiguitos me consolaba ante mis preocupaciones que no fueron pocas, y por muchas de estas es que soy médico. Nos hicimos novios cuando yo estaba en noveno grado y hasta el sol de hoy. Es amor de verdad. Es mi sostén.

Tengo dos hijos Pedrito, de ocho años y María Carla, de cuatro. Él dibuja para los médicos cubanos y también lo hizo por el Primero de Mayo; la niña no entiende la razón por la que no puedo ver la novela que ella disfruta en la televisión cubana, aún no entiende de geografía.

Con ellos me comunico vía Internet todos los días y siempre me dicen que se sienten orgullosos de su papá. Ellos me aconsejan que me cuide y yo a ellos lo mismo, esa es la manera que podremos estar juntos de nuevo y con salud”.


Uno de los dibujos que su hijo Pedrito le envía vía Internet.

De acuerdo con lo vivido de frente a la COVID-19. ¿Cuál sería tu mejor consejo?

Desde esta primera línea de combate le diría al mundo que debemos estar unidos para enfrentar problemas como este y los que vendrán, aquí todos han perdido a alguien cercano sin importar si es de derecha o de izquierda, si es pobre o rico. Lo otro es que subestimar la enfermedad significa firmar un certificado de defunción. Las imágenes de aquí han sido dantescas y eso no podemos permitirlo de nuevo.

Debes estar al tanto de la campaña de descrédito del gobierno de los EEUU hacia ustedes, si te encargaran responderle: ¿qué le dirías?

Que nuestra medicina está a la par de la del primer mundo, que nos dejen tranquilos, nosotros solo queremos echar pa’lante por nuestra familia, nuestro país y nuestra Revolución. No nos entienden, fíjese en esto, un paciente me preguntó que por qué yo estaba aquí y desde mi más profundo sentir le dije: vinimos a salvarnos todos o a morir junto a ustedes. Esos principios a veces no son fáciles de comprender por quienes piensan de otra manera.

¿Sientes temores?

Esta experiencia cala hondo en la psiquis. Sí he sentido temor. Soy humano, y no soy un héroe, solo soy el papá de Pedrito y María Carla.

Con sus amores.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Fotos: Cortesía del entrevistado.

Dr. Erik, repite hazaña con igual sencillez

Dr. Erik, repite hazaña con igual sencillez

Supe mediante la red social Facebook, que el Dr. Erik Luis Larrazabal Hernández, de 36 años de edad, especialista en Medicina General Integral (MGI), de Nuevitas, Camagüey, estaba en la “primera línea de combate de nuevo”. Así lo escribió él, pero ojo, nada que ver con las armas, las de él, como las de muchos cubanos son el saber de la medicina y su entrega por el bienestar de otros.

Lo conocí en el 2014, después de su regreso de Sierra Leona, África, donde permaneció durante seis meses en el enfrentamiento al Ébola , aquello que mantuvo en vilo a todos los cubanos hasta el retorno de todos. En ese país trabajó en el Centro de Atención a Pacientes con Ébola, en el poblado Kerry Town.

Para este nuevo combate ante la pandemia COVID-19, está en Belice, país de la costa este de América Central, con riberas en el mar Caribe hacia el este y una selva densa al oeste. Está en Punta Gorda.

Nos recibieron autoridades del gobierno de Belice y funcionarios diplomáticos de ambos países, además, de la coordinadora de la Brigada Médica Cubana que trabaja en esta nación desde hace varios años.

"A la llegada nos mantuvimos en cuarentena, primeramente por 14 días y se extendió a nivel nacional a 30”, nos dice.

Como sabemos esta epidemia es un enemigo silencioso, capaz de acabar con muchas vidas. Nosotros, porque me refiero a esto en nombre de la brigada, ayudaremos a este pueblo, como mismo enfrentamos al Ébola como integrantes de la Brigada Henry Reeve y como hemos hecho en otras tierras. Yo lo hice tres años en Brasil, desde noviembre del 2015 a noviembre del 2018".

¿Ya están de cara a los enfermos?

Estamos en áreas de aislamiento. Me encuentro en la consulta de Flu clinic en la atención a pacientes con síntomas de afecciones respiratorias, pero no se nos han dado casos confirmados con la COVID-19.

¿Cuál es la situación a nivel de país?

Han sido 18 los casos confirmados y hasta este momento han pasado alrededor de cuatro días sin reportarse nuevos positivos.

Hay una pregunta que parece manida, pero es inevitable: ¿Sientes miedo?

Hasta ahora contamos con los medios adecuados de protección. Realmente no siento miedo. Es que cuando el Ébola, a pesar de mi corta edad e inexperiencia no lo experimenté. Ahora sé un poco más sobre el manejo de los equipos de protección.

En ocasiones el miedo resulta otra manera de protección…

Es cierto, nunca debemos confiarnos.

¿Qué mensajes enviarías a quienes muchos los queremos y nos preocupamos por ustedes y a los otros que no los quieren tanto?

Para quienes nos quieren, que estén tranquilos, porque a pesar de lo difícil de esta misión, siempre hacemos lo mejor posible por salvar vidas, nuestro objetivo acá.

A los que no nos quieren, les decimos que a pesar de rechazar la presencia de los médicos cubanos en países extranjeros siempre acudiremos a donde nos necesiten para ayudar, sin pensar dónde será, cuál es el color de la piel del paciente, ni su cultura, religión o idiosincrasia. Así somos”.

Te faltó mencionar otro objetivo: regresar…

Por supuesto, lo lograremos. Y cuando lo alcance, estaré dispuesto a ir a otra línea de combate en cuanto me necesiten.

De vuelta le enviamos el consejo que es también deseo compartido de todos nuestro compatriotas: ojalá en ese país logren mantener ese feroz padecimiento alejado de todos, de su pueblo y de ellos mismos.

El Dr. Erik Luis trabaja en la policlínica Francisco Peña Peña, del municipio de Nuevitas. Integra la primera brigada de este tipo enviada a Belice con 25 profesionales de la Salud.

En Cuba dejó su otra “brigada”: el padre jubilado, la mamá que labora en la Dirección de Enfermería Municipal y la hermana, Licenciada en Dirección Coral. Una brigada-familia que se preocupa, pero confía y lo espera.

Estas fueron sus palabras al regreso de su lucha contra el Ébola y estamos suguros de que así se repetirá la historia de estos sencillos y grandes hombres a la vez: Dr. Erik Luis Larrazábal Hernández, de Nuevitas : Muy orgulloso de estar nuevamente en nuestra tierra. Quiero agradecer al pueblo cubano, y en especial al nuevitero, por el apoyo que nos brindaron. Mucha mente positiva y gracias a eso nos cuidamos mucho, nos dieron mucha fuerza para regresar con el deber cumplido.

Autora: Olga Lilia Vilató de Varona (Cuqui)

Foto: Cortesía del entrevistado